La capacidad de mamar es innata en todos los mamíferos, pero los patrones de succión difieren según la especie. En la especie humana es importante dar el pecho a demanda, siempre que el bebé lo pida y durante todo el tiempo que quiera. De esa manera estaremos seguros de que recibe todo lo que necesita: no solo alimento e hidratación, sino también protección, consuelo y cariño. Dar el pecho según un horario, es decir, con limitación en cuanto a la frecuencia y/o la duración de las tomas, interfiere en el normal funcionamiento de la lactancia materna.
El principal estímulo para la producción de leche es la succión del niño, por ello, cuantas más veces mame, más cantidad de leche se producirá. La leche no se acaba: cuanta más toma el bebé, más produce la madre.
Los bebés pueden necesitar tiempo y práctica para llegar a mamar con eficacia: cuantas más ocasiones tengan de mamar, antes aprenderán. Pero este proceso comienza dentro del útero de sus madres, al succionar y deglutir el líquido amniótico. Alrededor de la semana 16 de gestación aparece el reflejo de deglución y hacia las 20 semanas el reflejo de succión. Es a partir de la semana 32 de gestación cuando se coordinan ambos reflejos y se completa el proceso.
El uso de chupete y tetinas puede confundir a los bebés, ya que para chuparlos el movimiento de la lengua, las mejillas y la mandíbula, es diferente a cuando maman.
El riesgo de que exista una confusión pezón-tetina que dificulte el agarre al pecho, obstaculizando la lactancia materna, es especialmente patente en el caso de un recién nacido, pero tampoco puede despreciarse en bebés más mayores. El mal agarre es el origen de problemas como grietas. Además en el caso del chupete, distrae a un niño que está pidiendo alimento. El tiempo que un niño está chupando de un chupete es un tiempo que estaría mamando si le ofreciéramos el pecho. Recordemos que es la misma succión del bebé la que estimula la producción de leche materna.
Por tanto, para evitar interferencias se recomienda no emplear chupetes ni tetinas, al menos, hasta que la lactancia esté bien instaurada (no antes de las 6 semanas).
Un niño sano que tome el pecho a demanda no necesita, ni le conviene, más alimento que la leche materna antes de los seis meses. Pero si, por cualquier razón, recurrimos a la lactancia materna diferida, es preferible hacerlo con vaso, cuchara o en el caso de bebés muy pequeños jeringa en vez de con biberón.
Además de poder confundir al lactante, los biberones presentan otros riesgos. El agua y la leche artificial llenan el estómago del bebé y hacen que pierda el interés por mamar. Muchas madres que dan suplementos de manera regular al bebé durante las primeras semanas de vida ven cómo la lactancia materna finaliza. Se suele entrar en la dinámica de ofrecer cada vez más leche artificial y menos leche materna. Y es que cada biberón hace la lactancia materna más difícil y prepara el camino para otros biberones.
Todos los pechos sirven para amamantar, independientemente de su tamaño, o de la forma (o tamaño) del pezón: el bebé mama del pecho, no del pezón. Tampoco hace falta preparar el pecho antes de la lactancia. Es una buena posición durante la toma, además de que la lactancia materna sea exclusiva y a demanda, lo que facilita el agarre correcto.
No se recomienda el uso de pezoneras en general. Se utilizarán solo como último recurso. En la mayoría de casos actúan de barrera y hacen perder intensidad al estímulo de la boca del niño cuando mama, en detrimento de la producción de leche. Y si el bebé se acostumbra a mamar con pezoneras, puede resultar difícil que aprenda a hacerlo sin ellas. Excepcionalmente pueden ser necesarias y contribuir al establecimiento de la lactancia cuando la madre tiene grietas.
También pueden dificultar la lactancia materna la falta de información y formación por parte de los profesionales sanitarios, las rutinas hospitalarias obsoletas, la falta de cultura de la lactancia materna y la actitud negativa de la población en general hacia ella. Todos estos aspectos se analizan con más detalle en otros apartados.
Para más información: "La succión y la deglución", Alba Lactancia Materna.