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Epidural y calidad asistencial
Necesitamos cuantificarlo todo. ¿Que mejor manera de medirlo que con el dinero? El agua caliente no cuesta lo suficiente para darle cache a los hospitales.
100% de acuerdo. Había leido un artículo de una médico de familia australiana, Sarah Buckey, que al explicar las complicaciones y efectos secundarios de la epidural, decía algo así como que resulta más fácil drogar y tener sometida y callada a la mujer, que averiguar y atender sus necesidades durante el parto.
Claro, nos venden la epidural como la maravilla de las maravillas, pero lo único que hace es tapar graves carencias. La peor de todas, la falta de información y conocimiento sobre nuestros propios cuerpos que tenemos las mujeres. En el cole lo aprendemos todo sobre nuestra fisiología: circulación, digestión, respiración, músculos y huesos... todo. Y sobre la menstruación, embarazo, parto, lactancia y menopausia? Nada o casi nada. Las clases sobre reproducción son básicas y superficiales, es como si todo lo que se refiere a la vida sexual de la mujer quedara oculto.
Así llegamos a la edad adulta sin saber apenas nada de esos procesos y cuando llega el momento de informar, quién lo hace? Los médicos. Pero los médicos están formados en la patología, no en la fisiología. Ese es el problema. Cuando estudiamos la circulación y el corazón en el cole, no nos dicen todas las patologías posibles, sino que nos dicen como funciona de manera normal nuestro cuerpo. Para las patologías y los fallos de la naturaleza están los médicos, por eso a mí me gustaría haber sabido como funcionaba mi cuerpo de manera fisiológica mucho antes. Así no se tiene miedo, ni se vuelve una hipocondríaca ante un proceso natural. Sabes lo que te espera, por qué se produce y cómo enfrentarlo sin temor, confiando en tu cuerpo. Y si sale mal? Bueno, también hay gente a la que le dan ataques cardíacos y no vivimos aterrorizados pensando que nuestro corazón va a fallar, no?
Haced la prueba. Dadle a alguna mujer de la familia (o amiga, o conocida) un folio en blanco y unos lápices de colores. Pedidle que dibuje una silueta humana con los riñones, la uretra, etc. La mayoría sabrá localizar estos órganos, dibujar la forma aproximada y colorearlos correctamente. Ahora pedidle que dibuje el cuello del útero. Ni idea. Ni siquiera sabrá donde está. Y nos creemos tan liberadas y avanzadas, porque somos occidentales europeas!!
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