A los medios de comunicación de este país
Por Marga Orell:
La actuación de la prensa sensacionalista de este país es vergonzante. Cometen actos punibles y que son indignos de su profesión. Un periodista serio se molestaría en contrastar los hechos. Más aún, un periodista serio no convertiría en noticia nacional ni haría un juicio público de un acto privado de personas anónimas que estan pasando por un momento vital de extrema dureza. No emitiría opiniones vanas basadas en prejuicios sin ningún fundamento. Respetaría el duelo de una familia, sin más.
Hace unos días nació sin vida un bebé en un parto en domicilio. El nacimiento fue asistido por dos matronas con experiencia y el bebé ya había fallecido, desgraciadamente, antes del parto. Estos son los hechos. Desde la asociación tenemos pleno conocimiento de ello. Sin embargo lo que ha aparecido en los medios (en concreto nos referimos al espacio de noticias de Antena 3) es que "Ha muerto un bebe en un parto natural en casa" y que la madre "se ha negado a la asistencia hospitalaria".
Además de estas afirmaciones, que son inciertas y tendenciosas, la cadena ha apoyado su reportaje con las intervenciones de dos médicos que dan datos imprecisos y falsos basados en su opinión. Las opiniones no son ciencia y como tal, no tienen validez alguna y consideramos que son un burdo intento de embrutecer la realidad además de inadecuadas.
Es falso que el parto domiciliario tenga "50 veces más riesgo" que el parto hospitalario. Lo primero que habría que matizar es "más riesgo de qué". Asumiendo que se este refiriendo a riesgo de mortalidad perinatal (que NO ha sido, además, este caso) seguiría siendo falso, en igualdad de condiciones.
Los partos en domicilio, de bajo riesgo y con ciertas condiciones de seguridad que se siguen en la inmensa mayoría de los casos tienen los mismos riesgos que los partos hospitalarios, según datos arrojados por estudios que SI están basados en evidencia científica.
Lo que sucedió en este caso no lo hubiera evitado un hospital, con todos sus médicos y sus batas blancas (o a pesar de ellos). La manera como se presenta el reportaje da a entender todo lo contrario. Y es mentira. Es hiriente. Es usar la desgracia de una familia para adoctrinar y amedrentar a las embarazadas de este país.
Tampoco es exacto y supone sesgar información, decir que los partos se pueden complicar de un momento a otro y que si no se actúa de inmediato el bebé puede morir o quedar con daños irreversibles. Cabría recordarle al señor médico cuáles son los motivos principales por los que un parto se complica. Los partos no intervenidos rara vez lo hacen y usted debería saberlo. Lo que, mayoritariamente provoca que los partos se tuerzan son la multitud de intervenciones innecesarias (y muy frecuentemente ni informadas ni consentidas) cuyo único objetivo es hacernos a las mujeres parir en el tiempo que ustedes, los médicos, consideran oportunos. Pero eso no sale en las noticias.
No dicen que en muchos puntos de España no se respetan las recomendaciones de la OMS ni de la SEGO. Que decenas de hospitales de este país siguen actuando según protocolos anticuados donde la mujer es considerada un mero contenedor que hay que vaciar, donde la violencia obstetrica y la vulneración de la ley de autonomía del paciente están a la orden del día. No dicen que en España la tasa de cesáreas, de inducciones y de episiotomías es muy superior a la que recomienda la OMS. Por supuesto no salen en las noticias los niños que fallecen por sus intervenciones y su mala praxis. Ni las madres. Ni las mujeres que acarrean durante años secuelas psicológicas porque ustedes les arruinaron el momento más importante de sus vidas. No tienen valor ni dignidad para asumir por qué algunas mujeres huyen de los hospitales para parir. Ni siquiera se lo cuestionan. ¿Cuántos nacimientos han arruinado sus manos?
Ya está bien. Entre médicos y periodistas pretenden hacer llegar a la población un mensaje de terror que no es cierto. Ponen en el punto de mira a decenas, centenares de mujeres que deciden, informadas y acompañadas por matronas expertas (que son las que deberían atender los partos normales y que están plenamente formadas y capacitadas para ello) haciéndolas quedar como locas irresponsables y caprichosas, cuando seguramente están mucho más informadas y preparadas para parir a sus hijos que miles de mujeres a las que ustedes adoctrinan en sus asépticos y modernos hospitales para que paran tumbadas según sus directrices y a su disposición. Se les olvida que son ustedes los que están a nuestra disposición. Olvidan que somos mujeres adultas con capacidad y derecho de tomar nuestras propias decisiones. A unos y a otros se les tendría que caer la cara de vergüenza.
No nos mientan. No tienen ustedes necesidad de mentir. Sabemos decidir y asumir la responsabilidad de nuestras decisiones. No necesitan protegernos de nosotras mismas con falsedades. No somos tan peligrosas.
Gracias Marga por tu escrito.
No tienen respeto ni por las personas, ni por los sentimientos, ni por su profesión, mienten impunemente o comunican sin saber, para mi, ninguna de las dos, tienen perdón.
Un abrazo a esa gran mujer y su familia.