Desmitificando Holanda, segunda parte.

Continuamos nuestra búsqueda de las perlas que sueltan algunos desinformados en este país sobre la situación en Holanda, para seguir sacando las leyendas urbanas a la luz: Mito nº2: "Se traslada un equipo médico a la casa de la parturienta: ginecólogo, comadrona, celador y anestesista, por si la mujer quiere la epidural" José L. Solís, jefe de ginecología hospital de Carbueñes, Asturias. Perdon, pero con lo del celador me parto, de verdad. ¡Ay, que bueno! Tampoco va el anestesista a los partos domiciliarios, solo trabaja en el hospital. Por cierto: la tasa de epidurales en Holanda es bajísima, está más que comprobado que las manipulaciones e intervenciones en el hospital aumentan mucho el dolor durante el parto. Si una mujer requiere la epidural es una razón de traslado, en este caso termina el parto en el hospital. ¿Y el ginecólogo? Pues en Holanda lo tienen claro: el ginecólogo es el especialista para patologías del embarazo y del parto. Su trabajo es resolver complicaciones, no atender un parto normal, ya que no está formado para eso. Un ginecólogo está formado para diagnosticar y aplicar tratamiento, no para acompañar una mujer durante un parto normal. Todo esto en si es absurdo, ya que sería imposible realizarlo con los profesionales que tienen. En Holanda están registrados y trabajando 2.315 matronas y 800 ginecólogos, el sistema no está hecho para que vayan ginecólogos a los partos. (Fuente, statistic sheet, ENCA 2009) El señor Solís solo acertó con la comadrona. En los partos domiciliarios en Holanda son las matronas que acompañan a la mujer durante el embarazo, parto y posparto y proporcionan una atención intengral. Hay ciertas condiciones que impiden un parto en casa, pero esto vendrá en la parte III o IV. Leer aquí la primera parte de "Desmitificando Holanda"