Llevo un poco más que dos semanas en casa después de un turismo obstétrico. Dentro de mi corazón siento la satisfacción, la felicidad. Me siento muy afortunada de haber tenido un parto deseado y con la gente elegida por mi!
“Hola, soy la de fuera, que vengo para asegurarme de que no me hagan nada, ni a mi hija tampoco…” es una lástima, pero así fue.
Mi nombre es Taty. Soy de Ukrania. En España estoy viviendo desde 2002, diez de éstos en el sur.
Cuando me quedé embarazada planeamos qué iba dar a luz en el norte, donde vivía con mi pareja. Empecé ir allí a las revisiones. La gran mayoría del personal del hospital era muy correctos, educados y respetuosos a nivel profesional y personal. Parecía que todo tenía que ir bien. Hasta que un día hablé con mi cuñada. Y me contó que su hermana dio a luz en este hospital, y que todo era de maravilla pero que a su bebé se lo quitaron un tiempo para hacer unas revisiones. En este momento dentro de mí se alarmó todo, le contesté que justo era eso lo que yo no quería: ¡que me separen de mi hija en ningún momento! Y me dijo que no pasaba nada, que esto hacen a todos, para que madres no sufran al verlo. ¿Al ver el qué? Y pensé: "si madres sufren al verlo, qué pasa con los bebés? ¿Qué harán a los pequeñitos?
Yo pedía a mi pareja que asistiera conmigo al parto, necesitaba apoyo emocional y un tipo de "protección" frente a ciertas prácticas en los hospitales, mejor dicho del trato que dan. ¡He tenido mala experiencia con trato de los médicos, por esto tenía miedo! Miedo que me pudieran hacer algo que yo no quiero. Miedo a que no me respeten. Pero mi pareja no tenía intención de venir conmigo al parto, decía, que hay que confiar en los médicos y en lo que hacen, y que seguro que lo van hacer lo mejor posible. Pero yo no me conformaba. De mi cabeza no se iban las palabras de mi cuñada, que me pueden quitar a mi hija, aun que solo por unos instantes.
Estaba en mi séptimo mes de embarazo y tenía que volver al sur sola. Y desde allí empecé a buscar un hospital donde pudiera pedir el respeto, no me importaba dónde. Quedaba muy poco tiempo. Pero dentro de mi corazón confiaba que todo va a salir bien. En internet encontré varios hospitales, que ponían que respetan parto natural.... pero ¿quien daba la garantía? En mismo tiempo me acorde que una amiga un dia, al principio de mi embarazo me comento algo de Doulas. Después de investigar pensé que una Doula es lo que necesitaba. Una persona que me pudiera informar en elección de hospital, y asistir conmigo al parto. ¡Era mi solución! Y así fue.
Contacté con una Doula. Ella me informó de varios hospitales donde respetaban parto natural. Y elegí uno, el que estaba cerca de ella, de mi futura Doula.
Lo que me suponía esto era viajar a otra comunidad más o menos con 38 semanas de embarazo, buscar vivienda, empadronarme en esta comunidad. En todo esto me ayudó mi Doula. ¡He tenido mucha suerte con ella!
Y al llegar al hospital me recibieron en el Departamento de Acuerdos y Alianzas. ¡El trato que recibí fue maravilloso! Me sentía como si fuese una persona muy importante Respetaron todo lo que pedía ¡TODO!
He tenido muy buena experiencia en mi turismo obstétrico. Y estoy muy agradecida a toda gente que se me cruzaron en este viaje, sobre todo a mi Doula y ahora, amama de mi hija.
También os quiero comentar desde mi propia experiencia. Aquí se habla de dinero, " agarrar la cartera", cuando es necesario en un turismo obstétrico, pero no es lo más importante. Cuando decidí buscar otro hospital, no tenía mucho dinero, más bien muy poco, pero estaba convencida que dinero siempre aparece si de verdad lo necesito. En lo único que tenía que centrarme es que mi hija nazca como lo merece, que respeten a ella y a mí. Centrarse en lo más importante. Y lo demás viene solo.
¡Pero si centráis en dinero se pierde la importancia de lo importante!
También habláis de ir y "pelear" a los hospitales para conseguir un trato mejor, creérmelo no merece la pena Como bien a dicho Nuria Martínez: "Que uno de los momentos más importantes de nuestras vidas va a depender de la suerte", ¡mejor no! Mejor hacer las cosas con la conciencia despierta, confiando en nosotras y buscar otro sitio donde van a respetar nuestros deseos.
Hay muchas otras mujeres que están conformes y contentas con el trato recibido a ellas y sus hij@s. Estas mujeres no están informadas, no conocen… Sus madres, hermanas, amigas, vecinas han dado a luz allí..... y ellas ¿por qué tienen que ser distintas o "raras" y querer algo especial?
Lo que podemos hacer nosotras, las que hemos tenido otro tipo de experiencia es compartir, informar, contar a todas mujeres posibles las que están dispuestas a escuchar. Y así poco a poco se puede conseguir el cambio.
Gracias por darme esta oportunidad