El nacimiento de Jesús
Por Paula López-Jamar
Cuenta la Biblia (San Lucas 42:2:1 - 42:2:7) que José y su embarazada esposa viajaban de Nazaret a Belén para inscribirse en el censo, como César Augusto había ordenado.
"Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de su alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito. Le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón."
La verdad es que no da mucha más información, y a mí, que me encantan los detalles del parto, me deja con ganas de saber más: ¿cómo se desencadenó? ¿Tal vez el viaje en borriquito le ayudó en su dilatación? ¿y San José? ¿Se puso nervioso? ¿Acaso tuvo que soportar el peso de María mientras ella daba a luz? ¿Y quién, cuándo y cómo le cortó el cordón? ¿Y cuánto sacó el niño Jesús en el test de Apgar? ¿Tuvo María algún desgarro...? Demasiadas preguntas sin resolver.
Así que dándole vueltas a este tema se me enciende una luz: el Corán. Claro, recuerdo haber leído ahí algo sobre el nacimiento de Jesús (para el que no lo sepa, yo no lo sabía hasta hace pocos años, los musulmanes no solo creen en Jesús y en la virginidad de María, sino que, además, ambas son figuras muy veneradas en el Islam.
María es tan importante que en el Corán hay un capítulo entero (Sura XIX) que habla de ella. Para los musulmanes es la mujer más pura y perfecta que ha existido.
He aquí lo que dice el Corán acerca del nacimiento de Jesús:
"Así pues lo concibió y se retiró a un lugar apartado. Y le sobrevino el parto junto al tronco de la palmera. Dijo: '¡Ojalá hubiera muerto antes de esto, desapareciendo en el olvido!'
Y la llamó desde abajo: 'No te entristezcas, tu Señor ha puesto un arroyo a tus pies'.
'Sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán dátiles maduros y frescos'".
Tampoco nos da muchos detalles... Pero alguno más que la Biblia.
Para empezar, en el Corán María está sola. José no la acompañaba. Ella se retiró cuando el embarazo era notable, huyendo de las miradas y palabras groseras. No olvidemos que, en aquella época, una mujer soltera embarazada era poco menos que repudiada.
El nacimiento de Jesús la encuentra agarrada a una palmera, postura altamente fisiológica y que es utilizada por miles de mujeres en distintas culturas. Una postura que, como sabemos, favorece el descenso del bebé y ayuda a la dilatación.
Después, en un momento dado, María prefiere estar muerta. Los expertos dicen que esa frase hace referencia a todo lo que ha tenido que pasar, el huir, el esconderse, ser el blanco de todas las miradas, ella que fue pupila en el Templo, ella que era tan pura en todos sus actos y pensamientos.
Es una buena interpretación a mi entender, y yo pondría la mano en el fuego a que la dijo en ese instante mágico donde las todas las mujeres a las que nos han dejado parir deseamos estar muertas, ese instante que queda antes de que tu hijo asome su cuerpo a este mundo.
Por otro lado, todas las interpretaciones que he leído coinciden en que Dios le puso un arroyo de agua fresca e hizo madurar los dátiles para que ella repusiese fuerzas, pues le tocaba ahora volver y mostrarles a todos el fruto de su vientre: Jesús. Debía exponerse de nuevo a todos.
Y yo no puedo más que pensar: qué majete y qué empático Dios, que le puso esos ricos alimentos, en lugar de
esperar a que el efecto de la anestesia se le pasase, no fuera a ser el estómago todavía no funcionase bien...
No se qué pensaréis vosotras, pero para mí, Dios estuvo bastante acertado al recetarle dátiles maduros, bien ricos en azúcares... Y además una agüita fresquita, que tienes que reponer líquidos, maja...
Otro dato interesante en mis averiguaciones:
Tanto el libro sagrado de los judíos como el de los cristianos hacen mención al pecado que todas las mujeres portamos al ser descendientes directas de Eva... El típico "parirás con dolor". En el Corán, tanto Eva como Adán son culpables, pero se deja muy claro que nadie puede portar los pecados de otros. Por lo tanto, las mujeres musulmanas no llevan inscrito el castigo divino: si les duele el parto será porque es normal, y punto.
He estado informándome en profundidad sobre este tema: cómo tratan las distintas grandes religiones en su origen (es decir, en sus libros sagrados) la sexualidad femenina y os adelanto que da para mucho.
Mientras pongo en orden todo lo aprendido, os dejaré un dato para abrir boca:
En la Biblia parece que no hay un mandato expreso de Dios sobre cuánto tiempo amamantar a un bebé, pero varios textos hacen referencia a que era hasta la edad de tres años y no antes cuando se destetaba. La ley judía, en cambio, deja muy claro que el niño debe mamar no menos de dos años. El Corán dice que por lo menos son treinta meses. Para todas ellas, si la madre no pudiese darle el pecho debe hacerlo una nodriza, por el bien del bebé. Vamos, nada alejado de la evidencia científica actual.
Os dejo reflexionando y os deseo felices fiestas, nacimientos y lactancias para todos.