Puerperio y miedo al cambio: ¿Volver a ser la de antes?
Cuando decidimos convertirnos en madres nadie nos advierte: no solo cambia el cuerpo, sino que hay algo en lo más profundo de nuestra mente que varía para siempre, queramos o no. Es esa profunda sensibilidad hacia el ser que ha nacido y que muchas veces, si no cedemos a ella, se torna extraña e insoportable. Es la poderosa necesidad de silencio, recogimiento, protección, de ser cobijo, calor y alimento para nuestros hijos que nos devuelve al estado más salvaje al que jamás se ha acercado el Ser Humano. Dejamos atrás una vida anterior, fuese cual fuese, que jamás recuperaremos. Nos perdemos entre los llantos de nuestros bebés recién nacidos, los pañales y la desorientación que nos provocan nuestro estado de ánimo y muchas veces, demasiadas, la incomprensión de nuestro entorno.
Nos sorprendemos a nosotras mismas añorando una etapa que ya se cerró.
Y es que el cambio por lo general aterra, más cuando la tendencia es a una falta de información que conlleva a la idealización del embarazo, el parto y la maternidad. Pensar que en todo momento nos sentiremos absolutamente plenas y capaces es un arma de doble filo y crear expectativas irracionales con respecto a nuestro nuevo rol es peligroso. Nuestros hijos necesitan de unas madres que responden, lo de menos es que acierten a la primera o no. Nuestros cuerpos se han tornado Catedrales que cumplen una función tan bella como primigenia. Nuestras mentes están en sintonía con las del resto de mujeres madres habidas y por haber a lo largo del Globo. Hemos de abandonarnos a la realidad del cambio y no pelear contra él, sino sentirlo como parte de nuestra evolución natural, de nuestro crecimiento como personas.
jajaj ay rosario... sí, nos pasa! el nivel de exigencia de un hijo va casi a la par con lo enorme del amor. es mucho!!!! personalmente, para mí fue escencial dar con un grupo de madres. nada... para compartir un rato, salir a dar un paseo, tomarnos un café, charlar... airearnos. mi vida fue un antes y un después. solo es dificilísimo!
suerte!!! (y gracias por tu honestidad! cuesta decir las cosas sin pelos en la lengua... )