Podemos disfrutar de una lactancia feliz desde el primer momento a pesar de haber vivido un parto muy intervenido o una cesárea. De la misma manera, es posible tener problemas para amamantar tras un parto respetado, tranquilo y maravilloso. Pero es un hecho que el parto influye en el establecimiento de la lactancia y puede decirse que cuanto menos intervenido sea un parto más probable es que la lactancia se desarrolle sin dificultades.
Cuanto más se interfiere en un proceso fisiológico, más alteraciones y desviaciones de la normalidad se producen. Lo normal en el ser humano, que es mamífero, es poder amamantar a sus crías, pero cuando el parto ha sido manipulado, la fase siguiente del proceso reproductivo, esto es, la lactancia, puede verse afectada de múltiples formas.
Muchas de las intervenciones que pueden darse en el parto tienen efectos secundarios tanto en la madre como en el bebé, pudiendo suponer una traba importante al amamantamiento que incluso llegue a conducir a su fracaso. Evitar intervenciones innecesarias aumentará las posibilidades de conseguir dar el pecho de una forma natural, agradable y sin complicaciones. En caso de que no sea posible evitar dichas intervenciones (o que siendo evitables, no se hayan efectivamente evitado en la atención al parto), saber cómo pueden afectar a nuestra lactancia será fundamental para, conociendo la causa, encontrar la solución más adecuada al problema que se nos presente.
¿Cómo influyen algunas intervenciones durante el proceso del parto en la lactancia?
En la madre:
1. La utilización de antibiótico durante el parto puede alterar el equilibrio de la flora bacteriana y desencadenar obstrucciones y mastitis.
El antibiótico se prescribe para tratar una posible infección tras horas con la bolsa rota. Evitar la rotura temprana rutinaria de bolsa y limitar los tactos vaginales a los mínimos necesarios reduce considerablemente el riesgo de infección y por tanto la necesidad de utilizar antibiótico para tratarla.
2. La administración de suero intravenoso redunda en dificultades de agarre debido a que se puede producir ingurgitación mamaria.
Antes de poner la analgesia epidural, es necesario poner suero a la madre para evitar que le baje demasiado la tensión arterial. El suero se suele utilizar también en sustitución de la ingesta de sólidos y líquidos durante el parto, pese a que el ofrecimiento de líquidos por vía oral durante el parto es una práctica considerada por la OMS como beneficiosa y la restricción de acceso a comida y líquidos se encuentra entre las prácticas que frecuentemente son usadas de manera inapropiada.
Está comprobado que las ingurgitaciones más importantes suceden a mujeres que han recibido sueros intravenosos y peridural.
3. La anestesia (epidural o general) no afecta por sí misma a la producción de leche, ni perjudica al bebé a través de la leche, pero puede iniciar una cadena de pequeños problemas que se van sumando.
Junto con la aplicación de la epidural se suele administrar oxitocina para paliar los efectos secundarios de la propia analgesia, y en muchas ocasiones se realiza además la rotura de bolsa. La oxitocina, como hormona sintética potente, puede provocar sufrimiento fetal o niños más cansados, estresados, que nacen con poco instinto de succión, y este conjunto de factores hace que se retrase la primera toma. La inmovilidad de la mujer que provoca la epidural y la falta de verticalidad hacen que se disparen las cifras de bebés que no bajan, bebés que no giran y no se colocan bien, con lo cual aumenta la cifra de distocias y partos quirúrgicos. Los partos quirúrgicos afectan a la lactancia, por un lado, ocasionan a la madre dolor y molestias que le pueden hacer más difícil encontrarse cómoda para amamantar. Por otro lado, a nivel emocional, puede resultar traumático tanto para la madre como para el hijo dificultando así la creación del vínculo.
Hay que procurar dar el pecho lo antes posible y con frecuencia, para que la lactancia materna funcione bien, a pesar de la anestesia.
4. En caso de cesárea, el dolor de la herida puede impedir a la madre moverse libremente y amamantar con comodidad.
Tras un parto quirúrgico, puede que resulte más incómodo dar el pecho, pero es importante empezar cuanto antes. Amamantar en esta circunstancia conlleva unos beneficios añadidos a los que de por sí tiene la lactancia materna. Puede ayudar a muchas madres que se hayan sentido mal por dar a luz por cesárea a recuperar la confianza en su cuerpo.
Dando el pecho el útero recupera antes su tamaño normal y se favorece la pérdida de peso
Además, los anticuerpos de la leche materna, son sumamente importantes para los niños que nacen por cesárea tras un parto largo con rotura de bolsa, o que permanecen en el hospital, donde el riesgo de infecciones es mayor.
Las mujeres que tienen a sus hijos por cesárea dan menos el pecho que las que los tienen en un parto vaginal. La mayoría de las dificultades no son consecuencia de la intervención, sino de toda una serie de creencias erróneas y/o prácticas inadecuadas en el hospital, que a menudo motivan que la lactancia termine antes de lo que la madre deseaba. Cabe mencionar especialmente la separación rutinaria dañina de madre e hijo tras la operación, por lo que en la mayoría de los hospitales, a los niños nacidos por cesárea se les pone más tarde al pecho. Además, reciben más biberones en los primeros cuatro días y hacen menos tomas nocturnas. Esto retrasa la subida de la leche en la madre e incluso puede reducir la producción.
La lactancia se puede iniciar en la primera hora de vida del bebé, incluso tras una cesárea. El paso de fármacos es mucho menor que la exposición que ha tenido en el útero durante la intervención, y los beneficios superan con creces a los posibles riesgos. La mayoría de medicamentos son compatibles con la lactancia: para comprobarlo, podemos consultar en la página www.e-lactancia.es.
Haber nacido por cesárea no constituye un motivo médico para mantener al niño en observación sin sus padres durante 24 horas, como se hace rutinariamente en algunos hospitales españoles. Y si la situación clínica de la madre es inestable, la observación médica se puede realizar mientras el niño está en brazos de su madre, o de su padre.
Es importante saber que la cesárea en sí misma no retarda la subida de la leche ni disminuye la capacidad para lactar.
Aunque en este apartado se habla de evidencia en el caso de cesárea, también un parto vaginal asistido con instrumental quirúrgico y maniobras manuales (episiotomía, aplicación de fórceps, espátulas o ventosa, extracción manual del bebé, etc.) puede tener consecuencias negativas sobre el amamantamiento. Sobre todo, el dolor de las heridas/cicatrices, puede hacer que la madre no se sienta cómoda para dar el pecho, y dependiendo del tiempo de curación de las mismas, puede afectarse en mayor o menor medida el establecimiento de la lactancia.
5. La confianza y autoestima de la mujer pueden quedar dañadas y no tener fuerza para enfrentarse y superar las dificultades que se le presenten en el posparto (inmediato).
Las mujeres que han tenido partos con complicaciones, muchas veces tienen la sensación de haber fallado, de no haber sido capaces de parir. El dolor emocional y físico producido por algunas intervenciones hace que la instauración correcta de la lactancia sea más dificultosa.
Cabe mencionar aquí especialmente el síndrome de estrés postraumático (SEPT) que una mujer puede sufrir después del parto, y que muchas veces no solo no se detecta, sino que incluso se confunde con una depresión posparto.
Para leer más:
- ¿Qué es el trastorno de Estrés Postraumático?
- Criterios de diagnóstico del síndrome de estrés postraumático (SEPT)
En el niño:
1. La epidural puede afectar al recién nacido, provocando que no se muestre suficientemente activo durante el periodo crítico tras el parto en el que su instinto de succión es más fuerte.
Tras este período desaprovechado puede tener más dificultades para engancharse correctamente al pecho.
2. Tras un parto inducido, aunque los bebés nazcan a término, a veces están inmaduros:
habrían necesitado unos días más para tener suficiente fuerza y poder realizar una adecuada succión.
En ese caso los niños se duermen demasiado pronto al pecho, se cansan, se saltan tomas porque no tienen fuerza, y no tienen fuerza porque no comen… Si hubieran nacido unos días más tarde, no habrían entrado en ese círculo vicioso. En muchos casos incluso estamos hablando de semanas que se están quitando a la maduración del bebé, en muchas ocasiones por protocolos obsoletos. Es este el caso típico de las inducciones programadas para la semana 38, cuando el bebé tal vez no hubiera nacido hasta la semana 40, 41 o incluso más tarde.
3. Los niños que vienen de partos alterados con oxitocina, suelen nacer más estresados e irritables.
La aplicación de oxitocina artificial, al acelerar el ritmo y la intensidad de las contracciones, puede provocar sufrimiento fetal o cansancio, estrés y poca predisposición a mamar.
La importancia de estar juntos
En muchos centros sanitarios aún actúan incorrectamente, separando a la madre y el recién nacido tras la cesárea o un parto intervenido. Durante ese tiempo el bebé suele recibir biberones, de leche artificial o suero, e incluso se le ofrecen chupetes, que confunden al bebé e interfieren en el mecanismo natural de succión. Esto entorpece el correcto establecimiento de la lactancia. El bebé no debe ser separado de su madre y el personal sanitario debe respetar sus decisiones respecto a la alimentación del niño.
Llevar al bebé al nido por la noche impide las tomas nocturnas y ni la madre ni el bebé lograrán descansar mejor separados el uno del otro.
Las UCI que limitan las visitas de los padres y establecen horarios fijos para las tomas atentan contra la base de la lactancia, que es amamantar a demanda y afectan a la producción de leche, impidiendo que la madre pueda atender correctamente las necesidades no solo nutritivas, si no de contacto físico que un recién nacido precisa.
Más información en las campañas “Que no os separen” (2007) y “Unidos en Neonatos” (2012).
Bibliografía y enlaces:
- Asociación Alba Lactancia Materna. Embarazo y parto, un buen inicio de la lactancia. (Última consulta: 03/10/2012).
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"La influencia del parto en la lactancia" Conferencia por la comadrona independiente Inma Marcos, del ciclo de conferencias X Aniversario de Lactaria. 11-05-2012, Zaragoza. Vídeo de la conferencia, publicado el 21 de mayo del 2012 en YouTube. (Última consulta: 10/12/2012).
- Sepkoski, C.; Lester, B.; Ostheimer, G.; Brazelton, T. The effects of maternal epidural anesthesia on neonatal behavior during the first month. Developmental Medicine and Child Neurology, 1992, 34: 1072-1080. (Última consulta: 15/10/2012)
- Righard, L.; Alade, M.O. Effect of delivery room routines on succes of first breast-feed. Lancet, 1990, Nov 3; 336(8723): 1105-7.
- Nissen, E.; Lilja, G.; Widstrom, A.M.; Uvnas-Moberg, K. Elevation of oxitocyn levels early post partum in women. Acta Obstet Gynecol Scand, 74(7), 530-3.
- Crowell, M.K.; Hill, P.D.; Humenick, S.S. Relationship between obstetric analgesia and time of effective breast feeding. Journal of Nurse-Midwifery, may-june 1994, 39(3), 150-156
- Beck, Cheryl Tatano; Watson, Sue. Impact of Birth Trauma on Breast-feeding: A Tale of Two Pathways. Nursing Research: July/August 2008-Volume 57 - Issue 4 - pp 228-236
- González Rodríguez, C. Un regalo para toda la vida. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 2006.