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MACROTETADA
El otro día una mujer reservó en un restaurante. La pareja acude con su hijo lactante. En un momento de la cena, el bebé pide su teta y la madre, cómo no, se la da. Hasta ahí todo bien. La cena sigue a su ritmo. De pronto se acerca el sumiller, y con palabras muy educadas, le insta a esta mujer a guardarse la teta (los 2 cm que de ella asomaban) porque puede ser ofensivo para los demás comensales.
La mujer y su pareja, rojos cual tomates, no saben qué contestar y ella se guarda la teta.
La cena continúa, pero ya no es lo mismo... ¿Quien de los comensales se habrá sentido ofendido? ¿Cómo es posible que nos manden guardar la teta? ¿Y si en lugar de eso hubiéramos pedido que nos calentaran un biberón? Ah, eso seguro que nos lo hacían deshaciendose en sonrisas, tal vez incluso el encargado de calentarlo lo hubiese enfriado un poquito después, porque es papá y sabe que no debe estar muy caliente... Qué triste, lo mejor será poner una reclamación...
La pareja se levanta, se acerca al encargado y piden una hoja de reclamación. Entretanto, el encargado se disculpa señalando que habián hecho una votación entre todos los trabajadores para ver si era de recivo decirle a la pareja que por favor se guardara su santa teta. Esto es lo peor, sólo 2 de los trabajadores votaron en contra.
Horas más tarde, ya en su casa, habiendo pasado el mal trago, les llaman del restaurante pidiendo disculpas si el trato con ellos no fué satisfactorio e invitándoles a comer otro día para olvidar los malos entendendidos. Obviamente, rehusaon la invitación... (¿quién iría de nuevo a ese lugar?
Así que yo me pregunto: ¿Qué oscura razón hay para pensar que dar de mamar a un bebé pueda ser ofensivo? ¿Por qué sólo dos personas votaron a favor de que siguiese dando de mamar esta mujer? ¿Qué ocurre si usted va a comer con su familia y muy amablemente le dicen: lo siento señores, ustedes pueden comer, pero sus hijos no? ¿cómo voy a dejar de darle a mi hijo de comer? ¿Qué hubiese ocurrido si a nuestras abuelas les hubiesen impedido dar el pecho en público? Pues si, la mitad de nosotros no estariamos aqui si nuestras abuelas no hubiesen sacado su teta en el campo mientras trabajaban, en la feria mientras compraban...
Ahí dejo estos pensamientos, indignada... yo por suerte aún no me he topado en esa tesitura, y eso que me saco la teta hasta en el Carrefour (siento dar esta publicidad gratis), pero si alguna vez esto sucediera, espero tener la paciencia de contar hasta tres y después soltarle al susodicho que si no le gusta que no mire.
Desde aquí mi apoyo a esta pareja, por descontado que el Domingo 7 de Febrero estaré en Boadilla del Monte (Madrid) en la MacroTetada.
Paula L.J.
Es curioso cómo aquí se llega a considerar "ofensivo" de tan íntimo, y por ejemplo en Marruecos, donde hay muchos tabúes sexuales no sólo es natural sino muy aplaudido.
Estando allí me sacaba la teta cada vez que mi hijo lo requería, y, muchos hombres se acercaban incluso a tocar la cabeza del niño, algo que a mí me violentaba al principio, pero a lo que me terminé acostumbrando.
Sin embargo, sentí su desaprobación y malas caras cuando yo vestía pantalones cortos o mostraba mis piernas. Porque eso, para ellos no ofrece ningún bien a nadie. La teta sí.
Todas las culturas tienen sus escollos a solventar, y aquí estamos nosotras (y nuestras tetas) para avanzar.
Alimentar a nuestros hijos no sólo no es ofensivo; es necesario, es hermoso, es natural ¡y hasta estético!
Fantástico post. Gracias por esas reinvidicaciones de las que las que aún no somos madres a veces no somos lo suficientemente conscientes. Me ha encantado también el comentario de Diana. Es cierto que en los países árabes se ve el hecho de amamantar como algo muy natural y no es ningún tabú. Recuerdo a mis primas de Siria dando de mamar a sus bebés en cualquier situación, sin importarles si estaban rodeadas de gente.
La verdad es que es indignante...
Bueno ¿y que tal lo de California? que se puede hacer top less en la playa y no dar de amamantar en el paseo marítimo.
Este es un mundo de locos, donde el sentido común cada vez va perdiendo más terreno en favor de una supuesta moral retrograda y moderna, así de contradictorio.