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23 Nov 2010
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15 comentarios

Las siete culpas de mi embarazo

Por Y. Martín
Buena parte del embarazo la he pasado con cien culpas, asaltándome día tras día. Y de eso quería hablaros. Antes del embarazo hemos tenido que soportar los comentarios de “P. ya es mayor, si algún día sois padres, él será como el abuelo”… comentarios con media sonrisa y guasa, que cuando se repiten, agotan. ¿Y qué? Conozco a más de uno que tuvo hijos porque “tocaba” y ahora, no se arrepienten, pero la percepción que tienen de su paternidad es que es una “putada”; que en su vida, estar y disfrutar de sus hijos no es la mejor alternativa, que su ocio sigue siendo incompatible con tener descendencia… Así, no deja de sorprenderte un eslogan publicitario como el que escuché esta misma mañana: “Para los padres que no quieren dejar de ser personas” (correspondiente a una campaña de Mercedes Benz). Olé. ¿Por qué nadie retira eso? ¿Dónde están los ministerios de lo que tenga que ser? Esto es lo que hay, vivimos entre gente que realmente piensa que si eres padre quedas anulado, y cuando no lo eres, como era nuestro caso hasta hace poco, te meten “ese miedo”… menos mal, que uno busca sus propios argumentos y frente a gente que piensa así, se encuentra a personas a quienes la paternidad les hace más personas. Culpas, ay las culpas… siempre pienso que son herencia de generaciones de educación religiosa (el famoso “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”). Primera culpa: Te quedas embarazada, no estás exultante, no sabes qué pasa, alucinas de que sea tan rápido (ya sabéis, cómo puede ser que el abuelo de tu marido tenga tanta puntería… en un mes!), te desorientas, todos a tu alrededor se felicitan (“ya era hora”), algunos agoreros ya te advierten (“verás lo que te espera”, “que dos primeros añitos vas a pasar”…y yo siempre que pienso en mi adolescencia y la guerra que di, en aquella época me digo “ojalá sólo fuesen los dos primeros”). Segunda culpa: Ésta dolorosa porque yo siempre decía aquello de “una embarazada no es una enferma”. Pues no, no lo es. Pero yo no podía con todo: levantarme a las 6.30, una hora de coche, el atasco de Madrid, los jefes que, para mi sorpresa, siguen pensando lo de hace 50 años sobre el asunto (“¿habrán nacido ellos por ciencia infusa?”), la presión en el trabajo, la crisis que añadía más presión, con la sensación de la espada de Damocles sobre tu cabecita. Mi cuerpo estaba raro, igual comía, que no, igual descansaba, que no, cuando no me daba por llorar, me daba por estar histérica, o estaba pletórica; muchos días me arrastraba, literalmente, hasta la oficina. No he sido un ejemplo de mujer embarazada y altamente profesional, que duplica sus esfuerzos… No. Hay mujeres que te dicen eso de “pues yo trabajé hasta el último día”. Pues, mierda, yo no he podido. Y tengo claro que mi conexión verdadera con el bebé, con el embarazo, con el parto, con la maternidad, con mi pareja (ahora además de pareja, padre) no empezó realmente hasta que no me dieron la baja. Y aún así, me costó más de un mes empezar a pensar, a sentir, a dejar correr emociones y sensaciones, a aceptarlas como venían, sin aspavientos, con naturalidad, a sentir a mi bebé, sus movimientos, a sentir mi cuerpo y escucharme, a querer todavía más a mi pareja. Tercera culpa: No quiero medicalización ni protocolización del parto (disculpadme, pero no termina de gustarme la expresión parto natural). Reacción inmediata de los que te rodean (no todos, eso es cierto): “Entonces, ¿tú eres de las que no quiere epidural?”. Nooooooooooooo… yo no he dicho que no quiera epidural, igual la pido a gritos a los dos minutos; digo que no quiero ser un número, que mi bebé no lo es, y tampoco su padre; que intentaremos trabajar en equipo, que igual que hemos necesitado un tiempo de embarazo, también lo necesitamos para parir, y que, que por evidencias científicas que están ahí, parece que los protocolos que se siguen en hospitales españoles no son los más idóneos. (…) Cuarta culpa: Derivada de la anterior. En este país, si quieres un parto no medicalizado, pagas más. No es suficiente con pagar a la Seguridad Social, ni a tu seguro privado. Tienes que encontrar una forma diferente, y que tengas suerte y conectes con la persona que vaya a acompañarte a lo largo del embarazo y del parto. Para nosotros eso era importante, poder encontrar su gesto amable, su apoyo y poco a poco tener confianza en ella. Soy insegura, tremendamente insegura. A medida que se aproxima la FPP, empiezo a desconfiar de mí, me asalta eso de “no voy a ser capaz”, y tener a alguien que sé que me apoyará, en la decisión que tome, es fundamental. Para eso tengo a mi pareja y a nuestra gine. Quinta culpa: Derivada también de la tercera. Cuando pronuncias la expresión “parto no medicalizado”, siempre te piden una explicación. Tú tratas de argumentar de la mejor forma posible, pero lo cierto es que no soy una experta, que no me sé todas las prescripciones médicas a favor y en contra y que “no hay más sordo que el que no quiere oír”. Así es que más de una vez, terminas exaltada y elevando el tono. Consecuencia: llegas disgustada a tu casa, pensando “para qué me habré metido en el charco, por qué no me callo, en qué hora habré dicho nada”. Sexta culpa: No quiero jaleo alrededor del parto. Y aquí sí tuve una buena bronca con un amigo, que pronunció la frase “Tienes que entenderlo, un parto es un acontecimiento social”… Olé. Si por sociedad, que lo es, entendemos la unidad familiar padres-bebé, vale. Sino, que se olviden. Me he sentido culpable teniendo que decir a mi madre que prefiero que no esté en casa con nosotros en las últimas semanas, que preferimos estar solos. Vivimos en ciudades distintas, no es lo mismo que si ella estuviese aqui, en su casa… ya sabéis. Me he sentido mal por decir que no quiero un montón de gente viniendo al hospital, que habrá tiempo para vernos. Me he sentido culpable pensando que después del parto, no vamos a llamar a nadie, que a priori, vamos a disfrutar unas horas los tres juntos (digo a priori, por lo mismo que con la epidural, igual luego estoy deseando que vengan todos!). Y siempre tienes que aguantar el típico comentario: “Hija, qué arisca eres." En fin… Séptima culpa. Qué hacer después de la baja maternal. ¿Por qué tener que elegir? ¿Por qué ya le estoy dando vueltas a como encajar mis horas? ¿Cómo voy a poder mantener dar el pecho si se acaba la baja en 16 semanas? (A veces, pienso en cambiar de pasaporte!!) Son cosas de primeriza. Lo sé. Cada vez que veo a una madre rodeada de dos o más niños, que viene de trabajar, me pregunto cómo lo hace. Os veo como auténticas heroínas, para quienes no existen horarios, ni esfuerzos en balde. Cada vez que os leo en el blog o en la web, las reuniones que mantenéis, la esperanza y optimismo que ponéis en todo lo que hacéis… no dejo de sorprenderme y me digo, “¿de dónde sacarán las fuerzas?”. La única conclusión clara a la que llego después de 7 meses y medio de embarazo es que, en mi caso, que soy bastante derrotista e insegura, y dadas las circunstancias actuales que me rodean y la escala de valores de la sociedad en la que vivo, tener un hijo me parece un acto de optimismo. Un acto de optimismo y de fe en el ser humano, en su capacidad para cambiar las cosas y que vayan a mejor; en que podemos educar y crecer de otra forma, en que nuestros hijos nos harán también mejores.
Laura (unverified)
23 Nov 2010
Me encanta tu entrada. Y si no te gusta la expresión parto natural siempre puedes llamarlo parto normal;)
Paloma (unverified)
23 Nov 2010
Preciosaaaa!!!! Me encantan tus palabras, son justo lo que yo anduve pensando cuando me quedé embarazada en octubre del año pasado. Me siento totalmente identificada, de verdad. Es increíble. Te veo una mujer pensante y que sabes lo que quieres. Vas contracorriente y eso gusta a cualquiera, remueve conciencias obtusas y levanta envidias. Créeme que yo tembién me he visto como tú. Al principio (aunque ya llevaba años preparándome) estuve mirando por internet, leyendo artículos, libros y libros de esto del embarazo, parto, puerperio. Tecnicismos invadieron mi forma de hablar. Quería saber perfectamente lo que acaecía por mi cuerpo, las fases por las que iba atravesando mi lentejita, yo, las pruebas que me tocaba pasar (por cierto, la próxima vez que me quede embarazada 'no me daré cuenta' hasta que me dé por parir.. jeje, porque vaya pruebas por las que tiene que pasar una embarazada por dios). Sabía perfectamente la forma de parir que quería, más parecida a la de mis abuelas que a la de mi madre. Es a partir de entonces cuando todo el mundo te cuenta sus partos, cuando lees en foros experiencias , casi todas terribles, porno decirtodas. Mi madre me dijo que ella estupendamente nos había tenido a los 3, que no sintió nada... Pero mamá, tú cuando viviste uno de los momentos de tu vida, como pudo ser el día de tu boda, no querías sentir y ser feliz?? Pues yo el día de mi parto lo que más quiero es sentir, y seguro que si me dejan parir será un placer. Ese dolor, ese pulso que con mi fuerza de mamífera lograré transformar en felicidad cuando vea a mi pequeño!! Y efectivamente así fue. Mi parto fue maravilloso. Lo fue no por el sistema, no por las amenazas del protocolo de los hospitales españoles, el mismo que le impusieron a mi madre. Lo fue porque pese a todo lo que tuve que escuchar durante el embarazo, incluidas los consejos de la familia, YO, me sentía fuerte, tenía una actitud abierta a esta experiencia nueva para mí, sabía lo que quería y lo conseguí. Perdonad que me salgan las ideas así a borbotones, pero leyéndote, Y. Martín, me has recordado algo bastante reciente y me dan muchas ganas de darte ánimos y decirte que te va a ir muuuu bien, lo veo por tu forma de expresarte que sabes lo que quieres y nada te lo va a impedir. Además si cuentas con una pareja que te apoya mejor. Aunque tú y tu bebé os valéis!! Mamá, no quiero que avises a nadie, estaré agotada, esto no es un espectáculo. Mamá, no entiendo por qué tengo que ir a un hospital a parir. Mamá, me han tratado de enferma en la visita de la semana 41, estoy más que cumplida y me amenazan con inducirme, para colmo el ginecólogo de turno me ha hecho mucho daño al meterme el puño profundo en la vagina y retorcer.... Dice la enfermera que para ayudarme a ponerme de parto... En fin, todo esto es lo que le decía a quien estaba más cerca, a mi madre y pareja, y aunque alguna vez me miraban con pavor, se maravillaban con mientereza y clarirad en mis deseos. Si pudiera volver atrás cambiaría al carnicero que me hizo eso, al decirme, desnúdate y tiéndete, le tuve que preguntar que para qué, ilusa de mí creí que era para hacerme un tacto. Pero me dejó dolorida 2 días, sangrando, y lo peor, sin saber si habría dejado alguna grieta en la bolsa de mi nene. El caso es que me dijo que me dejaba 10 días desde la semana 40, y yo le pregunté que si no eran 14 días, es decir, dos semanas, hasta la 42, y no me supo dar una respuesta convincente. Así que aunque salí ese día con la sensación de que me hubieran violado o algo parecido, por no explicarme lo que iba a hacerme, me dije y les dije a mis familiares que se peinaran, que yo no volvía por el hospital, pues me habían citado a los 3 días para la inducción. Menudos 3 días. Creedme que se para mal. Sobre todo porque no sabes si el bebé siguen bien y además, empiezas a dudar de tu capacidad para ponerte de parto, siempre con la amenza de que viene el bute (el bute es que te eches, te rasuran, ponen enema, te pinchan suero, oxitocina, horas de sufrimiento, epidural, horas, episiotomía, horas, sufrimiento.. ese es el bute que siguen viviendo muchas mujeres, joer qué rabia). El caso es que el 12 de julio de 2010 tenía la FPP, y me puse de parte cuando yo predije, con la luna llena de julio, justo el lunes 26. En dos horas dilaté, en casa, y mi pareja cuando le dije que tenía ganas de empujar me llevó al Reina Sofía,de Córdoba, donde enseguida me subieron, y en 15 minutos tenía a mi niño en la barriga (por fuera claro, jeje). Hubiera preferido que durase más, había leído que para una primípara serían entre 8 y 12 horas, así que yo estaba preparada para disfrutar más. Harta acabé de escuchar a la gente, pues nada bonita, que sea 'una horica corta'... Lo más maravilloso del mundo no quieres que dure poco tiempo por dios del amor. Bueno encanto, para ti y para todas las futuras parturientas, tranquilidad porque sé que las cosas están mejorando. Que cambiar los protocolos va lento, pero va, pero las mentes tardan más. A mí apenas me retiraron a mi recién nacido, me dejaron rato con la luz baja con él, me dieron ánimos y me decían 'bien paloma, así lo estás haciendo muy bien', fueron las 3 mujeres las que atendieron mi fase de expulsivo, con lo cual fue un sueño. Mira, nada más sentarme en el paritorio les dije, yo no quiero episiotomía!! Se miraron y dijeron, bueno, ya veremos, y yo, bueno, como veáis. Aunque ya sabían que yo no quería. Tuve un pequeño desgarro del que ni me enteré, y con ternura ellas cosieron, con algo de anestesia claro para que no los sientiera. Hoy día estoy perfectamente de esa zona. Mi madre, de lo primero que recuerdo que me dijo fue: anda, que te has salido con la tuya. Y también que vaya jabata, sin epidural ni ná. Pero mamá, no quiero que nadie anestesie un momento así. Besazos compañeras.
Sofía (unverified)
24 Nov 2010
Paloma, me encanta lo que has escrito. repito esta frase, para disfrutarla: No quiero que nadie anestesie un momento así :-)
Ileana (unverified)
24 Nov 2010
¡Claro que es un acto de optimismo, de libertad y de fe en la vida! ¡Y verás que sí, que con un niño pondrás la vida en el centro, y tendrás fuerzas para todo, y sobre todo para SER TÚ MISMA y para espantar sin remordimientos a todos los depredadores emocionales! Mucha suerte!!! Me ha encantado este post.
Raquel (unverified)
24 Nov 2010
Querida Y: Son estas las que te haces y nos ofreces unas reflexiones preciosas, inteligentes, que llegan al corazón. Yo también fui una embarazada "añosa" (39 años), pero me reía de esa circunstancia delante de los demás y así cerraba la puerta a cualquier comentario malicioso... Pasé un embarazo anímicamente mal, producto de los miedos generales y de otros intrínsecamente míos. De hecho, recuerdo lo mal que me sentía cada vez que pasaba por delante de una guardería o que veía una matrícula de coche con las letras FPP...*O* Pero tuve la suerte de que busqué a tiempo un parto respetado y, bueno, mi hijo (Íñigo, 13 maravillosos meses) me ha enseñado todo lo demás. Para mí, la crianza es el verdadero trabajo del ser humano. Y en ello he puesto todas mis fuerzas de mujer insegura y frágil: lactancia materna que continúa, excedencia para cuidarlo yo y disfrutarlo yo... Ayer hablaba con unos abuelos que me decían: "A ver, los padres no pueden dejar de trabajar, y se van a las 8 de la mañana, nosotros llevamos a los niños a la guardería y vamos a recogerlos. Los padres vienen a las 6 y luego hasta las 8 están en el gimnasio (sí, sí, leéis bien), así que cuando vienen a buscarlos los niños no se quieren ir con ellos...". En mi opinión, cosas así son las que definen a una sociedad enferma. Así que ánimo con tu nuevo camino de madre y espero que pronto descubras que no estás sola. Un beso, Raquel
Sara m (unverified)
24 Nov 2010
tranqui por lo de las inseguridades , es normal y no sólo en un primer embarazo.lo de liarte en una discusión con la gente.......a mi todavía me pasa y ya tengo dos hijos......algún día aprenderemos.Por el resto la vida te dirá y tú y tu bebé, con el apoyo de tú pereja ireis viendo el camino, vas a ser(BUENO YA ERES)una medre perfecta, la madre que tu bebe eligió. Abrzos a los tres.
Anabel (unverified)
24 Nov 2010
Me ha llamado poderosamente la atención tu artículo Yo fui la tipica embarazada feliz, si esas que trabajan hasta el mismo día de dar a luz. En mi vida nunca me habia sentido tan bien. Tan feliz que me resultaba indiferente los papeles que salian volando u chocaban contra la pared, cuando a mi jefe le decia que tenia que ir a un control rutinario. Tan feliz que nunca tuve miedo al parto, lo veia como algo tan normal. Tan feliz que no busque información sobre la atención al parto en España, os podeís reir pero yo creia que todos los partos eran naturales, salvo las cesareas claro. Tan feliz que si alguien me hubiese dicho "cuidado busca un profesional que te respete", hubiese pensado que la gente estaba loca, ¿como no me iba a respetar un profesional? Yo era una persona optimista antes de dar a luz, supongo que eso ayudo a que fuese tan feliz. Un día fui al hospital a dar a luz, si iba muy feliz, pagué muy caro tanta felicidad, me robaron muchos años de mi vida y muchas cosas de mi vida.
Carla Paola (unverified)
13 Sep 2012

Enviado por Carla Paola (no verificado) el

In reply to by Anabel (no verificado)

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Ay, Anabel... sabes, te he visto comentar mucho en este blog, y habiendo leído fragmentos de tu historia y leyéndote ahora hablando de tu felicidad y optimismo en el embarazo, en especial leyendo esta frase "Un día fui al hospital a dar a luz, si iba muy feliz, pagué muy caro tanta felicidad", me ha subido una angustia terrible, terrible. Lamento sinceramente lo que tuviste que pasar. Y por cierto, no fue culpa tuya por no informarte, malas prácticas así no deberían pasar nunca, y atropellos semejantes a la dignidad humana, jamás. Cariños.
Alba RM (unverified)
8 Nov 2012
Anabel, te leo y no me hace falta imaginarte porque me veo a mi misma. Tengo una imagen grabada a fuego de mi misma esperando a la puerta de urgencias a que mi marido aparcase, vestida de blanco, con mis contracciones, mi gran barriga y mi enorme sonrisa, radiante, dispuesta a vivir la culminación de 9 meses de intensa felicidad. Y seis días después salía por una puerta parecida vestida de gris, ojerosa, triste, rota.
Valentina y Agustín (unverified)
8 Nov 2012

Enviado por Valentina y Agustín (no verificado) el

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Que cierto es lo que dices...cómo se supone que no te respetarán?! Hay muchas culpas infundadas. No debería haber ninguna pues es nuestra naturaleza la que fluye en todo su esplendor en cuanto engendramos un hijo o hija. Desde ese momento todo cambia, pero no siempre lo sabemos, pues nos ha criado una generación que no disfrutó del placer de dar a luz naturalmente, sin medicamentos, sin intervenciones innecesarias. No sabemos lo que es natural porque nos han hecho creer que lo que dice el médico es la verdad, la pura y santa verdad, nos han cegado nuestros instintos animales. La mujer no necesita de nadie más que de su pareja, su hijo y sus instintos para concebir, dejar crecer y dar a luz a sus hijos. Personalmente me he sentido así todo este tiempo, engañada, en blanco. Tan lejos de mi misma en mi primer embarazo que no me opuse a nada, me deje hacer. Mi bebe era grande, y el gine me quería inducir y/o hacer cesárea. En ese tiempo al menos tenía claro algo: que nadie apuraría a mi bebe, que naciera cuando él se sintiera listo. Y aunque el doc me metió miedo con la distocia de hombros, confíe en mi cuerpo, por suerte tengo caderas anchas! A pesar del miedo, pues no sabía casi nada del parto, deje que todo siguiera su curso natural. Comenzaron las contracciones y las reconocí enseguida! 3 horas y llegando a la clinica con 5 a 6 cms de dilatación. Oxitocina al llegar, tumbada, con mucho dolor, y a los 7 cms me rompen la bolsa (cómo me dejé?!!) los dolores aumentaron tanto, que pido la epidural. Dos horas de descanso y con la ayuda de mi marido, con los pies en los estribos, con unas 15 personas pululando (acomodando la habitación para el parto supuestamente, qué incomodo! y entre que el gine no llegaba...llegó literalmente a recibirlo y a hacerme la epi), nace mi hijo, 4,270 kg. y 53 cms. Con una gran episiotomia, ahora que lo pienso, fue todo tan intervenido que era obvia la cadena de sucesos...Y el estar acostada no ayudaba mucho. Se llevaron a mi bebe y me lo trajeron sólo 5 horas después, pues estaba en observación y haciéndole exámenes de glicemia por su tamaño. Por suerte estaba de lo más sanito. No pudo prenderse al pecho y ambos llorábamos juntos. Si todo hubiese sido distinto... Quedé con ese gusto amargo en ese parto. Al conocernos todo mejoró. Di pecho exclusivo (y luego con sus papillas) hasta los 11 meses. Cuando me embarace nuevamente (aunque intenté, no pude seguir con anticonceptivos, pues sentía que no eran lo mío -use 5 años método billings- y finalmente seguí mis ideales. Odio sentirme enferma (tomar pastillitas...). Por algún error me embaracé un poco antes de lo esperado (queríamos buscar el segundo cuando el bebe tuviera año y medio). Por suerte ambos embarazos fueron buenos, sin altibajos ni nada. Pero esta vez tenía todo mucho más claro. Me cambie de gine, y encontré uno que se se acordaba de mi, me llamaba por mi nombre, me tiraba flores por mis ideas de dar a luz naturalmente (en mi país las cesáreas por elección están a la orden del día. Más del 60%). Mi matrona también era un amor, nos conectamos inmediatamente. En este embarazo Investigue y busque información por todos lados. Cuando llego el parto, nuevamente un bebe grande, me propuse llegar hasta donde más pudiera, aguantando el dolor. Mi matrona y marido al lado en todo momento, apoyando. (Esta vez pedí más intimidad y no acepté visitas hasta llegar a casa, ya que en el parto anterior tenía a toda una tribuna esperando mientras dilataba). Todo iba bien hasta los 7 cms, cuando el bebe se estancó y no bajaba, a pesar de las contracciones (esta vez estuve desde dos días antes sin dormir por las contracciones, pues dolían mucho -en el otro parto todo comenzó y terminó en 12 horas- y en ambos, llegué con 5 cms de dilatación a la clínica)...pasaron 2 horas mas y el bebe aun no bajaba, no avanzaba. Aguanté, y meciéndome sobre la pelota y con gran esfuerzo, llegué a los 8 cms. No pude más. Sabía que si me ponía la epidural vendría una cascada de intervenciones. Me entregué, no era lo que quería, pero el dolor y el cansancio me ganaron. Descanse una hora del dolor, pues derrepente sentí cómo, de la nada, comenzó a bajar mi bebe, y el dolor volvió el gloria y majestad! Y es que con la anestesia (el doc dijo que a veces pasa que) todo se habia relajado y el bebe bajó...y en cosa de 1 minuto, con un gran pujo y mucho dolor, ya había nacido. 4.385 kgs. y 54 cms. Esta vez esperaron a que dejara de latir el cordón para cortarlo, me lo dejaron en el pecho, y aunque no se prendió, me quedó ese hermoso recuerdo y un gusto menos amargo. Para un sgte. embarazo quiero realizar mi sueño de un parto natural, como el de mis abuelas...me prepararé más en cuanto a técnicas para sobrellevar el dolor y exigiré mis derechos, aunque haga bebés grandes! Estoy segura de que si no supiera que existe la epidural, no la necesitaríamos! Mi consejo? Déjense fluir, sus instintos y la naturaleza saben lo que hacen...y eso siempre será lo mejor para Uds. y sus bebés...
futura mama (unverified)
8 Nov 2012

Enviado por futura mama (no verificado) el

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me encanta lo que contais. yo tambien siento gran parte de lo que dices sobre el sentimiento de culpa, pero también siento con más fuerza que nunca mis instintos, sé lo que quiero y que no todo es blanco o negro como nos lo quieren hacer ver...estoy de acuerdo con lo de dejarse fluir y sentirse como un animal, que es lo que somos y el embarazo y el parto nos reconecta con nuestra esencia, por eso da tanto miedo y es tan maravilloso a la vez. como anecdota: hace dos meses mi perra parió y yo estuve con ella, fue alucinante, estuve dos semanas con la visión del parto, me aterrorizó...ahora ya lo tengo asimilado y cuando me imagino pariendo ( me quedan dos meses) me vienen las imagenes de mi perra y todo cobra sentido, fue tan natural e instintivo que confio totalmente en mi parte animal para que suceda.
Amanda85 (unverified)
6 Oct 2014
Me encantó tu post !! Leí cada palabra con detenimiento. Aquí en Argentina estamos parecidas muchas embarazadas con el tema del parto "natural"... depende mucho de la suerte, de quién te toque, del médico obstetra que te atiende durante el embarazo.... En fin. Espero que tengamos las mejores experiencias posibles. Mucha suerte para todas y saludos desde Argentina!
Paloma Cubillas (unverified)
7 Oct 2014

Enviado por Paloma Cubillas (no verificado) el

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Enhorabuena por pensar como piensas y por ser como eres. Una maravilla que tengas las cosas tan claras. Estoy segura de que todo te irá genial. Un abrazo gordo.
babsy (unverified)
24 Sep 2015
me ha encontado tus post y los comentarios de las compañeras. Mi primer parto fue muy duro (oxitocina artifical, epidural, técnica de Kristeller y consiguiente fisura de costilla, episiotomía...), para mi segundo embarazo tuve el apoyo de una asociación y conté con una doula. Fue tan grande la herida emocional del primer parto que nadie me sabe explica porque ingresé de 9 cms y después de 5 horas...mi bébé no bajaba. Como Valentina...la epidural lo consiguió (la pedí cuando emocionalmente no podía mas...) y al adormilarme...mi bébé hizo su camino...SOLO...si bien salvé de la cesarea, no fue todo lo maravilloso que hubiera deseado...Creo que en el seguimiento del embarazo debería informarse más y SIII...por supuesto...la epidural rompe el curso natural...ni que hablar de la oxitocina artificial...Una matrona me dijo que por su experiencia...la epidural provocaba que el parto en un 30-40% de los partos acabase instrumentalizado...No deberíamos tener esa información las mujeres para decidir en condiciones???