El hierro en el embarazo: suplementos, ¿sí o no?
Es posible que, a lo largo de tu embarazo, tu comadrona o tu médico miren la analítica y te recomienden tomar un suplemento de hierro hasta el momento de dar a luz. Algunas embarazadas reciben esta sugerencia desde el inicio de su gestación, otras en la semana 20 y a otras ni se lo plantean. ¿Debemos tomar todas las mujeres un suplemento de hierro durante el embarazo? Según la OMS, es posible que sea aconsejable a una gran mayoría de mujeres: Se calcula que un 41,8% de las embarazadas del mundo padecen anemia, y se considera que como mínimo la mitad de esta carga de anemia obedece a la carencia de hierro (o ferropenia). Los Estados Miembros han solicitado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) orientaciones sobre la eficacia e inocuidad de la administración diaria de suplementos de hierro y ácido fólico durante la gestación como medida de salud pública que sirva para mejorar los resultados del embarazo y les ayude así en sus esfuerzos por cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
¿Tengo un déficit de hierro?
La Estrategia sobre Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Sanidad afirma que hay que "evitar que la embarazada de forma rutinaria ingiera hierro, debido a que no existe evidencia científica suficiente para sustentar esta acción y por los efectos adversos de este fármaco: estreñimiento, diarrea, náuseas, epigastralgia y alteración en la absorción de otras sustancias.”
Pero lo cierto es que la OMS no ha encontrado evidencias sólidas de efectos secundarios graves, y ha encontrado evidencias moderadas de problemas tanto para la madre como para el feto por déficit de hierro: "Se ha observado que las bajas concentraciones de hemoglobina indicativas de anemia moderada o grave durante el embarazo vienen asociadas a un mayor riesgo de parto prematuro, mortalidad maternoinfantil y enfermedades infecciosas. La anemia ferropénica puede afectar al crecimiento y el desarrollo, tanto en la etapa intrauterina, como a largo plazo. Concentraciones de hemoglobina superiores a 130 g/l al nivel del mar también pueden acompañarse de resultados negativos del embarazo, como parto prematuro o bajo peso al nacer."
Según este mismo documento, habría que “ofrecer a todas las mujeres embarazadas pruebas de detección de anemia en la primera visita de embarazo y a las 24- 28 semanas de gestación, mediante hemograma” y “considerar como rango normal hasta las 12 semanas una hemoglobina igual o superior a 11g/ 100ml y 10,5g/ 100ml a las 28- 30 semanas de gestación. Si los niveles son inferiores, investigar la causa y valorar la necesidad de indicación de suplementos de hierro”.
Sin embargo, el obstetra francés Michel Odent no considera anemia gestacional una tasa de hemoglobina de 9 en una mujer embarazada de más de 26 semanas, ya que en un autorizado estudio, solo cuando la concentración de hemoglobina permanece por encima de 10,5 en las últimas semanas de gestación se incrementa el riesgo de bajo peso y de parto prematuro.
Pero desde el 2015, basándose en la última revisión Cochrane, las nuevas directrices de la OMS para el hierro y el ácido fólico son:
Propuesta de pauta de administración diaria de suplementos de hierro y ácido fólico durante el embarazo
Composición del suplemento
Hierro: 30–60 mg de hierro elemental. ( 30 mg de hierro elemental equivalen a 150 mg de sulfato ferroso heptahidratado, 90 mg de fumarato ferroso ó 250 mg de gluconato ferroso).
Ácido fólico: 400 µg (0,4 mg)
Frecuencia:
Un suplemento al día.
Duración:
Todo el embarazo. La administración de suplementos de hierro y ácido fólico debe empezar lo antes posible
Grupo destinatario:
Todas las embarazadas adolescentes y adultas
Entornos:
Todos los entornos
• En entornos donde la anemia en embarazadas constituya un grave problema de salud pública (con un porcentaje del 40% o más), una dosis diaria de hierro elemental de 60 mg es preferible a una dosis inferior.
¿Por qué me ha bajado tanto el hierro durante el embarazo?
Durante la gestación, el volumen de sangre de la mujer necesita aumentar enormemente y lo que nos indica la concentración de hemoglobina es el grado de dilución de la sangre. Odent denuncia la tendencia a confundir una respuesta fisiológica transitoria (la dilución sanguínea) con una enfermedad (la anemia).
Diversos estudios confirman que esta hemodilución, esta “anemia fisiológica de la embarazada”, es necesaria para el buen desarrollo del feto y que, al contrario de lo que a veces se afirma, tener valores muy altos al principio del embarazo (para prevenir una posible anemia) aumenta el riesgo de dar a luz a bebés de bajo peso.
Aunque las recomendaciones de la OMS hayan cambiado, aún en el supuesto de ser realmente necesario suplementar (en el caso de hemoglobina, hematocrito y ferritina bajos en la embarazada), debe dejarse a la futura madre que decida si va a tomar hierro y que escoja la vía que le resulte más adecuada.
Bibliografía
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