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21 Jul 2011
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7 comentarios

Como una niña sermoneada por robar un caramelo

Por Andrea Treku

Así me sentía yo cada vez que acudía a la consulta de embarazo de la Seguridad Social: daba igual que fuera el ginecólogo o la matrona.

Cada vez que iba se me pesaba o se me preguntaba el peso actual, mientras el sanitario correspondiente apuntaba en mi historial la cifra y, tras comprobar mi incremento de masa, me regañaba por haber cogido demasiado peso en el intervalo concreto que llevaba de gestación.

Nunca se me preguntó qué tal me sentía, si tenía molestias, si me encontraba ágil o incómoda, si se me hinchaban las piernas por el calor o si hacía ejercicio y cuál. No, al parecer lo único importante (imagino que ante la total normalidad de mis ecografías y análisis) era controlarme el peso.

A la matrona sólo la visité en dos ocasiones; a la segunda salí medio llorando porque en mi cuarto mes había engordado 1 kilo de más y según ella era un crimen terrible y yo era una embarazada muy díscola.

Al ginecólogo (que era el que me enviaba a las pruebas complementarias), no tuve más remedio que verle hasta el final. A partir del segundo trimestre se me hacía un mundo acudir sola a la consulta (¡a mí, que soy ingeniero superior, llevo 8 años casada y además de mi hogar dirijo un pequeño estudio de 5 personas!), así que mi marido me acompañaba para ayudarme a soportar mejor el chaparrón. Como una niña sermoneada por robar un caramelo, así me sentía yo.

Jamás se me preguntó por mi dieta; sé que la perfección no existe, pero intento dar prioridad a los productos poco elaborados: tomo muchas verduras, pescados, purés, frutas, cereales y legumbres, evito los dulces porque no me gustan. No, sólo se me recriminaba mi gordura, sin cuestionarse las razones de ello y sólo insistiéndome en que era muy peligroso (en general, para el embarazo, para el niño, para mí…).

Tampoco se apuntó nunca en mi historial que este sobrepeso cambiase mi condición de “embarazo normal”, así que no debía de ser tan grave, ¿o sí? Menos mal que yo estaba segura de que mi dieta era la adecuada, de que mi aumento de peso era el fisiológico y de que mi embarazo estaba bien, porque si no, el estrés generado se habría propagado y expandido como un cáncer, llenando de dudas y temores infundados mi mente y alterando mi psique justamente cuando menos lo necesitaba, durante mi gravidez (¿o no se supone que las embarazadas deberían estar todo el día flotando en una nube, felices y contemplándose la tripita?).

Lo curioso es que mi índice de masa corporal o IMC (sin estar gestando) está en torno a 19, por lo que en realidad se me debería clasificar de delgada, y ya cumplida, nunca llegué a sobrepasar un IMC de 24, que corresponde a un peso normal si se siguen las recomendaciones médicas generales para la población sana.

Afortunadamente soy una mujer que no padece un trastorno de alimentación, con lo que sólo me sentía mal durante la consulta, pero ¿y si lo tuviese? ¿Me habrían acabado de hundir estas reprimendas? ¿Habría terminado siendo una nueva paciente a engrosar el número de anoréxicos y bulímicos que precisan tratamiento/ internamiento/ terapia?

Esta es mi reflexión. Espero que sirva para replantear el trato a la embarazada tanto a sanitarios, como a familiares y para ayudar a aquellas embarazadas, que, como yo, se hayan sentido como niñas sermoneadas por robar un caramelo.

Aprovecho la ocasión para citar de la nueva “Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva” del Ministerio de Sanidad y Política Social, 2010, página 66, apartado 3.3.2.1.: Visitas y seguimiento del embarazo:

Punto 4 de las recomendaciones: “...Pesar de forma individualizada a las mujeres, de forma que el control de peso se haga siempre que proporcione beneficios y evitando producir ansiedad.”

MaGiA dEl mOmEntO (unverified)
21 Jul 2011
como te entiendo... tengo 40 años, yo soy vegetariana desde hace más de una década y, aunque tengo una salud de hierro, la analitica era de exposición y el hierro superaba la media... hasta en el final del embarazo en cada visita me sermoneaba por no comer carne ni pescado! ;-( Al mitad del embarazo directamente deje de ir a la consulta ;-)
Verónica (unverified)
22 Jul 2011
Pues a mi me pasó igual, al principio me reñían porque engordaba, y me cambié a una matrona que es maravillosa y desde entonces todo fue muy bien, porque siendo delgada, haciendo ejercicio y llevando una alimentación muy sana, simplemente por la edad 37, ser primeriza y el peso de más según la 1ª matrona y el gine de turno después, lo estaba haciendo fatal, pero mi embarazo fue muy bien no tuve molestias con 7 meses me sentía ágil y bien para estar "corriendo" con mis perros por la playa y parí solita a mi ritmo sin intervenciones innecesarias y el periné intacto. Y menos mal que engordé "de más" porque con la lactancia y devorando la comida como una loba aún más que en el embarazo, me he quedado con 6 kilos menos que antes de preñada, porque el peque se lo "lleva" todito. Y ahora cuando voy al médico a hacer la analítica de rigor me dice: "es que estás muy delgada", los análisis dan de cine y tengo un IMC de 20, pero ahora tengo que engordar o dejar la lactancia que ya lleva mucho tiempo (11meses!) me han llegado a proponer... porque sino va a "acabar conmigo"..., por supuesto he vuelto a cambiar de médico. A veces pienso que algunos "profesionales" nos quieren ver como enfermas y amargarnos el embarazo conviertiéndolo en una patología, cuando cada caso concreto es diferente y así hay que tratarlo. Además de esto, tuve que superar dos amenazas de in-necesarias, una por alergia a látex y medicamentos que no iban a tener para mí sola un quirófano (por el látex) más de 12 horas y me "garantizaban" un parto "rápido y eficaz", y otra porque en la semana 32 el niño primero de culo y después atravesado hasta la 36 y ya no iba a girar él solo que no tenía espacio... pues sí en la 37 giro solito e "hizo espacio"... Y otras linduras como tener que oir en la semana 39 a un médico "es que el feto" y yo "sí, el bebé", y él "es que el feto", y yo "el bebé", así hasta 4 veces... al final le dije: "qué parte de BE - BÉ no ha entendido ustéd"
Paloma (unverified)
24 Jul 2011
Os comprendo perfectamente, me está pasando exactamente lo mismo. Empecé el embarazo en un peso normal, sano para mi constitución. Debo decir que durante muchos años sufrí bulimia, de lo cual me quedó una costumbre: en mi casa no hay peso. Nunca me peso. Mi forma de mantenerme es hacer ejercicio, paseos y comer sano y con cabeza, sin pensar en kilos, ni calorías. Pues bien, cuando en la semana 17 me pregunta el médico que cuál es mi peso le digo que no lo sé. Se sonríe y me manda pesarme allí. Apunta el peso. En la semana 24 misma operación, le digo que no sé mi peso, que en casa no me peso y en vez de pregutnar por qué, bromea con mi marido, diciendo que cuando dé a luz ya me interesará pesarme para quedarme con tipín. Como ve que he engordado dos kilos, sin preguntar más me lanza un papel con una dieta de 2000 calorías, plagada de gramos y datos de calorías (que por supuesto no pienso seguir, no puedo jugar con esas cosas). La semana pasada con 28 semanas, otra vez lo mismo, esta vez no he engordado más que 100 gramos (me he limitado a dar más paseos aprovechando las compras que hay que hacerle al bebé), y va el médico y también sin preguntarme, me dice que tenga cuidado que tendría que haber ganado algo más de peso... Moraleja, que parece que se aburren con mis análisis y mi falta de dolores y quejas, y deciden divertirse amargándome con mi peso. Espero poder seguir siendo fuerte y no olvidar que la que sufrió y superó la bulimia fui yo, y que no voy a volver a caer en ello (aunque nunca se deja de serlo) por los comentarios irresponsables de un médico poco avispado. Paloma.
Jesica (unverified)
25 Jul 2011
Otra que se suma al carro de las riñas por el peso. Me sentía fatal, yo que además me pasé un embarazo con vomitonas diarias, va mos que retener casi no retenia ni el agua. En mi libro de embarazo se ven dos anotaciones del peso remarcadas, rodeadas y resaltadas con un rotulador fluorescente, ademñas de un "se indica dieta" (que también se resaltó), además de darme hierro, alquem y almax... que contradicciones... si tanto comia y retenia!. Se me lelgó a decir que "Si de verdad hicieras este régimen no engordarias tanto, que lo ahcen diabéticas y pierden peso, lo que pasa es que decís que no comeis, pero a saber lo que haceis en casa".. Diabética no, pero tras unos meses de haber parido, y por insistencia al encontrarme fatal (tras otras cosas que me pasaron, sepsis, dos legrados,.., a los 15 días de parir), débil, con sudoraciones, palpitaciones, ansiedad que giraba a depresión, dolorida y agotada ya de mañana,.., me hacen análisis de todo y entre otras lindezas se descubre oh! sorpresa!!! hipotiroidismo generado en el embarazo, que mi médico de cabecera acaba señalando como el culpable de mi ganancia de peso, edemas, y descompensación de la tensión (que lo mismo estaba hipotensa que hiper): Pero la báscula decia que yo debia estar cebándome
Julia (unverified)
28 Jul 2011
Si eres mujer, CONTRA-ATACA!!!! Tengo 30 años, de constitución normal, siempre con mis 2 kilitos demás, pero siempre entrando en una talla 38... Como sano, dentro de lo que mi horario laboral me permite, muy variada, eligiendo productos de los más saludables, y ... supero el peso recomendado - que conste que por 1.5 kg ... que conste que con esto, sigo estando dentro de las recomendaciones del Ministerio de Salud y de la Asociación Alemana de Ginecologos... y que conste que este ''exceso de peso'' a mi ginecologa, le parece más relevante que otros asuntos reales de salud. Preguntas que le he hecho: 1. Tú has estudiado para medico ginecologo o para esteticien? 2. Tienes otras pacientes que no sean mujeres trofeo y por lo tanto se pueden permitir pasarse el día vigilando lo que comen? O mejor... lo que contestó una buena amiga mía... por cierto, otra vez después de su embarazo, delgadísima y sin diabetes durante su embarazo, que engordó 23, si, señoras, veintitrés kilos, cada vez que la regañaban... siiii siiii siiii siiii siiii siiiiiiii Me encantan vuestros posts. Muchísimas gracias a todas.
Alba (unverified)
29 Jul 2011
Yo soy (fui) el caso opuesto: toda la vida me sobraron unos kilos, desde que tengo memoria, y una vez superada la adolescencia con sus cosillas, pues me centro en que estoy sana, activa, ágil, y mis analíticas son de exposición. Pero resulta que en los embarazos (sobre todo en el primero) perdía peso a todo trapo. Al principio era llamativo, cada mes pesaba entre medio y un kilo menos, así el primer trimestre o algo más, y luego cogía peso pero poquísimo. Mi primer hijo pesó 4.300 al nacer, la placenta pesó 1.200 (ni idea de por qué la pesaron, pero bueno), y yo pesaba al ingresar para parir exactamente 300 gramos más que al empezar el embarazo. Pues tela marinera lo que tuve que orí por según ellos "querer hacer dieta cuando menos te conviene", me pesaban al entrar, comparaban con el mes anterior, y empezaba el sermón. Hasta que miraban al feto, su progresión de tamaño y demás, y me pedían disculpas por la riña. A día de hoy no sé a qué se debía esa bajada de peso, pero desde luego que si no estoy dispuesta a vivir a dieta en condiciones normales... muchísimo menos mientras gesto a un hijo, para unos meses que dura no me parece muy normal pasarlos sufriendo por lo que se come. Simplemente el cuerpo cambia, y no siempre cambia por igual, y todas somos diferentes y si los profesionales lo recordasen a tiempo nos ahorrarían malos ratos a casi todas...
Esther M (unverified)
24 Jul 2018
Te entiendo. Y me consta que le pasa a muchas. Yo también decidí en la segunda visita de mi matrona que me acompañará mi pareja. Podéis creer que con el delante me trataba mejor? Se rió de mi cuando le pedí consejo sobre dónde dar a luz porque quería un parto natural. Me dijo: "eres muy jovencita...". Como si fuera una niña insensata (tengo 37 años). Siempre salía de la consulta triste. Me restaba seguridad en lugar de apoyo.