La cesárea no duele
desmontemos el mito II/ desmontemos el mito I Por Ángeles Cano
- “Todavía recuerdo llorar de dolor porque los que vinieron a visitarme al segundo día (el tercer día ya me echaron y ni siquiera podía andar bien...) me hacían reír un montón y no podía, con mis grapas en la tripa.”
- "El dolor físico está bien claro. Por favor, si hasta nos ofrecen derivados de la morfina como calmante..."
- "En cuanto al dolor físico... Hoy hace frío, y mi cicatriz me duele. En febrero hará cinco años y hoy no me puedo ni tocar la barriga."
- "¿Dolor? Apenas 5 min. después de salir del quirófano ya empezaba a mover las piernas y a sentir el dolor. Llame a la enfermera y por alguna inexplicable razón me puso mas oxitocina, decía que para contraer el útero, que así enseguida me dejaría de doler. Fue horrible. De repente con toda la zona dolorida tener contracciones en plan bestia. Se debió de dar cuenta de la cagada y me dio a toda prisa una dolantina. El dolor desapareció pero me sentí como si hubiera tomado un tripi, de verdad. Era como flotar... No tenia ni fuerzas para sostener a mi hijo y estaba como con una risa floja y tonta, como ida..."
- "Bueno, cuando se paso el efecto de la dolantina, tire relativamente bien con nolotil, ibuprofeno, etc. En la cama mientras no me moviera mucho y tal, la cosa estaba más o menos controlada. Sin embargo, cuando me dijeron que me tenía que levantar me quería morir. Que dolor mas agudo y punzante, no lo olvidare nunca. Después de eso tarde mucho en caminar erguida, ir al baño sola (me ahorrare los detalles escatológicos de la cantidad de gases que se te acumulan por la operación, el estreñimiento que se te queda porque los intestinos van mas lentos y el dolor que sufres hasta que todo eso sale de tu cuerpo)..."
- "Muchos días después me seguía costando hacer todo. No me atrevía a coger sola a mi hijo de pie. Solo le cogía tumbada o sentada."
- "El dolor de la cesárea me da mas miedo que el de las contracciones o cualquier otro dolor de los que típicamente "asustan" a las embarazadas cien mil veces. Estuve toda una noche con contracciones muy frecuentes sin ningún tipo de anestesia y las recuerdo genial, hasta me sentía feliz de tenerlas."
- "Yo lo que recuerdo es estar en la habitación después de la operación con unos temblores por todo el cuerpo y muriéndome de frío, recuerdo estar toda una noche despierta y sin moverme, tiesa, y mi marido tapándome con todo lo que encontraba. Era incapaz de cuidar de mi misma, ¿cómo me iba a encargar de un recién nacido? Durante 2 días me tocaba dedicarme en exclusiva a volver a andar y valerme por mi misma."
- "Físicamente, aparte de los tres días horribles entre migrañas- efecto secundarios de la anestesia (nunca había tenido dolores de cabeza en toda mi vida y eso fue un auténtico infierno) y el propio dolor de la cicatriz. Salí del hospital machacada, aunque luego me recuperé bastante rápido. Pero estos dolores de los primeros días fueron horribles, nada que ver con las contracciones de los otros partos."
- "¿Te imaginas que te meten en quirófano para operarte del apéndice, quitarte parte de tus ovarios o arreglarte algo del estómago, y cuando te han cosido y metido en la habitación te traen un bebé recién nacido y te dicen “Mira, ahora, mientras te recuperas, vas cuidando también de este bebé, es una tarea de 24h aunque al principio duermen bastante. Suerte” y allí te quedas. Encima te mandan a casa al segundo o tercer día, cuando estás todo, menos recuperada."
- "La primera vez que me levanté, a las pocas horas, me hice pis encima según iba hacia el baño. Pis y un montón de sangre, me quedé boquiabierta mirando el charco que se me iba formando entre las piernas. Recuerdo que le manché a mi marido los zapatos de sangre."
- "A la semana o así de nacer mi bebé, fuimos a pasear con mis suegros y mi madre. Mi suegra empujaba el carrito, junto a mi marido y su suegro, alabando lo mono que era mi niño. Mi madre me llevaba del brazo. Yo iba como una muñeca de Famosa. Dar quince pasos era para mí una odisea. Tenía que pararme a cada minuto porque sentía como si las tripas se me fuesen a salir por abajo."
- "Fuimos a la revisión del mes con mi bebé y la pediatra me dijo: "al mes las mamás están completamente recuperadas de la cesárea". Y allí estaba yo, inútil y dolorida, sintiéndome como una caca."
- "Antes de tener a mi primera hija temía el momento del parto por el dolor, que por puro desconocimiento imaginaba inmenso, insuperable e insoportable. Aun así, la cesárea la veía como algo negativo, a evitar en lo posible y un último recurso, pero... que, al menos, no dolía, no te "enterabas", pasaba y ya está. Luego me tocó. En el postoperatorio pasé dolor, mucho dolor, debilidad, tristeza por verme así, curas diarias por un seroma en la herida que seguía abierta..."
- "Me la acercaron y solo la pude dar besitos porque tenia los brazos atados, le dije que me soltaran y me dijeron que solo un brazo y un momento... pero no pude cogerla y enseguida se la llevaron y me volvieron a atar" Me tuvieron 4 horas largas en reanimación, porque se habían pasado con la raquídea y no se me despertaban las piernas, y después con la puñetera cesárea no me podía mover, que dolores tan horribles, y pensar que hay mujeres que prefieren tener cesárea que un parto, ESTÁN LOCAS!!!"
- "¿La cesárea duele? ¿alguien puede preguntar esto en serio? o lo que es peor ¿alguna mujer afirma esto habiendo pasado por una? Esto será como todo, habrá distintas opiniones sobre el dolor de una cesárea, pero en ninguna creo que pueda decir una mujer que ha pasado por ella que no duele, a no ser que esté dopada hasta la saciedad. En mi caso me pusieron Nolotil en vena en el hospital y aún así dolía, a casa me mandaron sin nada que me pudiera aliviar el dolor."
- "Mi cesárea fue un 1 de octubre, el 15 de octubre me quedé sola por primera vez con mi hija y el mínimo movimiento me hacía llorar, levantarme del sofá era una tarea casi imposible, buscando apoyos para no caerme, ¿cambiar el pañal a mi hija?, cambiar el pañal, ufff, doblarme para coger sus 3 kg era traumático. Al final decidí tumbarme con ella en el sofá, darle la teta acostada y suplicar a todos mis antepasados que me protegieran para que la niña no se hiciese caca y tuviera que cambiarla de nuevo."
- "La cesárea. La verdad es que nunca me había parado a pensar en ello
…hasta que tras una inducción fallida me propusieron (impusieron???) la operación.
Después llegan los miedos a las risas (Dios!!! acabas de tener un bebé, eres feliz y no puedes demostrarlo, no puedes soltar una carcajada, eso se abre!!)... si que duele, duele la herida... así como toser, estornudar... puf!!! pasas unos días temiendo q eso se abra y temiendo q se descuelguen por ahí las tripas, ahora si que duele, duele mucho... andas mal, sin ir erguida del todo para que no tire y no demuestras mucha viveza, tu cuerpo se amolda a estar en posición semidormido para no notar dolor..."
- "Lo más visible no es lo peor. No puedes moverte y cuando lo haces el dolor es insoportable, te cuesta tener a tu hijo en brazos, darle de mamar, necesitas ayuda para atenderle, para ir al baño, para ducharte… y todo esto te lo encuentras de repente y sin aviso. Siempre se habla del dolor del parto de las contracciones, apenas se habla de la recuperación de una cesárea cuando el dolor es infinitamente superior."
- "Para mí lo peor, lo que más duele es descubrir que tu cesárea no ha sido necesaria, Que nadie te explica que está ocurriendo, y que tienes que suplicar que te den a tu hijo."
Hola, María:
Ninguna te tomaría por una "traidora a la causa", ni mucho menos. Simplemente, creo que has entendido mal el objetivo del artículo, que no es otro que desmitificar eso que a todas nos han dicho de que "una cesárea no duele", con la consiguiente banalización de, como tú bien dices, una operación de cirugía mayor abdominal.
Siento mucho que pasases por una cesárea en tu primer parto y deseo que en el futuro vivas la experiencia de un parto respetado y sin intervenciones innecesarias. Pero tengo que discrepar cuando comparas la recuperación de un parto vaginal con la de una cesárea, por mi propia experiencia y la de las mujeres que me rodean.
Mi primer hijo nació por cesárea y mi recuperación, si bien no tuvo complicaciones añadidas (seromas, etc.), fue difícil para mí tanto a nivel físico como psicológico. Inclinarme para cogerle en brazos era para mí una pesadilla. Mi segundo hijo nació por parto vaginal y normal y puedo decirte que tras alumbrar la placenta me sentía llena de energía y con ganas de levantarme y hacer cosas. Al día siguiente me fui a pasear con mi marido y mis hijos y lo repetí a diario. Podía agacharme y levantarme, coger a mi hijo y colocármelo en el fular ¡yo sola!; estaba estupendamente y nadie se creía que hubiese acabado de parir... Vamos, ni punto de comparación con una cirugía. Pese a tener un pequeño desgarro que no requirió sutura, hacía mi vida normal sin problema alguno.
¿Podría ser, quizá, que tu compañera de habitación tuviese una episiotomía, por ejemplo? A mi madre se la practicaron en su primer parto y ella siempre recuerda (fueron muy "generosos" en el corte y le dieron puntos casi casi como para recibir una thermomix gratis, jeje) que tuvo "todo negro hasta el culo durante tres semanas". Podría ser un caso similar y en ese caso claro que la recuperación no es ningún regalo...
Por último, estoy de acuerdo contigo en que a mí, estando embarazada de mi primer hijo, no me apetecía leer nada "triste" o que pudiese afectarme negativamente, pero ¿qué hacemos entonces? ¿Escondemos la información? ¿Decimos "y si es cesárea no pasa nada? Entiendo que este artículo no te guste (a ti y a otras muchas personas, me figuro, como entiendo que sí te gustarán otros, o eso espero, jeje), pero puedo asegurarte que su objetivo en ningún caso es meter miedo y sí reivindicar el derecho de una mujer a contar cosas que la sociedad en general no quiere oír: que la recuperación de una cesárea es dura (aunque es cierto que yo también conozco mujeres que la han llevado genial y enseguida han recuperado su actividad anterior sin mayor problema, todo hay que decirlo) y que para muchas de nosotras supone un trauma a nivel físico y psicológico.
Y después de esta chapa me despido y te mando un fuerte abrazo; aunque discrepemos en la forma de tratar ciertos temas, creo que estamos de acuerdo en lo fundamental y eso nos sirve de impulso para seguir avanzando.
Un saludo,
Diana.