¿A quién nos referimos?
A todos los bebés recién nacidos, los bebés en general. Pero especialmente nos referimos a:
- Bebés prematuros y/o enfermos.
- Bebés ingresados en una Unidad de Neonatología/ UCI.
- Ingresos hospitalarios y cualesquiera pruebas médicas a los menores de edad.
En el caso de los recién nacidos: ¿Qué es no separar?
- Asegurar el contacto piel con piel de inmediato y constante entre la madre y el recién nacido.
- No cortar el cordón umbilical hasta que éste haya transferido toda la sangre de la placenta.
- Facilitar el inicio de la lactancia materna en los primeros minutos de vida.
Motivos para no separar/ separarnos
No querer separarnos de nuestro(s) hijo(s) recién nacido(s), ¿se trata de un capricho?, ¿de una cuestión sentimental? Habrá quién trate de convencernos de que: “será solo por unos minutos o por unas horas” y que “tenemos toda la vida por delante para estar con él/ella”. Sin embargo la separación es siempre dañina, pues donde el bebé recién nacido quiere y debe estar, es sobre el pecho de su madre. Todo lo demás puede esperar. Analicemos el por qué desde tres puntos de vista:
- BIOLÓGICO
Los seres humanos somos animales mamíferos. Al igual que otras mamíferas, nuestro instinto nos lleva a acercar a nuestra cría hacia nosotras, para proporcionarles: calor, comida y protección. El bebé lejos de su madre se siente “abandonado” y en peligro. La separación se traduce pues en sufrimiento para el bebé, para el que sus primeros momentos de vida se convierten en una experiencia estresante.
- FISIOLÓGICO
Según el neonatólogo Nils Bergman: “el cuerpo de la madre es el hábitat del recién nacido”, es donde éste encuentra cubiertas todas sus necesidades.
Por eso el mismo pediatra señala que "lo peor que le puede pasar a un recién nacido es que le separen de su madre". Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el Método Madre Canguro se aplique en todos los recién nacidos, es decir, que todos los bebés, sean o no prematuros, sean puestos piel con piel sobre su madre nada más nacer y permanezcan ahí, y que ningún bebé sea hospitalizado sin su familia.
-
LEGAL
La legislación reconoce el derecho de los niños a estar acompañados por nosotros:
“Todos los niños tienen derecho a estar acompañados de sus padres, o de la persona que los sustituya, el máximo tiempo posible durante su permanencia en el hospital”.
Carta Europea de los niños hospitalizados.
Nosotros tenemos la patria potestad y por tanto la capacidad de decidir por ellos hasta que sean mayores de edad. Tenemos la obligación de elegir lo mejor para ellos y lo mejor es que NO NOS SEPAREN.
Consecuencias de la separación
Mientras que en todas las UCI de Gran Bretaña, Luxemburgo o Suecia se permite sin excepción el acceso libre de los padres a las unidades, en España sólo lo hace en el 11% de los casos. Sólo el 23% de las unidades neonatales españolas ofrece el método madre canguro. (ver Bibliografía)
- Las restricciones al contacto físico entre la familia y los bebés ingresados en unidades de cuidados neonatales les provocan sufrimiento e influye negativamente en la evolución clínica de los niños.
- La lactancia materna se ve perjudicada y las madres pueden tener sentimientos de culpabilidad e ineptitud que las hacen más propensas a sufrir trastornos psicológicos.
- A largo plazo, la destrucción del vínculo madre-hijo produce adolescentes y jóvenes más inseguros, más propensos al consumo de sustancias adictivas, más dependientes y más violentos.
El Parto es Nuestro quiere concienciar al conjunto de la sociedad de lo perjudicial de esta separación tanto para la salud del bebé como de su madre, y de la importancia de cuidar al máximo el ambiente y las circunstancias que rodean al posparto inmediato.
El nacimiento es un momento único e irrepetible y es obligación de todos el procurar una bienvenida cálida a todos los recién nacidos.
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Bibliografía:
1- Cuidados centrados en el desarrollo (CCD). Situación en las unidades de neonatología de España. 2005. (pdf) J. Perapoch Lópeza, C.R. Pallás Alonsob, M.ªA. Linde Silloa, M.ªT. Moral Pumaregab, F. Benito Castroa, M. López Maestrob, S. Caserío Carbonerob y J. de la Cruz Bértoloc. An Pediatr (Barc) 2006;64(2):132-9.