Pagar el parto o pagar el "pato"

Por Candy Tejera La situación para algunas embarazadas es tan mala en su localidad, que no les queda más remedio que o bien hacer “turismo obstétrico”, esto es: emigrar a otro lugar donde les atiendan el parto decentemente, o pagar una opción privada (en hospital o en casa) para poder conseguir tener un parto respetado. Que alguien se vea obligado a optar por una de estas dos soluciones es una vergüenza, que demuestra que nuestro sistema sanitario falla en este ámbito. Y además de tener que desplazarse a un lugar alejado de su hogar, con la incomodidad que eso supone en un momento tan delicado o tener que pagar un dinero del que muchas no disponen, frecuentemente les toca enfrentarse a la incomprensión de muchos a los que les cuesta entender su decisión teniendo como tienen (según ellos): “una sanidad pública y gratuita tan buena al lado de casa”. Pero es que, el parto es un acontecimiento especial e irrepetible y conscientes de eso hay mujeres que no se la quieren jugar, sobre todo si ya han pasado por una mala primera experiencia. Recorrerían miles de kilómetros y pagarían lo que fuera porque aquello que les pasó no se vuelva a repetir. Es demasiado peligroso confiar en que tendrán la suerte de que las atienda “esa matrona” tan buena y amable de la que todo el mundo habla y que es la única “partidaria del parto natural” en su hospital de referencia. Es demasiado arriesgado apostar porque llegado el momento aceptarán de buen grado y respetarán las condiciones de su plan de parto. Así que se salen del sistema buscando lo mejor para ellas y sus bebés. Y si la opción elegida es pagar, ahorran cada mes un poquito para hacer la mejor inversión: una inversión en salud. Hay quien pide a familiares y amigos que no compren ningún regalo al recién nacido. Muchos tienen ya todo lo que necesitan heredado de sus hermanos mayores y en definitiva tampoco los bebés necesitan tantos cachivaches como nos hacen creer los grandes almacenes… Por lo que abren una cuenta especial donde quien quiera pueda hacer su aportación para que el niño tenga el mejor regalo de todos: un buen nacimiento. Y aunque no es justo, porque muchas mujeres no pueden permitirse lo que a veces cuesta un parto respetado, hasta que la atención al parto en nuestro país no mejore de forma generalizada, será sin duda un dinero bien gastado.