Juegos ¿de niños?
Llega a mis oídos (más bien a mis ojos) un juego nuevo disponible para descarga en las principales plataformas para dispositivos móviles. Lo que no tengo tan claro, después de verlo, es que sea realmente un juego… aunque a algunos así les quiera parecer. La aplicación se llama “Nacimiento por cesárea” y nos da la oportunidad de practicar a hacer cortes en úteros ajenos a diestro y siniestro porque, claro, como ya sabemos, hay infinidad de mujeres con cuerpos defectuosos que no pueden parir. De hecho, así nos lo explica el editor del juego en un español sacado probablemente de un (mal) traductor automático: “Si usted no puede dar una luz a su bebé por sí mismo, trate de corte por cesárea"
Y de nuevo prevalece esa idea, que poco a poco se extiende, se ancla en la memoria colectiva, echa raíces y no deja de crecer: que no somos capaces de traer al mundo a nuestros hijos, que estamos mal hechas, que nuestros cuerpos no valen para algo para lo que se supone que teníamos que estar diseñadas de antemano. Al igual que jugábamos al OPERACIÓN para sacar huesos y hacer funcionar corazones, nuestros hijos jugarán a hacer incisiones a mujeres para extraerles a sus bebés. ¡Menos mal que tenemos la ciencia, la tecnología, el desarrollo médico para corregir las vulgaridades y limitaciones de este físico que nos atrapa! ¡Qué bien que contamos con la ayuda de esos salvadores de bata blanca, más bien azul en quirófano, que nos extraerán sanos y salvos a nuestros hijos! ¿Qué más dará que para ello se nos raje, se nos violente, se nos opere en tantas ocasiones sin justificación médica? ¿A quién le importa la recuperación de nuestras heridas, físicas y emocionales, cuando tenemos a nuestro maravilloso bebé en brazos? Ni a nosotras mismas debería, ¿verdad? ¡Ya vemos que parece todo un juego de niños!
Precisamente en el 2015 se cumple el 30 aniversario de la declaración de Fortaleza, donde la OMS ya alertaba sobre las altas tasas de cesáreas que se estaban registrando. Tres décadas después, no sólo se consolida el crecimiento en el número de cesáreas, sino que se señala que la mortalidad no mejora cuando la tasa de cesáreas es superior al 10%. ¿Por qué, entonces, la media en nuestro país está por encima del 25%? ¿Una de cada cuatro españolas no podemos parir? ¡No sé cómo no nos hemos extinguido antes de que se comenzaran a practicar cesáreas seguras!
Benditas sean las cesáreas que salvan vidas, de madres y de bebés. Pero frivolizar con una operación que cada año deja a miles de víctimas que nunca deberían de haberse visto sometidas a ella… Eso no, por favor. Por ahí sí que no paso.
Cuando leas esto, seremos muchas las personas que lo habremos denunciado y, con un poco de suerte, ya no estará disponible para descarga. Pero, si no es así, por favor, no lo bajes… No alimentemos al troll.