La maquinita que hace ping era un señuelo para dejar ver la ironía, efectivamente.
Ruego una segunda lectura desde esta nueva perspectiva: tan sólo trataba de poner en evidencia varios de los tópicos despectivos y machistas que usamos demasiadas veces en nuestra profesión.
La próxima vez seré más evidente.
Y un mensaje positivo: el cambio de mentalidad en el modo de trabajar de los profesionales, es posible.
Es más, es decisión personal de cada una de las personas que trabajan con madres y bebés, indeendientemente de políticas del centro, jefes de servicio, etc. Cada uno de nosotros tiene la libertad y capacidad de decidir cómo trabajar, si excusas.