Un colectivo de profesionales, o al menos un subconjunto de él, puede, si lo considera oportuno, realizar una inversión en marketing, procurando la consabida manipulación en aras de un incremento de beneficios empresariales. Al margen de lo que opinen colegas de la misma especialidad, o de otras...Incluso al margen de lo que opinen las usuarias del sistema sanitario.
Considero que es una obligación de las usuarias, en este caso, del sistema sanitario, informarse sobre la calidad y credibilidad de los profesionales que les van a atender.
Este hecho es una puñeta, porque nos obliga a invertir tiempo en información y análisis de la misma. Y porque elimina la confianza ciega en lo que el sistema nos proporciona. Venga del campo que venga.
Preferiría pensar que el mundo es un lugar maravilloso en el que el vecino siempre es honesto, sincero y respetuoso; que obra siempre en pro del beneficio colectivo, y no del personal; que antepone sus sólidos principios éticos y morales por encima de los intereses económicos o empresariales; que ama a la humanidad...Pero no es así.
Así que: mujeres del mundo, informémonos.
Un saludo,
Adriana