Violencias varias
Los hechos:
Hace unos años, una mujer acudió a un hospital público en Donostia, España, a las 38 semanas de gestación, por haber roto aguas.
El hospital ignoró el período protocolario de espera de 24 horas, y, sin proporcionarle información sobre las alternativas existentes, le indujo el parto de forma prematura y sin su consentimiento, a las doce horas de romper aguas.
N.A.E. fue sometida a múltiples tactos vaginales y no se le permitió comer. Luego fue sometida a una cesárea sin justificación médica, y sin solicitar su consentimiento, operación durante la cual tuvo los brazos atados y a la cual no pudo asistir su esposo.
Cuando nació su bebé, no pudo tocarlo porque aún tenía los brazos atados. N.A.E. no tuvo oportunidad de tener contacto piel con piel con él. Fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático posparto.
Llevó su caso a los tribunales en España, en su proceso se afirmó que era el médico quien decidía si practicarle una cesárea y que el daño psicológico que sufría era simplemente una cuestión de percepción.
Tras todo el proceso judicial en España, la mujer acudió al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU.
La evaluación del CEDAW:
El Comité consideró que N.A.E fue víctima de violencia obstétrica, un tipo particular de violencia sufrida por las mujeres en los centros de salud durante la atención del parto, un fenómeno generalizado, sistemático y arraigado en los sistemas de salud.
“Si los médicos y las enfermeras hubieran seguido todos los estándares y protocolos aplicables, es probable que la víctima hubiera dado a luz de forma natural sin tener que pasar por todos estos procedimientos que la dejaron física y mentalmente traumatizada”, dijo Hiroko Akizuki, miembro del Comité.
“Los Estados partes tienen la obligación de adoptar medidas apropiadas a fin de modificar o abolir no solamente leyes y reglamentaciones, sino también costumbres y prácticas que constituyan violencia obstétrica”, agregó Akizuki.
El Comité instó a España a proporcionar a N.A.E. una reparación adecuada por los daños de salud física y psicológica sufridos.
El Comité también solicitó que España respete la autonomía y la capacidad de las mujeres para permitirles tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva, brindándoles información completa en cada etapa del parto y exigiendo que se obtenga su consentimiento libre, previo e informado para cualquier tratamiento invasivo durante la atención del parto.
La respuesta:
El Departamento de Salud del Gobierno Vasco y Osakidetza han negado en una nota que en 2012 causaran violencia obstétrica a una mujer en el hospital Donostia.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer de la ONU dio ayer la razón a una mujer en un caso de violencia obstétrica, pero el Departamento de Salud y Osakidetza han señalado que la atención prestada a la mujer fue "conforme a protocolos médicos" y que no sufrió "daños físicos ni psíquicos".
El Departamento de Salud y Osakidetza han señalado que la sentencia dictaminó que en el hospital no se había producido ningún "daño físico o psíquico" al paciente. Incluso dictaminó que la asistencia prestada fue "conforme a los protocolos médicos" y comprobó que "la actuación de todos los profesionales que intervenían en el proceso de parto de la paciente fue correcta y ajustada a las normas", según el Departamento de Salud y Osakidetza.
En la nota señalan que el Departamento de Salud y Osakidetza están trabajando para ofrecer una "atención cercana y de calidad", "Adecuando el apoyo obstétrico a la evidencia científica y a los cambios sociales y culturales para que la experiencia de parto y nacimiento sea positiva e inolvidable, sin olvidar la necesidad de proteger el espacio de seguridad y excelencia".
Mi reflexión:
Soy médica. Llevo años discutiendo el término violencia obstétrica con compañeros y compañeras. Podemos discutir si llamar a lo que ha sufrido N.A.E. violencia obstétrica, mala praxis, o simplemente atención deficiente.
Podemos discutir la terminología todo lo que queramos.
Pero los hechos están claros. Con N.A.E. se hizo TODO mal.
1º: Inducción excesivamente temprana e indeseada:
No se esperó el tiempo que ella deseaba, una espera que la evidencia científica cifra en 24/72 horas, por tanto, realizar la inducción a las 12 horas de rotura de membrana, ya directamente es una MALA PRAXIS CONTRARIA A LA EVIDENCIA CIENTÍFICA, y en el caso que nos ocupa, dado que se hace EN CONTRA DEL DESEO DE LA MUJER DE HACER UN MANEJO EXPECTANTE, es, también VIOLENCIA OBSTÉTRICA.
(Para revisar la evidencia del manejo expectante de la rotura de membranas: https://www.federacion-matronas.org/wp-content/uploads/2018/01/vol7n412-16.pdf)
2º: Prohibición de comer y múltiples tactos vaginales:
También en contra de toda la evidencia, un exceso de tactos vaginales aumenta el riesgo de infección en el feto, y no son necesarios para saber la evolución de la inducción. La prohibición de comer durante la inducción tampoco es necesaria, ni aconsejable, ni adecuada a la evidencia científica.
De nuevo, como mínimo, MALA PRAXIS. Realizar tactos sin consentimiento y sin informar a la paciente de los riesgos que conllevan, VIOLENCIA OBSTÉTRICA.
(para revisar la evidencia sobre tactos vaginales: https://www.cochrane.org/es/CD010088/PREG_tactos-vaginales-rutinarios-durante-el-trabajo-de-parto
(con respecto a comer durante el trabajo de parto: https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/reuters/comer-durante-el-trabajo-de-parto-es-seguro-y-hasta-beneficioso-para-las-mujeres/
En relatos de parto podemos ver que en otros hospitales sí permiten comer durante la inducción del trabajo de parto, como recomienda la evidencia: https://www.elpartoesnuestro.es/relatos/el-nacimiento-de-mi-segundo-hijo-parto-inducido-semana-37)
3º: Cesárea no consentida, con brazos atados y sin acompañante, separación injustificada de madre y bebé:
Aquí lo lamento mucho, pero SIN DUDA, ésto es VIOLENCIA OBSTÉTRICA. No hay ABSOLUTAMENTE NINGUNA RAZÓN para hacer una cesárea sin acompañante, y atando los brazos a la mujer. ABSOLUTAMENTE NINGUNA.
Una cesárea es una cirugía mayor que tiene efectos secundarios graves tanto en la madre como en el bebé, y DEBERÍA SER SIEMPRE EL ÚLTIMO RECURSO, aún más cuando la madre ha expresado su deseo de parir por vía vaginal.
Cuando la madre, en su plan de parto, decía específicamente que deseaba estar acompañada y hacer piel con piel con su criatura.
Cuando, además, todas éstas cosas son las recomendaciones de la OMS para una cesárea humanizada.
No concibo que el sistema judicial español NO PROTEJA a la mujer de semejante trato, y que las conclusiones sean que no se le hizo daño físico ni psicológico.
La importancia del piel con piel en las primeras horas tras el parto o la cesárea ha sido bien establecida desde hace muchos años, otra cosa es que ésta evidencia esté costando a determinados hospitales y a determinados equipos que "siempre han hecho las cosas así", y no parecen dispuestos a cambiar.
Aquí las recomendaciones de la OMS para las cesáreas, y algunos artículos sobre cesárea humanizada: https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=10646:2015-la-cesarea-solo-deberia-realizarse-cuando-es-medicamente-necesaria&Itemid=1926&lang=es
https://revistasanitariadeinvestigacion.com/cesarea-humanizada-o-respetada/
https://es.cochrane.org/news/evidencia-cochrane-en-la-nueva-guia-de-la-oms-de-atencion-intraparto
https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-75262021000600563&script=sci_arttext)
Como sanitaria, me siento AVERGONZADA de la respuesta negacionista y con total ausencia de empatía del Osakidetza, tanto antes como después de la sentencia del CEDAW. Es URGENTE empezar a llamar a las cosas por su nombre y empezar a ESCUCHAR a las mujeres que atendemos, porque la Ley de Autonomía del Paciente lo exige, pero más aún, porque simplemente la empatía que se nos supone como personal sanitario, debería llevarnos a ello. Deseo que el calvario que ha pasado ésta mujer sirva para que todos reflexionemos y para que empiecen a cambiar las cosas, porque desde luego, falta hace....