Me conmueve profundamente tu historia y los comentarios al respecto. Puedo imaginar lo difícil de este proceso, pues si cuando el parto es de forma natural se viven experiencias igual de frialdad y de dar prioridad a lo externo sin tener en cuenta las emociones ni la individualidad de cada mujer o de cada familia. Cuando reflexiono al respecto, veo a la humanidad en su globalidad y los diferentes procesos que se viven en la tierra y es lo mismo: filas, respuestas frías, solo el enfoque prioritario sobre lo financiero y nada más.
Nos estamos convirtiendo en una humanidad desentendida de lo importante y le hemos dado permiso al sistema económico y superficial, de tener control sobre nuestras vidas en todos los aspectos.
Parece que pidiéramos permiso para respirar, para reír, para desarrollar nuestra creatividad. Y me pregunto porque llegamos a ese punto? Los condicionamientos a un sistema sin conciencia y basado en acumular riquezas materiales, por unas pocas personas que ni siquiera sabemos quiénes son, pareciera ser el menú, por decirlo de alguna manera, que nos servimos día a día.
Mientras no volvamos los ojos o la mirada hacia la naturaleza profunda del ser humano, estaremos expuest@s a un sistema qué drena nuestra energía vital y se ríe de ello, de vernos como un ganado del que se benefician aquellos que sostienen ese sistema y que no solo exprime el aliento vital del ser humano, sino que abusa también de la naturaleza en todos sus aspectos, contaminando ríos al extraer el oro o los diferentes minerales que se extraen, extrayendo los cristales para ponerlos en vitrinas y haciendo fábricas y fábricas que contaminan el aire y sin ello ser suficiente cavando hoyos profundos para ver qué más encuentran en ella, para tomarlo solo por tomarlo y por acumular más y más y más riquezas, sin que sea necesario hacerlo y sin saber para que todas esas riquezas y para que aquellos que ambicionan tener control sobre todo llevan a la naturaleza al borde del desequilibrio total.
Todo eso mientras los seres humanos solo lo permitimos en nuestra ignorancia o en nuestra frustración o comodidad o lo que sea, y así sin darnos cuenta formamos parte de todo ese desastre, somos parte del desastre.
Luego nuestros hijos e hijas crecen para lidiar con lo mismo:
Calentamiento global por abuso de los recursos en la tierra, enfermedades qué enriquecen a los laboratorios pero que no dan curas verdaderas, plásticos saturando los océanos y no sólo plásticos sino zapatos, ropa sintética, petróleo de las multinacionales, para luego decir que los seres humanos comunes y corrientes Somos responsables de ello...
La pregunta es ¿ hasta cuándo permitiremos en nuestra ignorancia y falta de amor propio que los condicionamientos a este sistema, lideren la vida de cada ser? Será que es más cómodo sólo quejarnos que decidir no participar más de ello?
Tal vez si nos convertirnos en observadores y nos permitimos darnos cuenta, dejaremos de apoyar y de hacer propaganda a esa energía que drena y abusa de los recursos de la Tierra y el aliento vital del ser humano. Quizas6 volveríamos a nuestro corazón a nuestra respiración conciente, para aferrarnos con determinación a aquello que llamamos Dios o vida o como queramos llamarlo... Esa energía silenciosa y maravillosa de dónde fluye todo lo que existe.