El edema es una hinchazón producida por el exceso de líquido en los tejidos. Es algo que se produce frecuentemente en la mujer embarazada.
El aumento de volumen sanguíneo (acumulamos más sangre para nosotras y para la criatura), y los cambios en sus propiedades (se altera un poco el equilibrio electrolítico, principalmente el sodio y el potasio), hacen que se acumule líquido en los tejidos.
Todo ésto puede provocar los primeros indicios de edema y los más habituales: la hinchazón de tobillos y pies, aunque también pueden verse afectados las manos y el rostro.
También puede haber una menor necesidad de orinar debido a la retención.
Estos síntomas suelen disminuir tras el descanso nocturno, cuando el cuerpo en posición horizontal permite una circulación más fluida (por eso también se puede orinar más de noche).
En general la hinchazón de tobillos y pies no es peligrosa para el embarazo a no ser que se den complicaciones. El edema leve o benigno afecta aproximadamente al 75% de las mujeres embarazadas.
La presencia de edema o hinchazón no siempre significa que exista riesgo de preeclampsia, pero es aconsejable descartarla. Una vez descartada por tu médico la patología grave, el tratamiento de las piernas hinchadas es similar al de las varices, caminar a menudo, no pararse mucho tiempo de pie quieto, frío local, y cuando estemos en reposo, poner las piernas en alto y estiradas.
Bibliografía:
• “Embarazo y parto natural” Dra. Ortrud Lindemann y Adriana Ortembemberg
Editorial: Océano/ Ámbar.
• “Embarazo y parto: todo lo que necesitas saber para torpes” Emilio Santos Leal.
Editorial: Oberón Práctico