Esas decisiones facultativas con importante trascendencia para la vida de las personas, deberían ser fundamentadas en argumentos más sólidos que el aumento de la sensación de poder sobre la vida de los demás, y la necesidad de asumir experiencias que alimenten el ego y la experiencia profesional.
Se de lo que hablo.
Estos profesionales deberían pasar serios test psicotécnicos en los que demostraran con garantías la capacidad de sobreponer el sentido común, la humanidad, la lógica y la racionalidad, ante todo, ante todo lo que pueda afectarles de índole colectiva o individual.
Un saludo,
Adriana