Ay, yo quedé atrapada en esa posición durante el parto y enseguida me dí cuenta de que era una cagada pero ya no podía moverme estando ya con la cabeza del bebé a las puertas y faltando el último empujón que no podía dar porque la fuerza no llega a los músculos del abdómen...me salvó el padre, que me agarró por la espalda y la nuca y mientras sostenía una pierna (la otra la sostenían dos comadronas atónitas por el arrojo del hombre) me ayudó a elevarme y doblarme y AHÍ SÍ el empujón sacó al niño de una...¡no me ha de volver a pasar!