Antes la mayoría de los partos tenían lugar en el hogar y eso hacía que los niños presenciasen el nacimiento de sus propios hermanos. Ahora con el traslado del nacimiento al ámbito hospitalario los niños ya no ven partos y necesitan que alguien les cuente cómo sucede el milagro de la vida.
La información que se les da actualmente en los centros educativos es escasa cuando no inexistente, se limita a una descripción de los órganos sexuales y el sistema reproductivo, pero no va mucho más allá del momento de la concepción. Además los docentes carecen a menudo de formación en este sentido y los datos que obtienen de los libros de texto suelen ser someros e incluso erróneos.
Por otro lado, la información que pueden proporcionar a los pequeños sus propias familias está sin duda influida por la visión negativa que sobre el parto tiene la sociedad actual y que vemos reflejada en los medios, que describen el parto como algo peligroso que hay que solucionar rápidamente. Además está cargada de la subjetividad de sus propias experiencias personales, no reflejando así la realidad de estos procesos, sino sólo la propia vivencia individual.
Por ello al contestar a preguntas sobre estos temas, la mayoría de los niños hacen gala no sólo de una gran ignorancia si no de albergar ideas falsas y llenas de prejuicios. Su visión del embarazo y el parto tiene con una fuerte carga patológica e incluso catastrófica. El nacimiento en lugar de ser un acontecimiento bello y cargado de emoción, les parece algo muy peligroso, doloroso e incluso desagradable.
Por todo ello en El Parto es Nuestro vimos que era necesario hablarles a los niños con naturalidad de lo que es natural, utilizando un enfoque POSITIVO, esto es: explicando a los niños lo que el embarazo, el parto y la lactancia SON. Con los talleres queremos transmitir, que estos son procesos naturales a los que no hay que tener temor y que pueden ser vividos con tranquilidad y de una manera muy satisfactoria.