Corregidme si me equivoco, pero en el artículo no dice nada de la leche de las vacas. Sólo alerta de los peligros de la exposición a EDCs para los seres humanos. En Aragón, algunas aves mermaron su capacidad reproductiva por estar en contacto con ambientes con altos niveles de estos tóxicos.
No sólo los humanos nos vemos afectados por estos químicos. El resto de la naturaleza también los padece, y por supuesto las vacas, como parte de la misma.
Es fácil caer en que muchas de estas columnas "inofensivas", de periódicos gratuitos de gran difusión, inciden directamente sobre la masa poblacional con un objetivo dirigido y orquestado. Sobre todo cuando uno sabe los patrocinadores que pagan estas tiradas "publicitarias". Parece que quisiera informar sobre que el ser humano debería cambiar conductas, y no exponerse a químicos nocivos. Pero en realidad muy pocas de las personas que lean esta columna harán esta reflexión. Lo que pensarán es: "pues igual es mejor darle leche de fórmula a los recién nacidos" modificando sus inquietudes personales o reforzando las de otros, induciendo un miedo en las personas proveniente de una información sesgada, incompleta y perversa, en definitivas cuentas.
Porque, ¿qué pretende este apunte?¿acaso no está poniendo claramente una "pega" a la leche materna?
Lo que en el artículo se les ha olvidado contar, es que aunque las futuras generaciones reciban alguna sustancia nociva a través de la leche materna (gracias a la factura de la tecnología, el desarrollo y el progreso) también reciben muchas otras beneficiosas, que no se encuentran en la composición de la leche de fórmula. Y que, pese a todo, hay que continuar ofreciendo el pecho y lo que conlleva; calor, cariño, piel, caricias, abrazos,amor, a nuestros hijos, porque de lo contrario se está privando a los niños de una infancia humana y humanizada, que puede acarrear problemas graves en la vida adulta de ese individuo, mucho más graves que una "supuesta" baja calidad de espermatozoides, como enfermedades mentales varias. Y que, en cualquier caso, no hay muchas otras maneras de criar a un cría de la especie humana, por mucho que la Industria Infantil continue diseñando y construyendo toda la retaíla de productos de sustitución. Así que está bien saber los riesgos que entraña ser un individuo del siglo XXI, que ha llegado al mundo tras la Revolución Industrial, pero que no se pretende incentivar a nadie a consumir leche en polvo. Y que qué poderosa es la naturaleza, que aun con estos nuevos descibrimientos científicos, la leche materna sigue siendo el mejor alimento infantil.
Y entonces una servidora se quitaría el sombrero.
Pero como no es así, tengo que atacar este tipo de "medidas informativas", escasas, sesgadas y manipuladoras, que sólo pretenden cargar de algún pretexto científico el consumo de productos artificiales para crianza de humanos.
Todavía hay que redescubrir que somos parte física-química y parte energética, todos los seres vivos. Y que la parte energética es como mínimo tan importante como la otra.
Sólo la lactancia materna hacer crecer a los nuevos individuos en ambas facetas, imprescindibles para crear personas equilibradas mentalmente y físicamente. Porque sólo la lactancia materna mantiene a la progenitora detrás de la teta. Ese ser que te ha engendrado, te ha parido y ahora te alimenta con su propio cuerpo, en uno de los escasos actos de altruísmo sin igual, que la naturaleza ha diseñado y perfeccionado durante miles de años.
Cuando en un medio informativo de repercusión se comente la trascendencia de la crianza con el respeto, la veracidad y la importancia que requiere, empezaré a pensar que el mundo está cambiando, y que verdaderamente caminamos juntos hacia un lugar mejor.
Tengo ilusión y esperanza, y se que algún día sucederá, aunque sea 70 años después de que Wilhelm Reich, enunciara una frase similar.
Un saludo,
Adri