Muy buena reflexión. Ante un seguro privado o ciertos hospitales públicos más respetuosos (lamentablemente aquí en Madrid los de la capital dejan bastante que desear, están acostumbrados a trabajar como en cadena de montaje), me quedo con un hospital público.
Pero no todo es oro lo que reluce; incluso en hospitales públicos generalmente respetuosos con el proceso de parto te puede tocar una mala persona (sí, mala persona, porque no se debe hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a tí) que te regale inmovilización, oxitocina sintética a chorro, malos modos, kristeller, episiotomía bestial o fórceps didácticos.
Todos deberíamos unirnos para exigir partos y nacimientos más humanos, porque es nuestro derecho como usuarios y sostenedores del sistema sanitario, ya sea público o privado.