Carta de una usuaria al ginecólogo que lleva el seguimiento de su embarazo
Publicamos hoy una carta de una usuaria dirigida al ginecólogo que le atendió durante gran parte de su embarazo. En ella la mujer explica por qué ha decidido dejar el seguimiento del embarazo en este centro de salud. Para preservar la intimidad de ambos hemos omitido los nombres.
A/A Dr. --, ginecólogo.
C.E.P. “Hermanos Sangro”, Madrid.
1ª Area Sanitaria, Atención especializada.
Usuaria: -- --,
28007 Madrid
Nº Seg. Social: 28-- ---- ----
Ref: Atención al embarazo y seguimiento del mismo
Madrid, - de noviembre del 20--
He decidido dejar de realizar el seguimiento de mi embarazo en su centro y me gustaría que conocieran las razones que me han empujado a tomar tal decisión. Mediante este escrito no pretendo hacer una reclamación, sino más bien una crítica constructiva que les pueda servir para reflexionar y así mejorar la atención al embarazo que están prestando a muchas mujeres que acuden a ese centro, ya que la manera de atención tiene un efecto muy importante sobre el embarazo y parto de una mujer y su bebé.
A Usted personalmente le quería dar las gracias por respetar mis decisiones, aunque he observado que le cuesta aceptar una respuesta de la paciente inesperada dentro de sus prácticas habituales. Para empezar quería decirle que estoy plenamente informada sobre las distintas pruebas diagnósticas que incluye la atención al embarazo, y me molestó que Usted en la última consulta me insinuara que desconocía la diferencia entre una ecografía y una radiografía. Creo que debería empezar a tratar a las mujeres como lo que realmente somos: mujeres adultas que necesitamos información sobre cosas concretas, pero que somos perfectamente capaces de decidir sobre nuestra salud y la de nuestro bebé.
Por ello me gustaría resaltar algunas de las situaciones que viví en su consulta, para explicarme mejor:
- Me pareció increíble, por no decir peligroso, tener que escuchar por parte de la enfermera de su equipo que engordar más de 10 kilos supondrá un peligro para mi hija mientras me pesaba y tomaba nota de que yo había engordado más de los dichos 10 kilos. No es correcto que el aumento de más de 10 kilos supone un peligro para el bebé (ver la guía NICE, por ejemplo), y además produce mucha ansiedad decir semejante cosa a una mujer embarazada. Más aún cuando el comentario se hace sin siquiera justificar lo dicho.
- Cuando a los tres días de haberme hecho la ecografía de las 12 semanas, en la que no se detectó ningún problema, me propuso en su consulta hacerme otra, yo no vi ninguna necesidad de repetir la prueba. Es más, Usted tampoco me podía dar ninguna razón por la que me la quería repetir, y además vaginal, ya que la anterior había sido abdominal. Creo que se debería evitar esa prueba adicional innecesaria, máxime teniendo en manos un informe por escrito de otra ecografía muy reciente firmado por un compañero suyo.
- Hasta insultante me pareció que se diga a una gestante de 29 semanas que habrá que hacerle otra ecografía para comprobar si su bebé tenía latido o no...Me parece totalmente inadecuado usar este argumento como elemento chantaje para conseguir hacer una ecografía. Una mujer sabe si su hijo está vivo o no a estas alturas del embarazo, además existen técnicas menos invasivas que pueden dar esta información. Una ecografía en ese momento forma parte de un protocolo obsoleto que solo se basa en la medicina defensiva. Me sorprendió también mucho el comentario de su compañera cuando, ante mi negación a la ecografía me dijo que mi líquido amniótico seguramente “ya no es lo que debería ser, al haber cumplido ya los 35 años”, sin explicarse más. Es peligroso decir cosas así, las mujeres luego salimos de la consulta con esa frase en la cabeza.
- Cuando finalmente, después de cinco largos meses de espera, Usted me comunicó que el resultado sobre la Hepatitis C me había dado positivo, me dio el papel diciéndome que volviera a ver a mi médico cabecera sin ni siquiera preocuparse sobre lo que significaría eso para mi y para el embarazo. Me fui de su consulta con una información suya que luego el especialista consultado por el seguro privado- ya que en la Seg. Social eran incapaces de atenderme antes del parto- me dijo que era incorrecta. No estaba incubando la enfermedad como Usted me dijo, sino que los valores sobre la carga viral indicaban que ya había pasado la enfermedad hacía mucho tiempo.
Le puedo asegurar que si yo estuviera menos informada, seguramente más de una vez hubiera salido de su consulta llorando, llevándome ansiedad y miedo a mi casa. Tal vez luego alguien me hubiera tranquilizado, tal vez no, tal vez me hubiera dado cuenta de que sus comentarios no se basan en la evidencia científica actual, tal vez no.
Pero mi gran duda sigue siendo la siguiente: ¿Hasta qué punto es Usted consciente de que este “Juego del miedo” que están practicando, de forma inconsciente o consciente, no lo sé, no solo convierte a las gestantes en mujeres más inseguras, quitándoles confianza en su propio cuerpo, sino que también les puede crear mucha ansiedad que transmiten directamente a su bebé? La suma de estos factores hace que la mujer vaya al parto con miedo y callada y eso convierte los partos en este país en los que son…muy medicalizados e intervenidos por parte de los facultativos y con unos resultados de morbilidad y satisfacción bien tristes para todos.
Me gustaría recordarle que Usted juega un papel importante en el embarazo de muchas mujeres y creo que es su responsabilidad aprovechar este papel para darle confianza a una mujer, seguridad en su propio cuerpo y apoyarla para que pueda llevar un embarazo lo mejor posible. Simplemente con declarar a una mujer de alto riesgo ya se le mete el miedo en el cuerpo durante 9 meses- son cosas que hay que pensar mucho. No hay mucho tiempo en la consulta para meterse en detalles, pero eso no puede justificar las carencias que tenemos hoy en día en la atención al embarazo. Su forma de atención al embarazo está plenamente basada en la medicina defensiva, pero nos olvidamos que todo el ciclo de embarazo, parto y puerperio son procesos fisiológicos y de salud, y solo una pequeña minoría presenta patologías o complicaciones.
Para terminar me gustaría recomendarles la lectura del documento de la Estrategia de atención al parto normal en el SNS que emitió el Ministerio de Sanidad en diciembre del 2007, que adjunto en esta carta. Asimismo indicarles que próximamente saldrá la ampliación de la misma por las tres partes de embarazo, puerperio y atención neonatal, que se está terminando de elaborar y cerrar en estos momentos. Seguramente les resultará muy interesante la parte del embarazo, ya que supondrá un gran cambio en la manera de ver las cosas y atender a las gestantes. Creo que si aplicamos esa estrategia a la práctica, mejoraremos todos.
Yo, por mi parte, no voy a seguir esta forma de atención que Usted representa, ya que no me aporta nada realmente, es más, he salido de su consulta con mal cuerpo y un estrés añadido que prefiero evitar. Sigo con una muy buena atención a través de un equipo de matronas, que también me atenderán el día del parto y después en el posparto. Muchas gracias por su atención,
Atentamente,
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Pd: La “Cartilla sanitaria del embarazo”, el cuaderno azul que entregan a todas las embarazadas, necesitaría urgentemente una revisión, ya que muchas cosas de las que habla han quedado obsoletas o no se corresponden con la realidad. (El párrafo referente a la episiotomía, por ejemplo)