En primer lugar, siento un montón que vuestra experiencia con la cesárea fuera tan traumática, pero si una embarazada llega hasta aquí quiero que sepa que depende del hospital. En mi caso también me hicieron cesárea porque no dilataba (previa oxitoccina) pero sí que me dejaron despedirme de mi pareja (no de mis padres). Tenía mucho miedo porque me llevaron al quirófano donde hacía mucho frío y para pincharme la anestesia (en las vértebras) no podía parar de temblar. Sin embargo, los médicos estuvieron toda la operación contándome qué estaban haciendo y avisándome en cada momento de lo que iba a sentir. En cuanto nació mi hija me la pusieron en la cara varios minutos para poder mirarla, besarla, ¡quererla! Y luego en cuanto me sacaron a reanimación (tras darme los puntos) me pusieron al bebé en el pecho para que comenzara a mamar. Solo estuvimos separadas dos o tres minutos, lo justo para enseñársela a la familia y ya conmigo hasta hoy. A mi pareja también le dejaron pasar a reanimación y las tres noches que pasé en el hospital, tanto médicos como enfermeros me contaban cómo cuidarme la cicatriz (que es tan baja que con el bikini no se ve) y me quitaron las grapas sin dolor.
A lo mejor soy yo que he tenido suerte, pero querría que las embarazadas no se sientan aterradas ante una operación que casi siempre te hacen en contra de lo que tú deseas. Es cierto que habría querido tener un parto vaginal pero os aseguro que no siento como que me hayan usurpado nada, estuve muchas horas con la bolsa rota y al final el bebé no podía esperar más.
Ánimo, Eva María, y espero que en próximos partos puedas encontrar un hospital donde te cuiden más :(