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6 Abr 2015
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5 comentarios

Vivencias de una abuela

Por Teresa Carbón Gómez

Presenciar el nacimiento en casa de mi nieto supuso una experiencia impactante y enriquecedora en mi vida, el haberlo vivido con serenidad se lo debo a la Asociación El Parto es Nuestro.

El nacimiento de Jorge


Cuando el 24 de septiembre de 2013 recibí la llamada de mi hija a las 7 y 20 de la mañana diciéndome "mamá baja", me puse tan nerviosa que no atinaba ni a vestirme, pero en cuanto entré en su casa 5 minutos más tarde estos nervios desaparecieron, yo sabía que los nervios, los miedos, la adrenalina... tenían que quedar fuera.

Me centré en colaborar en lo que hiciera falta; atender a mi nieta de 4 años, recoger la cocina, calentar toallas..., esperar la llegada de las matronas..., pero en pocos minutos me di cuenta de que el parto era inminente, dejé a Helena con su abuelo y me quedé junto a mi hija y su marido.

Poder acompañarles en el nacimiento de su hijo fue lo más hermoso de mi vida, y hacerlo desde la serenidad, sin miedo, sin nervios, disfrutando..., sólo pudo ser por la confianza que tengo en que una mujer sana que está de parto sabe lo que tiene que hacer.
Ellos acurrucados en una esquina, tranquilos, felices, esperando el encuentro con su hijo, ¡¡qué emoción!!

Todo se precipitó de tal manera que las matronas no llegaron a tiempo.

Vi como en una contracción salía la cabeza, en otra un brazo y un hombro y en otra Jorge ya en las manos de su papá, ¡¡¡¡qué vivencia!!!!!

Si esta experiencia la hubiese vivido hace 4 o 5 años, creo que no hubiese sido lo mismo, en aquel momento yo tenía una imagen del parto como algo peligroso.

Cuando mi hija, en su primer embarazo, me dijo que iba a parir a un hospital que esta a 70km de casa teniendo uno a 5 minutos, me pareció una tontería, tenía miedo, era un hospital pequeño, lejos, no entendía qué podía ofrecerle diferente al de al lado de casa; pero como siempre, confié en ella y la apoyé.

A partir de ese momento comencé a leer todo lo que caía en mis manos relacionado con los partos y aprendí la diferencia entre parir y que te hagan parir.

Cuando leí La revolución de nacimiento, Cartilla para aprender a dar a luz y artículos de la página web de El Parto es Nuestro, encontré respuesta a 30 años de preguntas sobre mis partos, supe que la sensación de soledad, frío y miedo que tuve entonces podría haberse evitado.

Ahora estoy convencida de la necesidad de ofrecer a las parejas que esperan un hijo la información que les permita decidir qué nacimiento quieren para su bebé.

Si no hubiese apoyado a mi hija en sus decisiones y hubiese optado por infundirle mis miedos y preocupaciones, poniéndome en contra de ella, me habría perdido todo el aprendizaje de estos últimos años, pero, sobre todo, me habría perdido la maravillosa experiencia de ver nacer a Jorge.

Gracias a mi hija y a mi yerno por permitirme estar a su lado en un momento tan especial y gracias a la asociación El Parto es Nuestro por todo lo que me ha enseñado.

Rebeca Lopez
6 Abr 2015

Qué emocionante leer éste relato y qué importante debió ser para tu hija sentir tu apoyo. Enhorabuena por ese tremendo trabajo personal que realizaste y gracias por compartir tu experiencia. Me ha encantado

Mari (unverified)
6 Abr 2015
¡¡¡Precioso!!! Está claro que el cambio va de la mano de todas, incluida esa figura tan importante de la abuela / madre de la mujer que pare. Como han dicho arriba, enhorabuena por tener la valentía y el coraje de emprender ese trabajo personal que pone patas arriba buena parte de lo aprendido hasta el momento, pero ese esfuerzo tuyo como madre (no como abuela) ha dado sus frutos en un enorme apoyo a tu hija, que es lo que más se necesita para parir. ¡¡¡¡Eres una madre y abuela magnífica!!!! Muchas gracias por compartir vuestra experiencia.