Prepararse para ser madre es una consecuencia cultural de la pérdida de la comunidad femenina. Al no vivir la maternidad de otras mujeres de forma directa, las mujeres hoy en día necesitan recurrir a profesionales (comadronas) para resolver dudas, disminuir miedos y sentirse preparadas para esta nueva aventura.
Aprender a respirar Uno de los grandes mitos sobre la maternidad es que las mujeres “deben aprender a respirar” para poder parir. Si bien las técnicas de relajación y respiratorias pueden ser de gran ayuda a la hora de manejarse con el dolor, no es cierto que haya que respirar de una manera determinada durante las contracciones o durante la salida del bebé. Lo importante a la hora de parir es respirar, no dejar de hacerlo. El miedo paraliza y nos hace dejar de respirar; la falta de oxígeno aumenta la sensación dolorosa. Así que, cuando estés de parto: RESPIRA. Como puedas, como te pide el cuerpo, pero respira.
Preparar el periné Otro gran mito es la preparación del periné. El periné está preparado para soportar un parto, para permitir la salida del bebé sin lesionarse, o con un mínimo de daño. Sin embargo, en la sociedad actual las niñas son educadas en la desconexión genital (“eso no se mira, no se toca”), generando un desconocimiento total de esa parte de nuestro cuerpo. Puede ser interesante aprovechar el embarazo para aprender a conectarnos con el periné, a masajearlo, a tocarlo y a lubricarlo. El masaje perineal tiene como objetivo fundamental estimular la propiocepción, es decir, reconectar el cerebro con el periné, haciendo que sea más elástico y flexible a medida que se relaja y se le permite extenderse. La mejor prevención contra un desgarro durante el parto es dejar que la cabeza del bebé salga lentamente, en una postura libre y sin manipulación externa. No debe realizarse una episiotomía, con la falsa creencia de evitar un desgarro ya que la episiotomía en sí misma produce un daño más grave en el periné que un posible desgarro. La mejor prevención contra una episiotomía es la postura libre, y que la persona que nos asista no tenga las tijeras cerca.
Preparar los pezones Los pezones no necesitan prepararse para iniciar la lactancia. De forma fisiológica, la piel de los pezones se “prepara” segregando más grasa, haciendo que sea más elástica y más resistente. No es necesario aplicarse cremas especiales, ni alcohol, ni nada para que sea más dura; la piel de los pezones es adecuada y específica para lactar.