Ni caso, Laia. Mis hermanos y yo éramos bebés naturalmente grandes. Todos de 4 kgs para arriba. Y estamos más sanos que una lechuga de adultos.
Es curioso que un científico reputado con décadas de experiencia a sus espaldas como Marsden Wagner sea capaz de reconocer la voz y la experiencia de las madres, mientras que recién saliditos de la facultad como José tomen esa actitud paternalista y despreciativa que les hace decir cosas como "Es una pena que no pueda daros el artículo, sólo está disponible para la comunidad científica". Tomándonos por tontas.
José, anda, léete un par de artículos escritos por Marsden Wagner y Michel Odent. A lo mejor te llevas una sorpresa y un buen bofetón de humildad. Porque ellos sí que son científicos.