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22 Ene 2014
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9 comentarios

La soledad de la embarazada

Por Paula Pino

A menudo, hablamos de lo solas que nos sentimos algunas mujeres durante el puerperio –esa sensación de “recibo muchos consejos, pero ¿dónde están la comprensión y la ayuda real?”- pero, si indagamos un poco, no es infrecuente escuchar a otras tantas de nosotras hablar amargamente de la soledad durante el embarazo. A pesar de los frecuentes controles médicos, de las visitas a la matrona y de la propensión de quienes nos rodean a contarnos historias de parto –frecuentemente aderezadas con algún elemento de terror-, no son pocas las mujeres que pueden hablarnos de soledad, tristeza y de la impresión de no ser escuchadas ni apoyadas.

Paula es una de esas mujeres. Hizo llegar su testimonio a Apoyo Cesáreas y con su permiso lo reproducimos para todos nuestros lectores.

Mi nombre es Paula y he sufrido una cesárea hace 8 meses y 11 días. No sé por qué, pero al escribir estas líneas tengo un nudo en la garganta…

¿Por qué una cesárea? Sinceramente, así lo elegí.

¿Por qué ese nudo si elegiste voluntariamente? Porque no soy médico, porque me sentí desamparada, porque no contestaban a mis preguntas, porque llegado el momento del parto ya veríamos qué pasaba, por miedo. Pero sí puedo decir que no por miedo al dolor, como tuve que escuchar de una estudiante en el momento en que, temblándome las piernas, informaba de mi decisión a todos los ginecólogos de la unidad UDO del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia.

¿Cómo llegaste a esa decisión? Ese sería el principio, explicar el motivo. Cuando nací, fui operada de un meningolipoma, no se sabe muy bien si existió una malformación de los nervios o que al extirparlo me dañaron. Las consecuencias fueron una vejiga neurógena sin micción normal -hasta los siete años me sondaban para poder orinar, a partir de esa edad aprendí que apretando hacía pis y así hasta el momento, mi vejiga ademas es hipotónica- y la carencia de sensibilidad en los glúteos y parte de los muslos, lo que se llama "cola de caballo", además de una cadera más alta (aproximadamente unos dos centímetros).

Siempre pensé que iba a tener muchos problemas para quedarme embarazada y que mi embarazo se iba a resumir en una sonda, pero no ha sido así. He sufrido grandes pérdidas de orina por el peso, pero con compresas he podido solucionarlo.

Me quedé embarazada sin buscarlo, pero con la consciencia de que si me quedaba era muy deseado, un niño hecho de amor.

Por mis antecedentes me enviaron a embarazos de alto riesgo y allí siempre pregunté:

  • ¿si tengo un parto vaginal, mi vejiga se verá afectada? (ha sido mucho esfuerzo durante años.)
  • ¿mi suelo pélvico?
  • ¿mis nervios?

Respuestas vagas, nada concreto, el suelo pélvico era secundario. Y sobre la incontinencia... ¡Ay!, me respondieron que me podría quedar como cualquier mujer; pero yo insistía, "ya, pero es que parto de una incontinencia y no quiero quedarme peor".

¿Y los médicos? Los médicos... Je, je, je, me da la risa irónica. Insistí en que me enviaran al anestesista para que me viera la cicatriz de mi espalda por la epidural, pero la residente de turno me dijo que cuando llegase el momento del parto ya lo verían... Finalmente, en la consulta de pre-anestesia firmaron un informe en el que se indicaba que no era aconsejable ponerme ningún tipo de anestesia.

En cada consulta a la que acudía me encontraba un residente distinto; al final di con una que pareció escucharme y me mando a la unidad de UDO, pero los Dioses todopoderosos de la Obstetricia seguían sin contestarme… Finalmente, me dieron a elegir.

Sola, sin un familiar, mi primer hijo… Lo pasé mal. Pedí que entrase alguien y la contestación fue "NO".

Qué decisión tan mala... Me pesa, me pesa tanto. Porque no sé como hubiese sido mi parto, cómo me hubiese quedado... Tanto médico y no contestan. No son capaces de mandarme al urólogo. No olvidaré a esa ginocóloga, "antes de quedarte embarazada, tenías que haberte hecho pruebas", y ¿para qué fui durante todo el embarazo a las consultas de alto riesgo? No me enviaron a evaluarme el suelo pélvico. ¡Desgraciada!

Era miércoles de Semana Santa y me dieron hasta el lunes para que tomase una decisión (penitencia de días de fiesta)… ¡Si no soy médico! Corrmos a ver a mi matrona, mi ángel, que llamó a una fisioterapeuta y le contó mi caso... Nos hablaron del nervio pudendo y de que seguramente lo tuviese dañado, por lo que con un parto vaginal corría riesgos.

¿Y qué pasó? Decidimos lo más "seguro", cesárea programada y con anestesia general… Y así lo transmití, después de que la noche antes había expulsado tapón, echaba líquido con sangre y tenía contracciones. Me hicieron un tacto y los muy… se sorprendieron de que no me hubiese dado cuenta de que tenía una fisura en la bolsa y sin dilatar. Así que me quedé, porque había que “hacer una cesárea sí o sí” (estas palabras literales no se si fueron irónicas o en serio).

Por favor, necesito que alguien me explique qué hubiese pasado sin la cesárea, ¿me habrían puesto oxitocina? ¿Era peligroso el líquido amniotico con sangre? ¿Habría terminado en cesárea? Lo necesito tanto, tanto.

Gracias a Dios, la lactancia fue de maravilla y a eso me he aferrado, pero tengo que reconocer que no he sentido ese vínculo, que me siento mal, que me cuesta mirar la cicatriz en el espejo. Os prometo, Dioses de la Obstetricia, que para mi próximo hijo voy a llevar los informes pegados en la frente, que voy a ser buena, que preguntaré si puedo quedarme embarazada, os prometo que llevaré los deberes hechos...

A mi hija la quiero con locura, pero me falta algo y ese algo me duele; me duele en silencio, porque fue una decisión, por lógica y tal como fue todo, creo que la mejor opción. Me duele la cicatriz física y emocionalmente... Me pesa.

Al principio siempre con la niña en la teta, no la dormía en brazos... Mi vínculo con ella esta en el pecho. Tal vez ese sea mi parto, no lo sé...

No la he rechazado, pero al principio me era un poco extraña. Mi vida, mi amor, pobrecita, ella no tiene la culpa. La culpa la tiene mamá, por no querer arriesgarse. Durante esos meses he trabajado ese vínculo, aunque en el fondo, fondo, hay un vacío, faltan recuerdos. Recuerdos de un parto.

Ya estoy de médicos, quiero un parto vaginal para mi próximo hijo. Ahora pienso que en casa sería estupendo, sin los Dioses, con mi matrona, con mi pareja, siempre fiel, siempre juntos; ya veremos.

Tras estas líneas está todo removido, mi corazón, mi cicatriz. Voy a abrazar a mi hija, a besarla, a consolarme en sus brazos.

Elena Olmo (unverified)
22 Ene 2014

Enviado por Elena Olmo (no verificado) el

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Buenos días, en primer lugar mi apoyo a Paula, que se atreve a compartir con nosotros sus más profundos sentimientos. No soy madre así que aún hay muchas cosas que no puedo comprender, pero soy fisio especializada en obstetricia y urogine, y me sentía taaan mal de que ningun médico te hablara de nosotros durante el embarazo...(gracias matrona por acordarte de nosotros!!!) Lo primero y más importante en la preparacion física al parto que hacemos es dar información!!! La desinformacion da mucho miedo, ojalá haber conocido a Paula durante su embarazo, y estar horas y horas hablando sobre su suelo pelvico, su vejiga... Escribo esto para que se nos oiga: existimos y podemos ayudar muchiiisimo!! Finalmente, aconsejar a Paula de que para el próximo busque en su zona a uuna compi especialista, pero que si quiere ya puede empezar a averiguar si su vejiga hipotónica puede tratarse con fisioterapia (se me ocurren electroestimulación del tibial posterior, biofeedback, terapia manual para esa cicatriz dolorosa...). Muchos besotes y mucho ánimo!!!
Susana Madrid (unverified)
22 Ene 2014

Enviado por Susana Madrid (no verificado) el

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Querida Paula. Consiguieron si objetivo: que sin darte la información necesaria, tuvieras que elegir. Y no lo hiciste cielo. Ellos lo hicieron, pero saben cómo librarse de esa carga y hacer que te sientas culpable con cada una de las decisiones que te hacen creer estar tomando. Debes perdonarte. Hasta qué no lo hagas, no sentirás que todo eso que notas "raro" encaja. Y encajará. Un beso muy fuerte.
María López de Hierro
22 Ene 2014

Qué tristeza. Ese laberinto, la falta de comunicación con los "Dioses todopoderosos de la Obstetricia", el hermetismo, nuestra necesidad de saber no resuelta. La desesperación, la desesperanza, la elección forzada y sin recursos, la soledad... y las consecuencias. 

Gracias por compartir y desde lo más profundo, espero que Paula encuentre el modo de sanar la herida. 

Maria matrona (unverified)
22 Ene 2014

Enviado por Maria matrona (no verificado) el

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Paula, no se si alguien te hablo de la recuperacion postparto del suelo pelvico, recomendada para todas las mujeres pero para ti especialmente por el esfuerzo miccional que comentas. El trabajo debe ser constante, diario para compensar la presion sobre la vejiga. Y es muy recomendable recuperar el suelo pelvico antes de un nuevo embarazo. Busca alguna fisioterapeuta obstetrico-ginecologica e informate sobre gimnasia abdominal hiporesiva, que es la unica forma de conseguirlo. Un abrazo enorme!
MERCHE MATEO (unverified)
22 Ene 2014

Enviado por MERCHE MATEO (no verificado) el

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Paula un abrazo, gracias por compartir... Pienso que compartiendo, sanamos nuestro corazón, has dado un paso muy grande abriendo tu corazón. Siento no tener respuesta a tus preguntas, no soy medico, ni matrón, ni mucho menos ginecólogo, solo soy madre y como lo que soy decirte que lo estas haciendo genial, que es hora de mirarte en un espejo y decirte que la decisión no estaba en tu mano, no es tuya la culpa por no arriesgarte...la culpa la tienen todos los médicos que no quisierón darte respuestas, pero tú No!!... no puedo ponerme en tu piel y sentir lo que sientes, porque mi parto no tiene nada que ver con el tuyo, pero si que quería compartir algo contigo, al igual que tu has hecho con nosotras...Yo cuando di a luz, no tuve ningún vinculo con mi bebe, y me sentía el ser mas despreciable del planeta...¿ donde estaba ese enamoramiento, esas lagrimas al ver a tu bebe por primera vez, ese deseo..? Ahora se que esta cada vez que mi hijo me pide teta y se la doy, cada vez que el con su teta en la boca me dedica una enorme sonrisa...ahí esta el vinculo, ahí esta la lagrima y mi orgullo de que lo estoy haciendo genial. Paula, quédate con eso, con el recuerdo del día a día, con lo bien que lo haces mediante la lactancia y con el amor que os dais en esos momentos, sinceramente es mas gratificante que el recuerdo del parto.Un enorme abrazo
Mirna (unverified)
22 Ene 2014
porque todo se reduce al parto?!?! obvio no digo q no sea importante... pero TUVISTE A TU HIJA NUEVE MESES EN TU PANZA... eso no lo vale??? Mirate al espejo, aceptate y segui adelante. Por tu bien y por el de tu hija... disfruta lo que Dios te mando. Busca ayuda profesional si lo necesitas pero no te quedes estancada en una sala de partos. Por favor pensa en que la vida es larga... la vida de tu niña es larga... no se puede tan solo reducir al parto y a la lactancia. La paris en media hora (o algunos un poco mas) le das de mamar por dos años (o algunos años mas) pero la vida de tu hija estara en tus manos durante largos años... vamos muchacha tu hija necesita una madre sana emocionalmente. NO te ahogues en solo la experiencia... q por cierto, lo lamento mucho. Anhela probar algo nuevo sin duda pero pensa que la vida sigue y tu pequeña seguira a tu lado siempre. Y si el desenlace de un parto normal para ti haya sido distinto... con riesgo de vida de ti o de tu pequeña?? no soy extremista pero tampoco negativa en absoluto... informate!! es tu deber pero si por algo decidiste cesarea se te respeta y seguro es algo que sentiste (mas alla de la falta de informacion) Ojala te llegue este mensaje... yo fui una madre que sufri en la lactancia muchisimo... aun me duele un poco (ese dolor que ayuda a querer cambiar las cosas) pero hace un año (mi niña tiene tres) decidi que ya no debia amargarme mas... tuve dias horribles y mi pequeña sentia como yo estaba... injusto para ella... sera injusto para tu niña si vos te sentis mal. Hay que aprender de lo vivido no vivir lo vivido. Con mucho cariño y deseando que tus heridas se sanen pronto.
Nuria Martínez Lozano
23 Ene 2014

Paula, elegir implica tener opciones y tu no las tuvistes. Elegir implica tener información real y completa, que se respeten y contesten tus dudas y miedos. Elegir implica confiar en la persona que está al otro lado. Tu no pudiste elegir en ningún momento. Te sentiste sola, abandonada e insultada. Pero eres tan fuerte, que has logrado superar tu dolor y toda la presión de la sociedad y medicos diciendote lo que era mejor para ti y tu hija y te has plantado.No es cuestión de culpa, es cuestión de responsabilidad. Para que tu próxima elección sea ELECCION y no imposición, independientemente de lo que quieras.

Querida Mirna solo me gustaría decirte que sentir dolor por algo que te sucedió no es quedarse estancada. Trabajar ese trauma es precisamente todo lo contrario, es transformar la mujer que fuiste en la mujer nueva. Como bien sabes por propia experiencia, a veces el periodo dura más de lo que deseariamos, pero para eso estamos aquí. Sajar la herida y limpiarla, no dejar que se cierre en falso, es la única manera de cicatrizar y sanar.

Leimb (unverified)
14 Oct 2017
Paula, lo primero un abrazo inmenso. Lo segundo, enhorabuena! Enhorabuena por como gestionaste la situación con tan poca información y nulo apoyo. Lo has hecho genial, no tengas duda de ello. Sentir miedo no es solo humano, es importante para tu supervivencia, así que no sientas culpa por haber tomado una decisión teniendo en cuenta el componente miedo entre otros. Mi parto, otra historia, mismo resultado, un vínculo como el que tú describes ( y fue vaginal). Mi salvación fue la lactancia y eso que fue mixta y corta (5 meses). La matrona y la fisio de suelo pélvico mis hadas madrinas. Los gines me salvaron la vida, la matrona me devolvió mi integridad, pero la fisio, la fisio me devolvió mi dignidad. Nunca la olvidaré. Estamos aquí siempre que lo necesites. Y estoy segura de que en tú segundo parto serás una mujer empoderada. Yo soñaba con un segundo natural y 'perfecto'. Fue un embarazo múltiple y con el primero de nalgas, me obligaron a cesárea. Luche tanto, me informe tanto, que cuando llegó el día ya estaba en paz con la decisión y dispuesta a sacar lo mejor de la situación. No tuve a mi marido conmigo, la cesárea fue fría, antes de entrar me metieron miedo, pero yo sabía la realidad, así que todo me resbalaba. Tuve a mis hijos y les di teta cómo me dio la gana. Ignoré a la matrona que me mal aconsejaba un biberón porque uno de los peques no enganchó a la primera. Lo hizo a la segunda. Ignoré a auxiliares que me decían comoydar teta más bibe. Cuando salí todo eran felicitaciones por una lactancia exitosa, no sé cómo no les da vergüenza. Y esa lactancia tb fue mixta y con sensación de fraude por mi parte, pero yo ya había aprendido a vivir con mis decisiones, a mirar por el bien mayor y a ignorar al mundo y escuchar las necesidades de nuestra familia. Todo este rollo para decirte que lo lograrás. Lograrás empoderarte y sea como sea tu segundo parto te sentirás superwoman porque tendrás la vida agarrada por los pelos. Y aunque muchas cosas puedan seguir saliendo como no quieres desde luego no van a ser los dioses los que te van a hacer sentir mal, porque tú eres mucha mujer y mucha madre para que nadie te toda. Un abrazo enorme amiga. Enhorabuena luchadora. Adelante valiente. Despréndete del dolor y llora, llora todo lo que sea necesario.
PAULA autora del relato (unverified)
30 Ene 2021

Enviado por PAULA autora d… (no verificado) el

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Y después de 8 ocho años un aborto en diferido y un embarazo. Daniel llegó el 25 de agosto de 2017, me devolvió la maternidad curó mi herida con una cesárea respetada, llena de calor y ternura, con anestesia general, piel con piel con su padre. Sin limpieza al bebé. Y entoncés lo olí, olí la sangre el olor del líquido amniotico y me enamoré. Ahora pienso que hubiese sido todo tan facil con cariño con amor con respeto....Mi ginecóloga le respetó, entendió mi situación, nos dejó elegir el día del nacimiento del niño, dejó estar a mis familiares en el vestuario de la zona de quirófanos, escucharon llorar a Daniel. Gran profesional Paula Soriano, vino a verme por la tarde, al día siguiente por la mañana y el Lunes a darme el alta...Fue tan fácil....