Equipo Blog
Reflexiones sobre el plan de parto y nacimiento
Por Ángeles Cano
Ayer recuperé una carta de una amiga alemana, Elisabeth Geisel, muy activa en la atención al parto en su país y en este momento coordinadora de la red europea ENCA (European Network of Childbirth Associations). Es además una de las fundadoras de la primera casa de partos en Alemania. Sus reflexiones sobre los planes de parto me hicieron pensar y me gustaría compartirlas aquí con vosotros. Ella habla también de forma crítica del papel del acompañante, en especial cuando se trata de la pareja de la mujer. “En Alemania no es usual redactar un plan de parto. Hace 20 o 30 años las mujeres solían anotar sus deseos para el parto y lo entregaban cuando fueran a parir. Parece que puede ser un paso hacía una atención más respetuosa para la madre y el bebé. Pero en realidad la razón para presentar un plan de parto es la falta de confianza, ¿no? ¿Y en quién puedes confiar si no conoces a nadie cuando vas de parto a un hospital? Los departamentos de obstetricia ofrecen "tardes de puertas abiertas", a través de las cuales nos hablan de su "filosofía" y nos presentan sus protocolos y los espacios donde transcurrirá el parto. Esta es una buena ocasión para aclarar dudas, para conseguir respuestas a las preguntas que cada uno tiene. Muchas parejas visitan todas las clínicas de su entorno que pueden y hacen su elección de acuerdo con lo que han visto y escuchado. Estas tardes se consideran “de relaciones públicas” por parte de la clínica. Si el presentar un plan de parto se puede considerar como un paso adelante, debería ir en la dirección de adquirir una mejor comunicación: conocer a la matrona (o al equipo de matronas) con antelación y hablar con ellos sobre lo que se quiere y lo que no. Para un parto fisiológico la confianza juega un papel fundamental, para que la parturienta se puede dejar ir, para que pueda perder el control y “dejar fluir” el parto, sabiendo que nada con lo que ella no está de acuerdo va a suceder... Por esta razón se propuso que los hombres/ maridos/ padres fueran los acompañantes que supieran de los deseos de la mujer (para hablar por ella si hacía falta). Se esperaba que, teniéndolos a su lado, la mujer se pueda rendir más fácilmente ante el “poder” del parto. La realidad se ha mostrado diferente, y es muy frecuente que la mujer se abstenga de dejarse ir cuando está en presencia de su pareja. Por otra parte, vemos a hombres que por desconocimiento al proceso del parto piden o incluso exigen intervenciones que son contraproducentes para el propio parto, como para el bebé y para la relación en pareja. En una situación así la mayoría de los sanitarios que no confían en la fisiología del parto, se apresuran, aliviados, a intervenir. Existe un estudio universitario actualmente en desarrollo, que trata este tema tan sensible.” No sé si la situación en España es la de Alemania de hace 20 o 30 años, porque estamos hablando de dos sociedades bastante distintas. Lo que está claro es que las necesidades de una mujer a la hora de parir no vienen sólo marcadas por temas culturales sino sobre todo, por instintos propios de las mujeres como mamíferos, sin importancia de la sociedad en la que viven. Lo que yo veo distinto a los planes de parto en Alemania o en el Reino Unido, es que aquí se ve este documento más bien como “un escrito para decir lo que no quiero que me hagan”, lo cual es un poco triste, porque describe un poco la postura en la que estamos ahora las mujeres: a la defensiva. A la defensiva ante la medicina defensiva ¡qué disparate! Un plan de parto es simplemente un documento que explica los deseos de la mujer para ella, su bebé y su parto, en ningún caso su intención es ofender al profesional sanitario. Lo que pasa es que a veces da la impresión de que todavía algún que otro jefe de servicio se toma mal recibir un plan de parto. Todavía hay hospitales que se niegan a reconocer planes de parto; profesionales a los que se les “olvida” incluirlos en la historia clínica cuando llega por registro. Pero además, y tristemente, nos constan casos en los que la mujer fue “castigada” durante su parto, por haber expuesto deseos… e, incluso, sabemos que en alguna sesión clínica un plan de parto se usó para echarse unas risas entre ginecólogos. Una mujer que entrega un plan de parto es una mujer que conscientemente se ha informado y está tomando decisiones sobre su propia salud y sobre la de su hijo; por lo tanto, es una mujer que se hace responsable de su parto, y esto es algo muy importante para una matrona o un ginecólogo. En realidad es algo que debería desear cada profesional que acompaña a una parturienta, ya que le quita esa carga de la única responsabilidad. Y con respeto al tema del acompañamiento, creo que hemos ido de un extremo al otro: de que los hombres no fuesen al hospital (“cosa de mujeres”) a que hoy en día es casi obligatorio que la pareja esté presente en el parto. Conozco muchos hombres que no deseaban estar presentes y no entraron, otros que se sintieron obligados a entrar y no se sentían nada cómodos (y no lo cuentan casi nunca porque les de vergüenza) y también muchas mujeres que no querían que su pareja estuviera en la sala de partos. También hay mujeres que cuando están de parto simplemente no quieren ver a ningún hombre cerca, por la razón que sea, prefieren ser acompañadas y atendidas por una mujer. Creo las conclusiones de las que habla mi amiga alemana son claras, cada deseo en cuánto al acompañamiento es muy respetable, no deberíamos generalizar ni encasillarnos con este tema.
Pues claro que no, nunca hay que encasillarse. Y totalmente de acuerdo con que los planes de parto son vistos como una intromisión en el ejercicio de la profesión de los sanitarios, por ellos mismos.
Cuando simplemente es darse a conocer en gustos y apetencias sobre el parto, intentando suplir la falta de confianza y contacto previo entre parturienta-pareja, y equipo médico que los atiende.
Un saludo a todos,
Adri
Os dejo este enlace que venia en un periodico.
http://www.lne.es/gijon/2011/04/15/epidural-aumenta-riesgo-parto-instrumental/1061346.html
Una reflexión muy interesante. Es cierto que el sentido de los planes de parto se concibe, se percibe y se recibe de manera errónea por parte del personal sanitario.
Y es cierto también ese apunte sobre el rol del padre. Pero es como si en el tema de la asistencia al parto en los hospitales se hubiesen quedado en el esquema. Intentando "humanizarlo", se cogieron cuatro cosas de aquí y de allá y se aplicaron a todas las parturientas, sin entender que cada mujer es única y aún más cada parto, y que por tanto, las necesidades en cada uno de ellos van a ser distintas. Quizás parecidas, pero singulares e individuales para cada mujer y cada parto.
Estoy de acuerdo sobre el tema del plan de parto. Y respecto a los hombres en los paritorios, también es muy cierto. Como Doula, veo que en ocasiones cuando la mujer ha de elegir una sola persona para su acompañamiento, se enfrenta al dilema de decirle que no a su pareja... y muchos no lo entienden, aunque para otros es un alivio.