Universos paralelos
Siempre que me encuentro a una amiga embarazada, me veo a mí misma durante la gestación de mi hija. Lo que digo y lo que pienso en tales conversaciones no concuerda en absoluto, y eso me asusta. A veces me siento como una hipócrita, mas lo que realmente sucede es que intento no juzgar a esa amiga que muestra confianza ciega en el sistema...
Y ahora soy consciente de que este bloqueo mío, que me impide gritarle "¡Ejerce tu libertad: infórmate y decide!", se debe a que, hasta hace poco, yo era ella....
Yo era la típica embarazada que flota en su nube.
Que aguanta estoicamente todo tipo de comentarios sobre su barriga.
Que se cree que lo fundamental es tener colección de pijamitas y un cochecito fácilmente plegable (porque de lo realmente importante no se habla).
Que espera largas colas para pedir cita para revisiones y pruebas obstétricas cuya utilidad nadie le explica.
Que no se informa sobre la asistencia al parto en su hospital, porque entiende que, de ser vejatoria, en una sociedad igualitaria, ello habría trascendido a la prensa.
Mas esa embarazada, cierto día, se dio de bruces con la realidad y perdió la inocencia.
Y claro, ahora está "del otro lado"... E intenta evitar que otras mujeres pasen por lo mismo... Pero aún está aprendiendo a hablar sobre parto... Porque nadie le enseñó.