Manejos expectantes que salvan vidas
Imagen: Lily Greenwood
A una madre le diagnostican “aborto retenido”.
Supo de su embarazo a las 6 semanas de gestación. Pasada la semana 10, le dicen que dejó de desarrollarse, que se paró. Le prescriben legrado, pero ella opta por el manejo expectante (esperar a que el propio cuerpo expulse el embrión sin uso de medicación). Tiene sangrados y deduce que se está iniciando el proceso. Al cabo de unos días, cuando el sangrado disminuye, va al médico para ver si quedan restos y saber cómo va el proceso y ¡oh! milagro, ¡hay latido! Estaba de menos semanas y todo está bien. ¡Reposo y adelante!
Sí, adelante y nos alegramos muchísimo, pero es un caso de mal diagnóstico MUY GRAVE, con resultado de muerte (sin que nadie lo hubiera registrado) si hubieran seguido el protocolo establecido.
Sin ser yo profesional de la salud, conozco varios casos como el que acabo de relatar ¿Esto no tendría que hacernos replantearnos la base de la actuación en muerte gestacional?
Creo que es un argumento de peso para que los doctores analicen muy seriamente la intervención medicalizada inmediata tras diagnóstico de muerte gestacional en embarazo temprano.
¿Cuántos bebés son arrancados de su nido por no poder escuchar su latido y por esta manía de querer emular los procesos fisiológicos reproductivos de manera artificial, medicalizada y precipitada?
Difícil conocer datos al respecto, pero, sabiendo que ocurre, es necesario que se reaccione adecuadamente, sin demora, alargando los tiempos de espera y conociendo bien la fisiología de la pérdida, apoyando esta decisión, aún hoy tan cuestionada y desconocida por los profesionales de la salud, pero que los estudios científicos avalan (ver capítulo 8 de "Las voces olvidadas").
Te recomiendo pasar por el grupo de Facebook de la asociación, es mucho más activo y encontrarás el apoyo que buscas. Abrazo.
Yo también conozco algún caso, y no me cansaré de recomendar el manejo expectante.
Qué historia más bonita. Poder recibirlo en casa y disponer de su cuerpo para enterrarlo. Un beso.