Amamantar durante el embarazo es posible, normal y saludable.
Así como mantener la lactancia del hijo mayor una vez que nace el nuevo bebé. Esta situación es conocida como ”Lactancia en Tándem”.
Si bien hacerlo no entraña riesgo ni perjuicio alguno para la salud de la madre ni de los hijos, ni por supuesto para la continuidad del embarazo, sí que puede suponer un reto, y conlleva unas implicaciones emocionales complejas y a menudo inesperadas. Durante el embarazo la fisiología da prioridad el bebé del útero, y la producción de leche va disminuyendo, se aprecia una bajada drástica de la misma hacia la mitad de la gestación o incluso antes. Aunque la variabilidad individual es muy amplia como en todo lo referente al amamantamiento. Y las madres relatan experiencias de todo tipo.
A pesar de la escasez de leche, los lactantes suelen querer seguir mamando especialmente si tienen más de una año, ya que su alimentación puede basarse en otras cosas y toman el pecho más como nutrición afectiva y vínculo con su madre.
Los bebés menores de un año tienen mayores probabilidades de destetarse, por ir perdiendo interés hacia un pecho sin apenas suministro de leche. Las madres por su parte, suelen notar desde molestias a dolor intenso en los pezones, causado por la hipersensibilidad de origen hormonal del embarazo. A menudo unido a un cierto rechazo psicológico por agotamiento, hacia amamantar al niño mayor. Estas sensaciones negativas pueden ser más o menos intensas y duraderas o bien ir remitiendo con el paso de los meses.
Despues del parto, amamantar a los dos niños puede ser algo que resulte práctico y simplifique situaciones cotidianas de demanda de atención... O bien convertirse en una fuente de tensión y ansiedad para la familia, por sentirse la madre superada por las altas exigencias de dos bebés a la vez.
No es raro que el primer hijo (con la nueva abundancia de leche) empiece a querer mamar tan a menudo o más que el recién nacido.
Algunas madres explican que ofrecer lactancia en tándem es una forma de evitar los celos y de que el mayor se sienta desplazado. Permitiendo que siga recibiendo lo que hasta entonces le era natural. Los experimentados lactantes mayores pueden además ayudar a resolver cuadros de ingurgitaciones y obstrucciones vaciando el pecho eficazmente. Vivir esos momentos de cercanía e intimidad con el primer hijo a pesar de tener un nuevo hermanito, puede resultar una experiencia muy gratificante y tranquilizadora.
Sin embargo, otras mujeres relatan que la vivencia se hace demasiado intensa y que las reacciones del niño de demanda contínua y exigente son poco llevaderas y difícilmente tolerables. La lactancia en tándem puede ser vivida de muy diferentes formas, pero en todo caso es muy útil y valioso poder compartir experiencias y dudas, con otras madres que pasen o hayan pasado por situaciones similares. Algunas mujeres que habían deseado realizar este tipo de lactancia se ven abocadas el destete por la dificultad para manejar la situación. Y en cambio otras que no se habían planteado llegar a ello, acaban amamantando en tándem durante años
La lactancia generalmente admite pocas planificaciones y requiere más bien ser llevada con extrema flexibilidad y respeto por los deseos y necesidades de todos los implicados.
Bibliografía:
- "Lactancia materna durante el embarazo y en tandem", Blog Alba Lactancia. Última actualización 21/07/09.