Pues yo debo de haberme pasado de rosca: me he chalao. Uso los pies para caminar, los dientes para masticar, miro con los ojos, escucho con los oídos, digiero la comida con el estómago, y con las tetas amamanto.
Si tengo un problema con un diente, no me lo arranco, suelo ir al dentista y ponerme un empaste para seguir masticando. Y si tengo un problema con la lactancia, pues acudo a una monitora de lactancia para poder seguir amamantando.
Así de extravagantes somos en mi casa.