El dolor en la zona púbica está relacionado con los cambios hormonales, anatómicos y mecánicos que tienen lugar en el cuerpo durante el embarazo, y la causa de la aparición del dolor es la combinación de múltiples factores que se combinan de forma diferente en cada mujer.
- Cambios hormonales. La hormona relaxina.
Durante el embarazo las concentraciones de relaxina aumentan hasta 10 veces su valor normal y se reducen después del parto en un proceso que puede durar, en algunos casos, hasta 6 meses.
La relaxina crea una laxitud en las articulaciones al alterar la composición del colágeno que se encuentra en los ligamentos. Los ligamentos son los encargados de la estabilidad articular. Este proceso provoca distensiones en las articulaciones que conectan la pelvis y la columna vertebral. En la pelvis esta laxitud es muy pronunciada en la zona de la sínfisis púbica, una articulación rígida reforzada por gruesos ligamentos que conecta las dos mitades de la pelvis. Estas articulaciones tienden a ser sumamente estables y se ensanchan durante el embarazo con la ayuda de la relaxina para permitir el crecimiento del útero y ampliar los diámetros pélvicos para el expulsivo.
Se puede considerar normal que se produzca una mínima separación, que no llega a ser considerada patología, que puede ser molesta sin llegar a ser dolorosa, para favorecer la hipermovilidad articular. Pero cuando se produce dolor e incapacidad en la zona de la pelvis e ingles, podemos hablar de una disfunción de la sínfisis púbica.
También conocido como síndrome de cintura pélvica, la disfunción de la sínfisis púbica es un dolor que se presenta en la pelvis, por lo regular inicia en las fases más avanzadas del embarazo pero puede presentarse en cualquier momento.
Aunque el síntoma más común es el dolor de pelvis e ingles que puede extenderse hasta espalda y caderas, otros síntomas incluyen un chasquido en la zona del pubis, dolor que empeora al caminar, subir y bajar escaleras o al girar en la cama, y que aumenta por las noches, impidiéndote dormir.
Esta disfunción es una patología bastante frecuente a la que a menudo no se da la suficiente importancia. No hay un consenso entre la comunidad médica que establezca el límite entre la relajación fisiológica de la articulación y la patológica, que puede ir desde un estiramiento fisiológico de hasta 1,5 cm sin ruptura durante el embarazo y parto hasta 4 cm con separación de la articulación sacroilíaca.
- Cambios anatómicos: Se trata de los cambios que se producen en la pared abdominal que se distiende al máximo durante el embarazo y que pierde toda tensión después del parto.
- Cambios mecánicos: Las adaptaciones posturales que tienen lugar durante el embarazo.
El dolor suele concentrarse en la ingle, en la zona posterior de la pelvis y en la zona glútea, e incluso puede irradiarse el dolor hacia una pierna. La sensación dolorosa es frecuente en posición de pié o caminando. También se percibe dolor cuando se está mucho tiempo en la misma postura o al cambiar de posición por las noches en la cama.
Estos síntomas pueden aparecer hacia el primer trimestre del embarazo y prolongarse varios meses después del parto.
Lo que si parece claro es que no hay relación entre el grado de relajación de la sínfisis púbica y el nivel de dolor e incapacidad funcional.
Otras causas de dolor pélvico:
Aunque es una dolencia común del embarazo, en ocasiones es un síntoma de alguna complicación o problema que se puede presentar durante la gestación. Entre otras posibles causas de dolor pélvico se encuentran las siguientes:
Embarazo ectópico
Si el dolor pélvico o abdominal se produce de manera intensa durante las primeras semanas de embarazo, podría ser un signo de un embarazo ectópico o extrauterino, que es cuando el bebé se desarrolla fuera del útero.
Aunque es raro y sucede sólo en el 2% de los embarazos, es importante acudir al médico para una revisión pues puede suponer un grave riesgo de salud para la madre.
Infección urinaria
La infección en vías urinarias es la infección más frecuente durante el embarazo, entre un 4 y 10% de las mujeres gestantes la padecen. Aunque existen diferentes tipos de infecciones urinarias, la más común es llamada cistitis o infección de la vejiga.
Además del dolor pélvico, otros síntomas de una infección en vías urinarias son: dolor, molestia y ardor al orinar, así como orina turbia o con mal olor, y necesidad muy frecuente o incontrolable por orinar, incluso cuando hay poca orina en la vejiga. Pero en embarazadas es frecuente que una infección urinaria curse de forma poco sintomática, por eso ante la duda es mejor consultar.
Ante el primer síntoma de una posible infección en la orina debes llamar o acudir a tu médic@/matrona, para que te hagan los análisis necesarios y te receten el tratamiento adecuado, pues este tipo de infección puede aumentar la posibilidad de tener un parto prematuro.
Miomas
Los miomas uterinos, fibromas o fibroides, son masas no cancerosas que se presentan en el útero y pueden causar dolor y sangrado, así como complicaciones en el embarazo.
Aunque regularmente éstos son detectados antes de un embarazo y en la mayoría de los casos no afectan la gestación, sí debemos consultar con nuestr@ ginecólog@, pues los fibromas pueden aumentar de tamaño durante la gestación debido al mayor flujo sanguíneo, y esto podría provocar dolores o presión.
Ciática
La ciática es un dolor en la baja espalda que en la mayoría de los casos aparece durante el segundo trimestre el embarazo y persiste durante el tercero. Alrededor de 30% de las mujeres embarazadas padecen ciática y ésta se produce al inflamarse el nervio ciático, que comienza en la pelvis y continúa bajando por la parte trasera de los muslos y se ramifica detrás de las rodillas, llegando hasta los pies.
Tratamiento
La matrona nos ofrecerá consejos sobre cómo aliviar los síntomas.
La reeducación de las posturas, el ejercicio regular, la inmovilización mediante un cinturón pélvico o técnicas alternativas como la fisioterapia o la osteopatía pueden sernos de gran ayuda. Es importante acudir a un fisioterapeuta especializado en fisioterapia obstétrica o con experiencia en el tratamiento de embarazadas.
Para casos más severos nos podrán recomendar reposo, analgésicos por vía oral, fisioterapia fortalecedora de la musculatura abdominal, TENS (aplicación de frío o calor local con estimulación nerviosa transcutánea) o acupuntura. Ver informe (1) en bibliografía.
¿Qué puedo hacer para evitar el dolor?
- Evita realizar aquellas actividades que causen dolor.
- Si debes permanecer sentada durante varias horas procura mantener la postura erguida y la espalda bien apoyada.
- Evita movimientos bruscos al entrar o salir del coche, al subir o bajar escaleras o al levantar objetos pesados. Es mejor realizar movimientos lentos y de forma cuidadosa.
- Es preferible moverse despacio pero con frecuencia.
- La natación puede ayudarnos, pero debemos evitar nadar estilo braza y cualquier movimiento brusco.
- Realizar ejercicios de Kegel y ejercicios de refuerzo de la cincha abdominal de forma regular, dirigidos por un profesional, nos puede ayudar a reducir la sobrecarga sobre la pelvis durante el embarazo.
Bibliografia
- (1) Dolor pélvico en la embarazada. Disfunción de la sínfisis púbica.
- Fisioterapia en obstetricia y uroginecología. Autor: Carolina Walker
- Tratamiento osteopático de las lumbalgias y lumbociáticas por hernias discales. Autor: François Ricard
https://www.bebesymas.com/embarazo/dolor-pelvico-embarazo-que-se-produce-como-aliviarlo#:~:text=El%20dolor%20en%20la%20pelvis,incluso%20en%20la%20baja%20espalda.