Habláis de que deberían haber puesto partos en otros hospitales. Yo di a luz en el 12 de Octubre de Madrid, un hospital público que se supone que respeta los partos y a las mujeres, o al menos eso es lo que te venden en su charlan informativa. Te hablan de la deambulación, de parir en movimiento, de la utilización del kalinox y métodos de analgesia alternativos a la epidural. Bien. Cuando entré en mi sala de dilatación, con contracciones cada dos minutos, la matrona estaba empeñada en ponerme un enema (¡a estas alturas de la vida!), me amenazó, diciéndome que si no me lo ponía, a mi hija le iba a costar mucho nacer. Sin mirar mi gráfica de contracciones ya me quería poner oxitocina y por supuesto epidural, aunque yo le decía que mi intención era no utilizarla. Cuando mi marido le preguntó que si lo de la oxitocina era obligatorio, casi se lo come, argumentando que llegamos medio informados y que luego pasa lo que pasa. Me monitorizó, me dejó tumbada y se fue a comer. Estuve inmovilizada más de hora y media y creí morir de dolor. Acabé pidiéndole a mi marido que buscase a alguien para que me diesen analgesia. Yo necesitaba moverme y no me dejaban. Tuve la suerte de que en ese momento me atendiera otra matrona, pero al pedir kalinox me dijo que no lo tenían en el hospital (lo contrario a lo que me habian dicho en la charla), al pedir un monitor inalámbrico me dijo que no lo tenían (lo contrario a lo que me habian dicho en la charla). Yo no entendía nada. Acabó cediendo en dejarme levantarme, pero para eso me tuvo que romper la bolsa y monitorizar al bebé desde dentro. Fue el precio que tuvimos que pagar, para que mi hija naciera de manera más o menos normal. Y por supuesto, tuve que aguantar a la primera matrona entrando en la sala de dilatación gritando a alguien que la llamaba desde el pasillo y riéndose por que no me quería poner el enema, diciéndome que luego me haría caca mientras paría y menuda vergüenza que iba a pasar.
Lo que quiero decir con esto, es que no solo hace falta que los hospitales tengan protocolos concretos de atención al parto normal, sino que los profesionales que trabajan en ellos, tienen que respetarlos y por supuesto, respetar a las mujeres y a los bebés. SI ellos no están convencidos, da igual los protocolos de asistencia que se quieran poner en marcha.
VIví mi parto como una lucha continua y quiero tener más hijos, pero me da miedo el profesional que me pueda atender. Parir, no tendría que depender de la suerte.