Un pequeño relato personal para hoy
Por Maite Saez
Hoy, 30 de enero de 2015, sobre las 4 de la tarde, hará un año que me puse de parto. Fueron contracciones suaves y espaciadas al principio, subiendo de intensidad de forma progresiva, dejando a mi cuerpo recuperarse entre ellas. Mi bebé y mi cuerpo fueron trabajando conjuntamente, escuchándose, respetándose mutuamente, sin prisas, sin tactos, sin miedos. Caminando cuando mi cuerpo y mi bebé lo pedían. Descansando cuando lo pedían también. Yendo al baño para dejar paso a mi bebé. Él y mi cuerpo mandaban. No había relojes, ni protocolos, ni batas blancas que mandaran sobre ellos.
Como una máquina con un engranaje perfecto, fueron borrando el cuello de mi útero, fueron abriéndolo, no sé si de forma lenta o rápida, no hubo tactos que me alentaran o me rompieran expectativas. Yo solo me dejaba llevar, dándoles y concediéndoles todo el poder. Al fin y al cabo, ellos han sido diseñados para hacer este trabajo conjunto. El parto es sólo la consecución de más de 9 meses de perfecto trabajo.
Me sentía fuerte, poderosa, el tiempo se había detenido, estaba en casa con mi pareja y mi doula, sin embargo yo no estaba allí, estaba con mi cuerpo y mi bebé, acompañándoles en este doloroso pero único, especial y gratificante momento de nuestras vidas. Entregué todo mi ser a ellos dos, merecidos protagonistas de este momento. Llegó un momento en el que dejé de estar presente por completo, y llegó el momento también de ir al hospital. Faltaban 10 minutos para las 2 de la madrugada. En el coche sentí morir. Sentí morir porque estaba a punto de nacer de nuevo. Ahora lo entiendo todo. Cómo la naturaleza ha generado un proceso tan perfecto en el que algo ha de morir para dar vida. Mi bebé estaba muy cerca y mi cuerpo pedía auxilio, se rompía y se abría a la vez. Qué fuerza tan imperiosa tienen nuestros cuerpos, nuestros bebés, qué pena que a veces nos lo quieran arrebatar y hacerse con ese grandioso poder.
Esta madrugada, a las 2.20 hará justo un año que dí a luz.
Parí a contracorriente, con dolor y placer, no sufrí, contradije lo que la Biblia dice, lo que la sociedad implora.
Parí con placer y no puedo dejar de pensar en las ganas que tengo de parir de nuevo.
Suena raro, suena escandaloso, suena grandioso y es mío.
Mi parto fue mío, es mío, y será mío.
Ojalá sea el de todas algún día.
Nuria79, este es un relato de parto hospitalario. Maite dilató en casa y narra como luego eligió ir a parir al hospital. creo que se sobreentiende que en el hospital la habrá atendido una matrona que habrá hecho su trabajo y velado por la salud de madre y bebé, incluido el monitoreo cardíaco del bebé.
Pues yo recomiendo esto, y además monitorizar todo el embarazo. Y también la concepción, no vaya a ser que algo salga mal en este momento clave. Y ya que estamos, propongo monitorizar toda la vida entera, porque no puede ser que nos arriesguemos.
...y por si acaso, propongo además salir de casa siempre con una vía puesta.
Nuria, me parece perfecto, estoy contigo en que tiene que ser un profesional sanitario quien atiende un parto, y que sea la matrona, desde luego. Pero con este enfoque de riesgo no llegaremos a ninguna parte. No podemos seguir viendo cada embarazada como una bomba a punto de estallar, pensar en todo lo que puede ir mal en cada momento. ¿Dónde comienza la dilatación? ¿Con qué contracción? ¿Y las contracciones de los últimos meses de embarazo? ¿Qué hacemos con ellas? ¿Qué decimos a las embarazadas? "Acude al hospital con la primera contracción, proque será un riesgo incontrolable". ¿y qué hacemos con toda la evidencia sobre la monitorización continua para partos normales? ¿La ignoramos alegremente? Los malos resultados en la atención al parto en España las tenemos en gran parte por los ingresos prematuros, por las mujeres que llegan al hospital con la primera contracción y el miedo metido en el cuerpo, y un profesional que decide que en este momento que empieza la cuenta atrás aunque la mujer ni siquiera está de parto activo... y luego los pródromos eternos en el ámbito hospitalario no avanzan (¿a alguien le sorprende?) y llevan a la inducción, y a todo lo demás que conocemos de sobra. Sinceramente yo no lo veo. El parto es un proceso complejo que no se soluciona con enganchar a la mujer a monitorización central dentro de un hospital. Porque no nos engañemos. ¿Cuántos hospitales hay en España donde una mujer disfruta del lujo de tener a una matrona para ella sola, para poder atenderla en condiciones?