Decís que el programa muestra la cruda realidad, pero yo vi que los profesionales estaban "actuando", a sabiendas de que sus caretas salían en la tele. Digo "actuando", porque yo veía a muchos de ellos intentando quitar el hierro de los males que hacían sus manos, sonríendo a las cámaras con expresiones: "no pasa nada", "lo estamos haciendo muy bien", "así son los partos".
En mi parto en el otro hospital madrileño, tan solo hace un año, un parto inducido, robado, forzado e intervenido hasta los últimos segundos, hubo más comentarios desagradables, más caras cansadas e incluso asustadas con lo que podría pasar, en definitiva, menos "buen rollo", porque ya nadie se esforzaba a fingir que lo estaban haciendo "por mi bien". Tal vez gracias a eso no me ilusiono que "me han tratado bien", como siguen pensando estas mujeres que han aceptado salir en el programa. Sería bueno que ellas también vieran qué hay detrás de tanta sonrisa.