Tu odisea abre los ojos a los ciegos (a los que quieren ver, por lo menos...) y no soy la única a la que has ayudado a ver la luz con tu testimonio vivo de dolor, de amor y de valor. Gracias Nuria. Gracias Diana. Gracias Anahí. Gracias a todas las que lo habeis logrado y gracias a las que lo han intentado. Gracias a las que intentándolo han sufrido más violencia obstétrica, burlas, faltas de respeto, incomprensión y más mentiras adicionales. Estais luchando por vuestros bebés, por vosotras y por todas.
Que lo que ocurra en los paritorios deje de ser el último reducto de agresión "encubierta" a la mujer será vuestro regalo.