Hola Laura, al hilo de tu entrada, y sin ánimo de iniciar un nuevo debate sobre la manera debatir (valga la redundancia), simplemente comentar que he visto muy pocos comentarios que pretendan argumentar una tesis opuesta a la que se defiende desde la Asociación de El parto es nuestro (o por las que aquí comentamos, en mi caso concreto, sin formar parte de dicha Asociación); con argumentos, educación y respeto.
Lo que me hace pensar que esta Asociación ha dado de lleno en la diana. Cuando el único argumento en contra es propiciar el descrédito o perpetuar la etiqueta: vas por el buen camino.
Más bien la mayor parte de las veces las personas que disienten con lo que aquí se comentan, se inician de entrada, de muy malas maneras y con ningún argumento sólido. Precisamente, y casi en exclusiva, catalogando, clasificando o etiquetando, a veces directamente insultando, con lo que ellos consideran que somos, o que es esta Asociación...Y he leído de todo.
Respecto a los temas que cabe discutir y los que no, creo que todos pueden ser importantes, y si en toda esta historia del cambio en la atención al parto, una de las cosas que hay que aclarar es el campo semántico, no veo por qué no se ha de aclarar convenientemente.
En cuanto a lo de "feminazis", "talibanas de la teta" y tonterías por el estilo, no ofende quien quiere sino quien puede. Yo personalmente no me veo identificada con esos calificativos, ni me ofende el que tiene como único recurso el ataque con un puñado de etiquetas desfasadas y penosas.
Creo que el tema que nos traemos entre manos es lo suficientemente intenso, importante y trascendental como para que cada uno aporte sus argumentos con cierta "pasión", que nada tiene que ver con la falta de respeto o de educación; y si en el proceso alguien cae en el absurdo de recurrir a esas herramientas, pues sí, flaco favor al hecho de conversar, debatir o discutir.
Un saludo,
Adriana