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“¿Esto que me pasa es normal o me estoy volviendo loca?”
Michael Tschernajavski "Maternidad"
Por Sara Jort “Cuando mi bebé nació todas las previsiones que tenía se fueron al traste... nada era como yo pensaba. Yo me sentía extraña, no me reconocía.... De repente, las conversaciones con mis amigas, ninguna de ellas madre, no me resultaban de interés. Mi madre y yo discutíamos siempre que venía a casa a vernos, no sé porqué me irritaba tanto su presencia... A veces lloraba sin una razón aparente, por cualquier cosa.... Pero lo que realmente me preocupó fue que, cuando mi bebé dormía, ¡no podía evitar ir a ver si respiraba!.............¿Esto será normal o es que me estoy volviendo loca?....” Laia, 32 años. A menudo escucho experiencias como esta, y no sólo eso, como madre también he tenido algunas de estas sensaciones. Aunque cada maternidad es una vivencia única, es a la vez, un relato común. La maternidad es un cambio muy importante en la vida de una mujer que afecta a todos sus ámbitos: laboral, de pareja, social, ocio, familiar... y es totalmente normal pasar por un periodo de transición, nos adaptamos a la nueva situación. Nos rompe los esquemas, y hablo en un sentido totalmente literal. Cuando en el ámbito de la psicología decimos que la maternidad es una crisis vital estamos queriendo decir en otras palabras esto mismo, es un cambio en la vida tan excepcional que exige ajustes personales nuevos, ya que los recursos anteriores no nos sirven en la nueva situación. “Yo pensaba en el embarazo y el parto, nunca pensé en nada más. Yo creía que tendría a mi bebé y ya está, que yo sería la misma, todo sería igual, pero con mi “baby mocosete”.... Y luego vino lo que vino...” Amparo 37 años Nace una madre, y con esta nueva identidad un abismo de dudas, inseguridades, miedos.... En poco tiempo, hay que buscar nuevas maneras, nuevos roles y funciones para la madre, el padre y todo el sistema familiar. El bebe obliga a recolocar como si de un nuevo puzzle se tratara, pero con las mismas piezas que se han utilizado hasta ahora: un padre, una madre, una abuela, un hermano etc... Las nuevas necesidades fuerzan al cambio en el sistema familiar que debe adaptarse, provocándose en muchas ocasiones disputas y rencillas que aparecen o que estuvieron en “stand by” hasta este momento. La identidad materna se construye a través de la historia personal, la propia vivencia de la infancia, actitudes y características personales etc... así como por el contexto social que las envuelve. Actualmente nos vivimos en una sociedad y una cultura que se mueve de manera muy contradictoria respecto a la crianza de nuestros hijos/as, y el núcleo familiar sufre mucho esta ambigüedad. De alguna manera todas las personas tenemos una definición propia de lo que es una “buena madre” y un “buen padre”, y esto va a funcionar como una guía fundamental ya que representan las directrices del proyecto de familia que queremos llegar a ser. A todo este movimiento personal y familiar le unimos un elemento, que creo no se le da la importancia que realmente tiene, pero que desde mi punto de vista es principal: el cansancio. Sabemos perfectamente que no estamos hablando de cansancio físico, de haber corrido más que de costumbre esa mañana, o haber tenido mucho trabajo, que se acaba después de dormir algunas horas más de las habituales. Se trata de un cansancio de otro orden que viene de ocuparse de un bebe veinticuatro horas al día los siete días de la semana, del peso de la responsabilidad de un personita que depende totalmente de tí, la novedad de la situación...... Es un cansancio que no desaparece tan fácilmente, ya que es del área más emocional y energética. Todos estos elementos producen que en la maternidad/ paternidad se de en muchas ocasiones una sensación de vulnerabilidad o sensibilidad especial: “Cuando nació mi segunda hija me sentía como si no tuviera piel, cualquier cosa me tocaba y me afectaba sobremanera.” MªJose 29 años Por esta misma razón, comentarios aparentemente insignificantes, casi siempre del tipo de “llora porque tiene hambre”, “lo vas a malcriar si lo llevas tanto en brazos”, etc.... de la abuela del bebé, o de la vecina que viene de visita, caen como bombas... Sin saber exactamente porque, nos hieren profundamente. Son comentarios que hacen diana en el centro de la máxima preocupación, nuestra propia confianza, la disminuyen poniendo en duda nuestras aptitudes como madres a nuestros propios ojos y a los ajenos: “¿Pero qué pasa? A las madres, las tías.... ¿que se les ha olvidado cómo se pasa en estos momentos? ¡Todo el mundo diciéndote lo que tienes que hacer!.... Yo espero que cuando mi hija sea madre, me acuerde de esto, para no caer en el error de hacerle comentarios de como ha decidido cuidar a sus hijos/as...” Alejandra 41 años Madres buscando a madres En este contexto, resulta fácil entrever que la necesidad de apoyo aparece con mucha fuerza, pero no de cualquier apoyo, sino de aquel que nos da espacio para poder hablar y ser entendidas, en ese lenguaje que no todo el mundo comprende. Aquel apoyo que nos da aliento, nos da seguridad, exactamente el de otra madre experimentada o guía, una figura materna, que proporcione confianza y un “ambiente de contención” (así le llaman algunos/as profesionales). Es una interacción que favorece la necesidad de seguridad así como el intercambio de experiencias entre madres. Soy una gran adepta de los grupos de madres en todas sus modalidades: talleres de apoyo a la lactancia materna, grupos de posparto, grupos de crianza, foros especializados... cada mujer encuentra el propio. Estos grupos normalmente respetan y favorecen estos espacios de contención, libres de juicios y opiniones, y la madre se siente cómoda fácilmente ya que todas comparten el mismo momento vital y experiencias similares. Así encuentra a mujeres referentes o compañeras afines, que formaran su red de apoyo. “Después del nacimiento de mi primera hija quise que mi pareja me acompañara un día al grupo de posparto, que tanta importancia tenia para mi. Por casualidades de la vida la matrona nos reunía en su casa, concretamente en la cocina, a veces mientras cocinaba un pastel de cumpleaños para alguno de sus cuatro hijos. Una vez acabado el taller yo le pregunté entusiasmada a mi pareja que le había parecido, y él me contesto que no había entendido nada, que todas hablábamos a la vez y que no sabía bien que le encontraba a aquello. Mi frustración fue tremenda, para mi había sido todo tan interesante....” Sara 30 años ¿Y por que otras madres? Porque el padre nos proporciona apoyo emocional en el mayor de los casos, pero no tiene la legitimidad de una madre, nunca pasó por lo mismo. Porque la abuela materna del bebe muy a menudo, es fuente de conflicto inicial hasta que cada rol se resitua, (¡la hija ahora es madre! ). Pero esto no será siempre así, la relación esta pasando por un tránsito necesario que dará lugar a un nuevo vínculo entre la abuela y la madre, diferente al que existía antes del nacimiento del bebe. Porque no siempre hay hermanas, tías, abuelas... cerca de las madres para realizar el sostén vital que necesita una mujer en este momento tan característico. Porque las madres necesitan otras madres para hablar de bebes, de ellas, de todo lo que les está pasando, porque estos contactos nos ayudan a sobrevivir cuando maternamos en soledad, como sucede habitualmente. Christiane Northrup en su grandioso libro “Cuerpo de Mujer. Sabiduria de Mujer” relata: “Una de mis pacientes me dijo: <<Me sentí una con todas las mujeres que han parido alguna vez. Me sentí poderosa y conectada con algo de mi interior que no sabía que estaba ahí. Ocupé mi puesto entre las mujeres madres.>>” Enero 2011Hola Adri,
Tienes razón, creo que tu opinión y consejos pueden ser muy valiosos, creo que esta reducción que hacemos
“si no tienes hijos, no me comprendes”.
Es un poco en defensa propia, como menciona el artículo, cuando acabamos de parir estamos muy vulnerables, muchas cosas nos lastiman y pensamos que al contarle nuestras emociones a alguien que pasa por lo mismo que nosotras pues simplemente no se nos juzgara tan duramente.
mmm, entiendo como te sientes, yo intento lactar a mi peque, aunque como está bajo de peso no tengo mucho apoyo, dicen que mi leche no sirve :(, yo les digo que no es así pero ya sabrás.
Creo que tus ideas son validas, tal vez no esté de acuerdo con todas ellas; sin embargo tu tomas las decisiones en torno a tu bebe, y por tanto eres responsable de lo que a él suceda, (esto suena a sentencia no???, pero no es así, es la realidad que nos toca; a nosotras porque a veces los esposos no aportan mucho) suerte con tu peque, e infórmate por todos los medios para que las decisiones que tomes sean las adecuadas.
Maravillosa reflexión, me ha erizado la piel! Lo comparto al 100%
Un abrazo
Materno en soledad.
Pero soledad soledad.
También lo comparto 100%.
Creo que el grupo debería abarcar a mujeres en general, con capacidad de empatía, con ganas de ayudar, comprender y apoyar. La visión de la madre es bastante reduccionista, de acuerdo que existirán mujeres que hasta que no tengan hijos no podrán imaginarse nada, pero no es el caso de todas, conozco mujeres sin hijos que saben más de hijos que madres de dos y tres. Sorprendente pero cierto, real.
Pero vamos que si sólo son madres, en el sentido estricto de la palabra: madres que hayan engendrado y parido un hijo, la cosa está clara.
Una vez leí, ya no recuerdo donde, que hay dos tipos de mujeres, "las que son madres cuando tienen un hijo, y las que eran madres antes de tenerlo".
No entiendo cuando hablando de temas de niños con mamás, todas dicen lo mismo: "si no tienes hijos, no me comprendes".
¿SE PUEDE SABER EN BASE ¡A QUÉ! SE AFIRMA ESTO?
Yo me siento, antes de haber engendrado un hijo, ya en esa unidad con capacidad de hacerlo, antes de haber ejecutado y puesto en práctica esa función natural.
Yo creo que lo que les viene bien a las madres es hablar con gente que las comprenda, y las apoye. No necesariamente madres...
Un saludo,
Adri
Adri, me identifico plenamente contigo. Tampoco soy madre aún y siento ya ese poder, lo anhelo y además siento la necesidad de prepararme desde ahora aún cuando faltan varios años para que un hijo esté en mi proyecto de vida.
Saludos!
A mi me ha pasado lo mismo, empezó a crecer en mí una necesidad fuerte de información acerca de toda esta función y misión, que la naturaleza nos ha encomendado. De esto hace 3 años, pero siempre he tenido una inquietud muy fuerte por estos temas, desde pequeñita.
Siendo consciente de que, tener hijos, todavía no formaba parte de mis planes vitales inmediatos, e intuyendo que "hay un vacío", en estos temas en nuestra sociedad; (cómo se observa el embarazo, cómo se lleva a cabo la crianza, cómo se pare...)fue como empecé este camino personal de recopilación de información, lectura y análisis.
Todavía no dejo de sorprenderme con cosas nuevas que leo, o sobre las que procuro investigar más, profundizar. Esa capacidad de sorpresa que descubro en mi, es una fuente que alimenta mi curiosidad, el interés por saber más, por relacionarlo con más temas, por "cuadrar poco a poco las piezas del puzzle". Y sobre todo por darlo a conocer a los demás.
Hace años ya se decía que la información es PODER, pero uno no llega a saber, hasta qué punto esto es TRASCENDENTE, hasta que empieza a manejar información que circula en pequeñas dosis entre minorías.
Debemos querer saber más, conocer más.
Algunos tenemos la FORTUNA inmensa, de nacer con ello.
Simplemente es cuestión de escucharlo y llevarlo a cabo.
Es así, Mireya, como lo describes. Es exactamente eso: una sensación de necesidad.
Yo siempre me había "reprimido" esa sensación maternal, afectiva, sensible hacia niños y otras embarazadas, que siempre he sentido con mucha fuerza en mi interior. Hasta que una lectura reveladora, Casilda Rodrigáñez, me invitó a dejar aflorar la mujer que llevo dentro. A sentir ese poder que habita en nosotras como algo muy especial, a sentirme parte de una comunidad muy famosa, la de mujeres, pero con otra visión, de una manera muy distinta. Teniendo la impresión como de haber llegado a tocar el meollo de la cuestión.
Ahora me siento mucho más cerca de mi esencia, mucho mejor conmigo misma.
Un saludo,
Adri
Muchas gracias por esta invitación a la reflexión y también a Adri por ampliar criterio. A todo lo bueno que leo aquí no tengo nada que agregar. Pero frente a una afirmación tengo que reaccionar, sin poner en tela de juicio el resto.
Como padre, leer que los padres carecen de "legitimidad" me pone los pelos de punta. Ya sería hora de dejar de enfrentar y de hacer generalizaciones que, perdonen el epiteto, son absurdas. El padre tiene una perspectiva que és diferente pero que también es valiosa i válida. No digo que sea la misma que la de un parto pero no por eso és despreciable. Puestos a comparar experiencias, cuàndo se trata de ayudarse y de entenderse, que criterios vamos a aplicar: sólo las madres que han tenido un parto natural porque una madre que ha tenido cesarea "no tiene la legitimidad de una madre que ha tenido un parto natural, nunca pasó por lo mismo". O las madres que no han tenido epidural, las que han dado pecho etc... Todas estas cosas me parecen hermosas y dignas de ser compartidas, y lo digo como padre de hijos que nacieron por via natural, sin epidural y amamantaron entre 18 y 24 meses, pero no me parece que sean motivos de negar legitimidadr a las demás madres. Tal como negar de facto legitimidad al padre me parece nefasto. Creo que el embarazo, el parto y luego la maternidad son experiencias únicas para una mujer y que muchos de sus aspectos no los conocen los hombres, pero no somos sacos de harina inertes que atraviesan estos momentos sin vivirlos a nuestra manera. Y la paternidad en muchos hombres provoca el mismo tipo de inseguridades, ansiedades y cansancio.
Compadezco sinceramente las madres que no han sentido en estos momentos dificiles y hermosos que compartían algo con el padre al margen del cual quedaban un poco los demás. Esta complicidad compartida al cuidar en todo momento de la misma criaturita, al ser los únicos que saben interpretar precisamente tal o tal inflexión del llanto, al compartir las noches de desvelo y los dias de enfermedad.
Las cosas me parecen mucho más simples. Hay madres que no querrás tener en un grupo de apoyo porque son nefastas, y otras que son una ayuda-. Lo mismo que con los padres. Lo que pueda aportar cada uno depiende de factores infinitamente más diversos que sólo el sexo y la condición de madre.
Ahora ya me quedo callado
Todavía no he encontrado mi sitio en grupos post-parto. Me da la impresión de que soy un bicho raro: Mi bebe tiene 10 meses y le doy lactancia materna casi exclusiva (las demás les dan a sus bebes biberon), practicamos colecho (en esto si que coincido con alguna madre), y no he vacunado a mi hija (aquí se hace un silencio un poco incomodo), es el tercer grupo que visito y noto que no me comprenden.
Yo si te comprendo a pesar de no haber parido...Las cosas están así, simplemente te comprendo y haría lo mismo.
Un saludo,
Adri
Excelente post!!!!
Lo comparto completamente (inclusive la parte de la pareja que asiste al grupo de apoyo jajajajaja)
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Está muy bien definida la situación por la que pasan muchas madres. Y comparto la necesidad de los grupos de apoyos y de compartir la experiencia con otras mujeres, preferentemente madres.
Gracias, como siempre.
me leyeron la mente y el corazón...
Hola a todas/os:
es la primera vez que escribo, no he podido evitar compartir mis sentimientos al leer los post de Adri, ya que me siento igual. Aunque todavía no tengo planeado intentar concebir un hijo, desde hace ya un par de años siento un deseo de conocer, de informarme, de leer todos los aspectos relacionados con la maternidad. Aunque no soy madre, siempre he tenido un gran instinto y empatizo mucho con las mujeres que ya son madres.
Gracias por este blog, es maravilloso
Un saludo