Con 904.000 espectadores de audiencia “Baby Boom” acaba de vender aceptablemente una visión de la atención al parto que dista mucho de las recomendaciones recogidas en la Estrategia de Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad, la OMS y diversas sociedades científicas y profesionales.
Culpar a la cadena no es admisible. Se ha limitado a reproducir un formato “importado” y con cierto éxito en otros países. Sin lugar a dudas contaba con el visto bueno de usuarias/os, profesionales y del propio centro hospitalario. Sin duda alguna todos/as confiaban en que lo estaban haciendo lo mejor posible.
Pero tampoco me cabe duda de que desde el punto de vista de las instituciones (Ministerio, Consejerías de las CCAA…), de las sociedades científicas y profesionales, asociaciones de mujeres y de todos los sectores implicados en la Estrategia de Atención al Parto Normal algo (o mucho) no estamos haciendo bien.
Sorprende la naturalidad con la que se aplican prácticas no recomendadas y no se aplican las que sí lo están. Haciendo una revisión superficial de las buenas (y no tan buenas) prácticas aplicadas en los partos documentados resultaría una lista bastante desequilibrada. Por la mejor parte, la presencia del acompañante (aunque no siempre) es la más clara a favor de lo positivo. Pero en el otro platillo de la balanza hay que situar un sinfín de ellas: amniotomía rutinaria, posición mantenida en litotomía, no libertad de movimientos, vía venosa de rutina, corte precoz del cordón umbilical, separación precoz del recién nacido, no inicio precoz de la lactancia, breve contacto piel con sábana (que no con piel), pujos dirigidos y en valsalva, dirigismo en cuanto a las decisiones maternas (epidural, colecho), falta de intimidad, ambiente poco adecuado (luz, ruido…).
No quiero dejar recaer toda la responsabilidad en los/as profesionales que actúan en este docudrama. No me cabe la menor duda de que han actuado lo mejor que sabían y podían (salvo ciertas actitudes y frases desafortunadas). Ésta ha sido y parece que sigue siendo la forma de trabajar en el ambiente hospitalario para la atención al parto. Hasta hace algunos años (en nuestro entorno) casi nadie dudaba de que era la adecuada. Hoy quizás somos más los que tenemos claro que no es así. De ahí el esfuerzo que se está realizando para que las cosas cambien. Pero a la vista de los resultados sin demasiado éxito. “No me cabe en la cabeza” que no hubiera nadie en el hospital que cayera en la cuenta de que lo que se iba a ofrecer causaría el revuelo que está causando. Nada más ver el primer avance ofrecido por La Sexta hace unas semanas me quedó claro lo que iba a ver y lo que iba a ocurrir.
Algo no estamos haciendo bien si esta es la imagen que ofrecemos en una cadena nacional a cerca de un millón de televidentes. Cinco años de trabajo no han resultado suficientes y habrá que reflexionar seriamente acerca del camino a tomar. Quizá la televisión pública tendría la responsabilidad de ofrecer contenidos alternativos (ya lo ha hecho en alguna ocasión). Quizá no se están haciendo todos los esfuerzos necesarios en la difusión de la Estrategia, en la formación de profesionales, en la implicación institucional de los Servicios de Salud y equipos de gestión de los hospitales. Quizá, y ésta es mi más dolorosa opinión, los derechos de las mujeres siempre acaban quedando en un segundo plano.
Terminar mi reflexión personal con aquello de que “no hay mal que por bien no venga”. Lo ocurrido tiene que ser una oportunidad para mejorar las estrategias encaminadas a la mejor atención al parto posible en un contexto donde la evidencia científica y la opinión y derechos de las mujeres sean el referente inexcusable.
Pd. Aún nos quedan algunos programas por ver. Quizá tengamos oportunidad de sorprendernos.
Un saludo
Fco. José Pérez Ramos
Coordinador del Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía